Capítulo231
Después de cenar, Amanda se sintió cansada y decidió recostarse un rato. Mientras tanto, Helena, la madre de Pablo, llevó un caldo de pollo para la resaca a la habitación de su hijo.

Pablo acababa de salir de la ducha, sintiéndose un poco más fresco, aunque todavía mareado por estar tan bebido.

—Toma, bebe esto. Nunca te ha gustado beber, siempre evitas el alcohol cuando puedes. ¿Qué pasó hoy? ¿acaso intentas impresionar a esa muchacha?

—Mamá, lo hice porque quise.

—No digo que Amanda sea mala, al contrario, me gusta mucho. Pero parece que hay algunos rumores sobre ella. ¿No escuchaste que fue secuestrada una vez…?

Helena no recordaba dónde había oído eso, solo sabía que Amanda había caído en manos de secuestradores en algún momento.

No se sabía qué había sucedido exactamente, pero ese tipo de historias siempre dejaban una sombra sobre la reputación de una persona, y las cambiaban para siempre.

—¿Y qué con eso? Ella fue la víctima. Mamá, por favor, nunca menciones esto delante de ella
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