— Su voz grave y ronca, tal cual sonido de un violonchelo, tenía esa textura profunda y seductora, casi embriagadora.Amanda se sacudió de su ensimismamiento rápidamente.— Pues… solo pensaba que el diseño de esa tela es muy bonito, nada más.Pasó la página con rapidez, intentando evitar su mirada.— Estoy algo cansado.Jorge rodeó su cintura con ambos brazos y dejó caer casi todo el peso de su cuerpo sobre la espalda de Amanda.— Permíteme descansar un rato recostado sobre ti.Dicho esto, realmente se quedó dormido, usando a Amanda como si fuera su gran almohada.Amanda apenas se atrevía a moverse, con miedo de despertarlo. El tiempo pasaba lentamente, y su espalda ya se sentía rígida, la cintura le dolía, pero no se atrevía a moverse ni un centímetro.Jorge, aún medio dormido, no pudo evitar sentirse algo frustrado. ¿Dónde estaba la joven atrevida y valiente que solía conocer? Ahora se comportaba tal cual gatita asustada.— ¿Estás cansada?— ¿Ya te despertaste?— Sí, ya.Su voz sonab
Amanda nunca le habia dicho a Lucas que estaba en el hospital. No tenía idea de cómo se había enterado, y ahora venía a acusarla de querer llamar su atención. Sabía que Lucas siempre había sobreestimado, pero esto ya era demasiado.— Te juro que nunca he visto a alguien con un ego tan inflado — replicó Amanda, preparándose para responderle. Justo en ese momento, su abuela salió de la casa, con una expresión de disgusto.— ¿Con qué ojos ves tú que Amanda vino aquí solo para agradarme a mí? — le reprochó, molesta.— Abuela, ¿todavía no lo superas?— Ya no me importa lo que hagas. Haz lo que quieras con tu vida. Si quieres estar con Viviana, pues adelante. Pero el día que te quedes sin nada, quiero ver si ella sigue a tu lado, dispuesta a pasar penurias contigo.— Viviana es diferente. Ella de verdad me ama y nunca me dejaría — afirmó Lucas con seguridad.La abuela alzó los ojos al cielo y tomó la mano de Amanda.— Amanda, ¿qué has hecho para que este pendejo piense que sigues interesada
Lucas sintió que se había convertido en el payaso de la historia, y su dignidad como hombre habia sido escupida— ¿Te molesta acaso tanto que ella se haya casado conmigo? ¿Esperabas que te siguiera amando de una manera obsesiva, haciendo locuras por ti para llamar tu atención, mientras tú, desde tu puto pedestal, le decías que solo amabas a Viviana? ¿Te sientes tan virtuoso, tan fiel a un solo amor?Jorge lo miraba con frialdad mientras continuaba:— Lucas, si ya terminaste con Amanda y estás tan convencido de que solo quieres a Viviana, entonces demuestra un poco de autoestima. No hagas el ridículo como si no supieras perder.— ¿Me estás acaso llamando cobarde?— Si así exactamente lo dices. Y si no te gusta, podemos resolverlo como varones. Te aseguro que te dejaré claro cuál es tu lugar.Jorge, con su metro noventa, hombros anchos y físico trabajado, no era alguien fácil de intimidar. A diferencia de los que se ejercitaban solo por estética, él había forjado su fuerza en situaciones
Estas palabras hicieron que Viviana sintiera un escalofrío, su primer pensamiento fue que él había descubierto algo. Pero ella reaccionó rápido, manteniendo la calma.— Nunca James en la vida he jugado contigo. Mis sentimientos por ti siempre han sido sinceros. Lucas, ¿aún acaso no me conoces?Lucas suspiró aliviado.— Debe ser entonces pues solo mi paranoia. Eres tan buena y siempre has cuidado de mí, no podrías ser como ella... La empresa está pasando por problemas y eso me tiene alterado. Ya todo este bache pasará.Intentaba justificarse, se masajeó las sienes y subió las escaleras.Viviana, inquieta, decidió investigar qué estaba ocurriendo. Lo que descubrió la dejó helada.Amanda no era la amante de Jorge, era su esposa. Y Jorge sabía todo lo que Amanda había sufrido en el barco.Y, aun así, había decidido casarse con ella.Lucas siempre creyó que Amanda lo amaba desesperadamente, pero enterarse de su matrimonio fue un golpe bajo que no podía aceptar.— ¿Cómo puede ser? — se dijo
Viviana agraviada respondió; — Son ellas quienes empezaron, yo solo hice un comentario, no dije que se trataba de ti, ¡Carajo…! ¿Y por qué me pegaste entonces? En ese instante, todos miraron sorprendidos a Amanda. Su rostro blanco como un papel.Sí, había reaccionado de forma exagerada, pero lo que dijo Viviana había roto definitivamente esa barrera invisible. No se atrevió a mirarlos, y mucho menos al abuelo Luis; no podía imaginar cómo se sentía él en ese momento.— Lo siento mucho... Pero de veras no fue mi intención, yo... a mi simplemente se me escapó. Tampoco quería hacerlo, tú fuiste quien de repente me dio una cachetada, y entonces... —Viviana parecía una niña que había cometido un error, con lágrimas rodando por sus mejillas.Amanda temblaba de la rabia y levantó la mano para darle otra, pero el viejo la detuvo.— Puedo testificar, y afirmar que fui yo quien sacó el tema a relucir, ella no tiene nada que ver con todo esto. En ningún momento mencionó tu nombre, solo fue que c
— Voy a ver pues qué pasa.Jorge, con el rostro serio, se dirigió al despacho. ¡Aunque su abuelo le pidiera encarecidamente que se divorciara, no le seguiría la corriente! Pero cuando estaba a punto de entrar, la puerta de la oficina se abrió, y Amanda se puso instantáneamente nerviosa, mirando a Hermelinda con preocupación.— ¡Voy a callarle la jeta a esas viejas chismosas! A ver quién se atreve a hablar pendejadas de ahora en adelante. ¡Me tienen harta, hablando a espaldas de los demás! ¿Acaso ellas no tienen tampoco hijas, nueras o nietas?— ¡Es que nuestra Ami es la verdadera víctima! ¡Y aun así se atreven a sacar sus heridas a la luz! ¡A la mierda ese montón de viejas sin corazón!Amanda solo escuchaba un eco en su mente: “Nuestra Ami”.¿¿El abuelo no la despreciaba, sino que la defendía? Sintió un nudo en la garganta, sus ojos se llenaron de lágrimas, pero se contuvo para no llorar.Al verla al borde del llanto, Hermelinda se preocupó aún más.— Mi niña, no llores. La abuela te h
Una joven tan débil, sostenía a duras penas a su familia. A pesar de las críticas y el desprecio de los demás, ella mantenía la frente en alto, negándose a rendirse.— Voy a protegerte —dijo Jorge, palabra por palabra.En su interior, deseaba matar a Lucas. Todo porque él, solo por celebrar el cumpleaños de Viviana, había tenido el descaro de abandonarla.Amanda pensó que Jorge solo estaba hablando. No esperaba que, en menos de media hora, el asilo d ya tuviera novedades. Aquellos vejetes que habían estado murmurando antes fueron recogidos por sus familiares. Los parientes más jóvenes llegaron cabizbajos a disculparse, prometiendo que educarían a sus mayores y no les permitirían andar diciendo estupideces.Amanda se sintió conmovida.— No hace falta. La noticia ya ha salido a la luz, no se puede ocultar.— Aunque todo el mundo critique, voy a callarles la boca —la voz de Jorge era suave, pero cargada de peso.Le quedaba algo más por decir. Si no, ¿de qué servía ser el gerente del grupo
Amanda escuchó las palabras de la abuela y, sin más que decir ni ninguna vergüenza ante ella, levantó la mano y le dio una buena y bien merecida cachetada a Viviana. Viviana no se quedó quieta e intentó devolverle el manotazo, pero la abuela ya había previsto su reacción y ordenó que la sujetaran con firmeza.— ¡A los burros se les trata es a los golpes! —dijo la abuela sin rodeos. A pesar de ya sus muchos abriles, ella era directa y decidida.Amanda se le acerco galantemente a Viviana.— ¿No sabes acaso por qué perdí mi dignidad? ¿Un bendito cumpleaños era tan importante como para dejarme a mi propia suerte? Cuando todo sucedió, debiste sentirte muy satisfecha al enterarte, ¿no?— En estos tres años no te he hecho verdaderamente nada malo. Fuiste tú quien, sabiendo todo, te metiste a dañar mi relación y seducir a mi novio. Gente como tú tarde o temprano termina pagando por lo que hace. Y si el karma no te devuelve el mal mereces, entonces seré yo misma quien te lo dé.Amanda le dio ot