Amanda no sintió que fuese una broma; él siempre cumplía sus palabras. Después de todo, solía ser su política personal. Su moral y respeto por la ley eran superiores a la gente del común de las personas. En teoría, alguien así debería ser honesto, íntegro y estar lleno de sentido de la justicia. Sin embargo, Jorge era diferente; había algo oscuro en él, incluso algo perverso. ¡Él era en el fondo un ser vil y malvado!Aunque nunca haría nada ilegal, cuando la ley lo permitía, se comportaba a su antojo. Eran una pareja legalmente casada, pero cuando quería besarla, lo hacía sin importar el lugar. Este tipo de persona era mucho más peligrosa de lo que Amanda había imaginado.—Te llevaré al hospital. Tu herida sigue sangrando.—No me voy a morir por eso.—Vamos mejor al hospital.La actitud de Amanda era firme; lo subió al auto y lo llevó directo al hospital.La herida se había abierto y sangraba profusamente, manchando de rojo la camisa blanca. La escena era aterradora, y la herida nece
Si no hubiese sido por Lucas, los demás colegas ya habrían tomado represalias. Viviana iba seguro a tener su buena dosis de mal Karma de todos modos. Pero, por otro lado, Pablo ni siquiera ojeo el contrato antes de firmarlo, más Amanda habló justo antes de que él pudiera escribir su nombre:—Pablo, me preguntaste antes si estaba soltera, pero ahora te respondo, ya no lo estoy.La mano de Pablo tembló y rasgó el papel.—¿Cómo… tan de repente? ¿No estabas soltera hace unos días? ¿Tan rápido encontraste a Mr. Ideal?—En realidad, esa vez fue una mentira. No quería hacerlo público, así que… Pablo, lo siento, pero te lo estaba ocultando.—Pablo sonrió: —No pasa nada ya has hablado con sinceridad. ¿Te gusta?Esa pregunta la dejó perpleja. Ya no se atrevía a hablar de sentimientos, y mucho menos de alguien tan peligroso como Jorge, quien era incluso más difícil de manejar que Lucas. No podría gustarle. Pero lo admiraba, estaba agradecida, pero a su vez sentía temor y miedo hacia él. Si dijera
—Ella me dijo que lo de la última vez habían sido solo mentiras, que no quería hacerlo público, así que no me había dicho la verdad. También me afirmo que le gusta mucho ese hombre, le gusta tanto que ya no tengo ninguna oportunidad con ella.—¿Dijo que le gustabas?—Sí. —Pablo bajó la cabeza, abatido.—Ya no te acongojes, en el futuro encontrarás una más adecuada, ella no es para ti.—Jorge, nunca volveré a encontrar a una mujer que me mueva el piso tanto. No has visto lo brillante que es, llena de energía, y con ese talento. Si te encontraras con una mujer así, también te enamorarías.Al otro lado de la línea hubo un largo silencio. Pablo cambió de tema, sabiendo que Jorge, casado por un arreglo de su abuelo, no podría entenderlo.—Otro día te invito a tomar algo.Después de colgar, Pablo se fue a buscar a Amanda para hablar sobre el pedido, y la encontró usando su celular. Miro de reojo que estaba viendo y era una subasta, y ella tenía los ojos fijos en una pieza bordada elaborada e
Amanda apretaba con fuerza su número, sintiéndose frustrada.—Cuatro millones cien mil.—Cinco millones.Lucas habló con indiferencia, y rápidamente el marcador mostró la cifra de cinco millones. Los asistentes de detrás comenzaron a murmurar.—Vaya, sin duda esos dos tiene dinero para botar por los aires, suben la puja con una facilidad increíble, un millón tras otro.—Cinco millones cien.Amanda, con el corazón en la boca, continuó pujando.—Siete millones.Lucas la miró con desprecio. Amanda sabía que, con ellos allí, no tenía ninguna oportunidad de conseguir ese bordado. Estaba tan furiosa que su rostro palideció, mientras sus uñas se clavaban en sus palmas. No estaba dispuesta a rendirse, pero al parecer no tenía otra opción.Justo cuando el martillo del subastador estaba a punto de caer, inesperadamente, el marcador volvió a mostrar una nueva cifra.—¿Cuánto?—¿Diez millones? ¿El invitado del salón de honor ha ofrecido diez millones? ¿Acaso está bordado con hilos de oro y agujas
Si él hubiera seguido pujando y le hubiera regalado la pieza a Viviana, sería considerado como el héroe, o tal vez como el idiota que podría gastar una fortuna con tal de sacarle una sonrisa a su amada. Pero, al final, no consiguió el bordado, y encima este terminó en manos de su exnovia. ¡Qué mala suerte la que llevaba!Lucas, furioso, regresó a su palco y de inmediato ordenó a su secretario que investigara ese tal mal llamado salón de honor que estaba en la sala contigua.—Señor… no hemos encontrado nada acerca de esto.Lucas entrecerró los ojos. En toda la capital, solo unas pocas familias tendrían ese tipo de poder, solo de hecho las familias que estuvieran al nivel de los Cardenal. Si dedicaba un poco de tiempo, seguramente lo averiguaría.—Te doy solo tres días. Si no lo descubres, puedes poner tus cosas en una caja y largarte de aquí. Lucas no disimulo su enfado.—¿Crees que la señorita Amanda irá a la sala a agradecer? Dime, ¿qué puede hacer una mujer que recibe un regalo de v
Cuando Viviana subió a la ambulancia, le devolvió una mirada matadora:—¡Si a Lucas le pasa algo, de veras te veras con él en el otro mundo desgraciada!Amanda fue llevada directo a la sala de interrogatorios, donde relato todo lo que paso con todo detalle.Pronto llegó el informe del hospital: su "juguetito" no estaba bastante dañado, pero sí había sufrido una lesión considerable, y tendría que descansar durante un par de meses para evitar que permaneciera con secuelas para toda su vida. Lucas aún no había despertado, y Viviana no iba a dejar ese asunto tan fácil. Quería ver a Amanda pudriéndose en la cárcel.—Puedes contratar a un abogado para tu defensa.Amanda también tenía la posibilidad de contactar con un abogado fuera del país. Tomó su celular pero de repente quien vino a su mente fue Jorge. Al parecer le había causado bastante problemas; seguramente él estaría arrepentido de haberla aceptado en matrimonio.Escribió el número, pero por alguna razón no tuvo el valor de llamarlo.
Lucas golpeó con fuerza la mesita de noche con su puño, que de inmediato se puso rojo, como si no sintiera dolor.—¿Así que de verdad está con Jorge? ¿Cómo era eso posible…?—Probablemente la señorita Amanda quedó tan herida por usted que quiere vengarse eligiendo al señor Toledano.—¿En serio?Lucas frunció el ceño, con tono de duda. El secretario se apresuró a responderle:—Naturalmente. La señorita Amanda aún lo ama, por eso actúa de esa manera. Solo quiere ver su reacción, y si usted se muestra dolido, eso es justo lo que ella busca.Al escuchar esto, la ira de Lucas comenzó a desvanecerse poco a poco. —Se rio con desprecio: —Es bastante increíble pensar en lo lejos que está dispuesta a llegar. ¿Cree acaso que comportándose así voy a regresar? Qué ridícula.—Mientras no me importe, Amanda no tiene forma de hacer nada. Pero Jorge… él…Que Jorge lo aceptara, seguramente era para vengarse de él también.Recordaba cómo, en su juventud, su madre no aprobaba su relación con Viviana, a l
—¿Qué es lo que pasa?—El cierre se atascó, dile a la asistente que venga a ayudarme.—Lo hago yo.—Quizás… No.—Amanda, carajo somos una pareja , pero me tratas como un simple amante.Amanda se sonrojó. Después de todo, solo era el cierre. Jorge entró al probador. Aunque el espacio era grande, su presencia dominante hacía que el lugar pequeño. El silencio en el probador era tal que se podría escuchar caer una aguja. Lo único que rompía ese silencio era el sonido lento del cierre deslizándose hacia abajo. bajando.Sin querer, el dedo meñique de Jorge rozó su espalda. La piel de Amanda era suave como un algodón. Una espalda como esa, pensó, sería perfecta como lienzo de pintura. Con su sudor mojaría el pincel y crearía una obra maestra de flores serpenteantes en ella.Al pensarlo, sus ojos se llenaron de deseo reprimido.—¿Ya has terminado? —preguntó Amanda, sintiéndose incomoda, como si estuviera siendo acechada por un depredador.Se movió un poco, pero sin querer rozó la parte inferi