“Palermo - Italia”
En el interior de la propiedad de la familia Morelli todos se encontraban agitados, ya que en el lugar se iba a llevar a cabo una reunión bastante importante y muy decisiva que afectaría el futuro de todos, en aquella familia tan poderosa se encontraba al frente Vittorio Morelli, un hombre de 67 años quien estaba próximo de perder la vida debido a su vejez.
—Darío, Darío... —llamó con poca fuerza Vittorio a su abogado y hombre de confianza.
—Sí señor, lo escucho estoy aquí a su lado —respondió Darío y se levantó de inmediato de aquel cómodo sofá donde acompañaba de manera fiel a su jefe.
—Ayuda a levantarme de esta cama, quiero que cuando ellos lleguen me encuentren en la sala y no vean el deterioro de mi estado de salud —Darío asintió y de inmediato llamó a otros cuantos hombres para que se hicieran cargo de la orden del jefe.
Unos cuantos minutos más tarde en la puerta principal se encontraban autos de lujo, del interior descendieron varios hombres, quien se encontraba a cargo de ellos era Alessandro Morelli, el más joven de la familia Morelli, pero aún así era bastante temido y respetado debido a sus acciones.
Dando pasos cortos y de manera segura Alessandro fue directo a la sala, esbozó una leve sonrisa de medio lado al observar a su abuelo, fue directo a él, dobló un poco la cintura y besó sus mejillas.
—Abuelo me da gusto volverte a ver, entiende que los negocios son demasiado importantes y no había podido venir, pero haré hasta lo posible para estar más pendiente de ti —comentó Alessandro doblando la cabeza mostrando respeto ante su jefe.
—Pierde cuidado Alessandro, no es necesario que pongas de un lado los negocios únicamente para estar pendiente de un viejo como yo. A mí también me da gusto volverte a ver, sin duda alguna eres igual que tu padre —correspondió Vittorio mientras fijaba la mirada en su nieto.
—Creí que había sucedido algo malo debido a la manera en la que Darío me dijo que viniera con urgencia el día de hoy —Vittorio bufó y negó con la cabeza.
—Por favor toma asiento y ponte cómodo que dentro de poco estarás enterado del motivo por el cual te hice venir —Alessandro se sentó al lado de su abuelo para así poder disfrutar de su compañía, pero la sonrisa que había en el rostro de Alessandro no duró por mucho tiempo cuando la puerta se abrió de par en par.
—Por favor abuelo no pudiste haberme llamado para otra ocasión —comentó Alessandro entre gruñidos—. Por si no lo recuerdas Paolo y yo no estamos en buena relación, no soporto su presencia y si lo permites regresaré otro día cuando no tengas que recibir este tipo de visitas —Vittorio estiró el brazo y colocó la mano sobre el hombro de Alessandro impidiendo que se pudiera retirar.
—Espera, necesito hablar con los dos y al mismo tiempo —comentó Vittorio llamando la atención de Alessandro.
—Pero miren nomás lo que me acabo de encontrar, mi primo Alessandro se encuentra de visita precisamente el mismo día que el abuelo me ha hecho venir —comentó Paolo mostrando su sarcasmo y luego se acercó a su abuelo y besó sus mejillas.
—Cálmate y toma asiento porque lo que tengo que decir no puede esperar.
Paolo se sentó justo al frente de Alessandro sin perder la oportunidad para sonreír en su rostro intentando provocarlo.
—Los dos son mis nietos y los quiero como si fueran mis hijos, sus padres eran muy unidos y debido a la guerra que hubo en nuestra contra los perdí a los dos, lo único que me ha quedado han sido ustedes dos de la familia. Mi estado de salud no es el mejor y lo recomendable es que deba ceder mi trono a uno de ustedes dos —Paolo al igual que Alessandro se sorprendieron al escuchar aquellas palabras.
—Esa es una buena decisión abuelo, sabes perfectamente sobre mis capacidades y no debe quedar duda alguna que haré hasta lo imposible para proteger lo que queda de la familia y por supuesto de todos tus bienes —comentó con alegría y altivez Paolo.
—A los dos los quiero de la misma manera, y se muy bien que si divido las propiedades no tardarán mucho tiempo en declararse la guerra y acabar entre ustedes dos, así que por ello he decidido que uno de ustedes tome mi lugar y el otro seguirá sus órdenes sin poner la más mínima resistencia —Paolo y Alessandro abrieron sus ojos ante la sorpresa.
—No se diga más, quien tome tu lugar seré yo, sabes que no me tiembla la mano cuando se trata de cuidar lo nuestro —Vittorio negó con su cabeza al escuchar a Paolo.
—Quien tome mi lugar deberá dejar de un lado aquella vida libertina y desordenada que ustedes dos suelen llevar, para que sea digno de tomar mi puesto deberá conseguir una esposa y por supuesto darme un bisnieto, el primero que lo logre será el nuevo jefe —Alessandro y Paolo conectaron sus miradas aceptando el reto de su abuelo.
—Acepto, sin pensarlo dos veces acepto tus condiciones para que me nombre como el nuevo jefe —comentó Paolo dibujando una sonrisa en su rostro, mientras que a Alessandro no le agradaba ni en lo más mínimo las condiciones de su abuelo, tenso con fuerza la mandíbula y resopló.
—Sabes perfectamente que soy alérgico a ese tipo de compromisos, pero por nada del mundo pienso permitir que sea Paolo quien dirija el negocio familiar, estar bajo su mando sería la peor condena que pudiera recibir en toda mi vida, así que dentro de poco será mi boda y lo más antes posible en tus brazos pondré a tu bisnieto y así me nombrarás como el nuevo jefe —aseguró Alessandro y se levantó de la silla observando de la peor manera a Paolo.
—No estés tan seguro de eso querido primo, para nadie es un secreto que fácilmente puedo conseguir a cualquier mujer y en su vientre pondré un hijo, así no lo quieras me tendrás que llamar jefe y hacer todo lo que a mí se me plazca —al escucharlo Alessandro resopló.
—La reunión ha terminado, los dos se pueden marchar, y no intenten hablar conmigo, porque será inútil, quiero estar solo —Vittorio con ayuda de Darío y sus hombres se levantó de la silla y se retiró.
Alessandro observó con desprecio a su primo y escupió en el piso para luego retirarse.
—Aquí solo habrá un ganador y seré yo —espetó Alessandro.
—Seré tu jefe no lo olvides, y para cuando lo sea te enseñare modales —habló en voz fuerte Paolo mientras que Alessandro se retiraba.
Alessandro salió completamente furioso al contemplar que su primo podría llegar a ser su jefe, mientras que caminaba dando pasos largos se le acercó Daniele, su hombre de confianza.
—Señor tenemos problemas, uno de sus socios en Nueva York ha perdido la vida, lo mejor es que hagamos presencia y pongamos al tanto al nuevo presidente de tu existencia y por supuesto que estará bajo tu mando antes de que los herederos intenten vender la empresa —Alessandro apretó con fuerza sus puños ya que aquel viaje retrasaría sus planes para que su primo no fuera el nuevo jefe.
“Nueva York”Luego de que Sophia condujera por largas horas sin sentido alguno decidió detenerse para pasar la noche en un hotel, su estómago gruñía del hambre y necesitaba pensar con calma y saber que hacer de ahora en adelante con su vida.Una vez que ingresó al hotel y llegó la hora de pagar por el servicio ninguna de sus tarjetas se encontraba con fondos, Sophia no lograba comprender lo que estaba sucediendo, en su bolso no tenía suficiente efectivo para pagar, así que sin otra salida tuvo que salir con la cabeza baja aguantando las burlas del personal de aquel hotel.Sophia decidió regresar a su apartamento, allí tenía dinero suficiente para sobrevivir mientras solucionaba el problema con las tarjetas; lo peor llegó una vez que se encontró en la entrada principal del edificio donde ella residía.—Señorita Sophia, nos han dado la orden de no permitirle el ingreso, según nos informaron usted ya no tiene ningún derecho de ingresar en este lugar, no se moleste con nosotros, solo hace
Sophia no podía creer lo que estaba viendo, con la mano que tenía libre limpió las lágrimas que cubrían sus ojos para fijarse una vez más en la persona que trataba de acercarse. —¡Alto!, por favor no continúe, juro que sí lo hace no dudaré en lanzarme —aseguró Sophia con la voz temblorosa, pero aquel hombre pasó por alto sus advertencias. —Lo pude ver todo, la persona que se estrelló contra su auto lo hizo a propósito, una vez que logró conseguir su cometido bajó del auto y subió a otro que esperaba por él —Sophia no lograba comprender aquellas palabras.—¿Qué está diciendo? —preguntó—. Si está actuando de esta manera para llamar mi atención e impedir que me lance del puente le aseguro que está equivocado —aseguró Sophia y se acomodó para lanzarse. —Me gustaría saber, ¿qué clase de problemas tiene una mujer como usted además del sobrepeso para que esté resuelta a lanzarse de este puente? —aquella pregunta hizo que Sophia negara con su cabeza.—Es claro que solo es un idiota más, he
Palermo - Italia.Luego de un largo viaje, Daniele se ha hecho cargo de las heridas de Sophia, ella no ha dejado de pensar en las consecuencias de haber aceptado un trato con un hombre que ni siquiera conocía, pero al mismo tiempo tomó valor para conseguir su venganza. —¿A dónde vamos? —preguntó Sophia a Daniele.—Aún no lo sé con exactitud, el jefe no suele darnos información que no es necesaria y que pone en riesgo su vida —respondió Daniele.—¿Quién es usted? —cuestionó Sophia.—Soy Daniele, el hombre de confianza, la persona que se encarga de la seguridad de Alessandro Morelli, si alguien intenta hacerle daño no vive para contarlo —aseguró Daniele y Sophia pasó saliva. El avión aterrizó en una pista privada, unas camionetas se encontraban allí disponibles para recogerlos, Sophia al observar a su alrededor comprendió que estaba caminando en el mismo infierno, los hombres que se encontraban a su alrededor no se molestaban en ocultar las armas, en sus rostros dejaban ver que no era
Sophia luego de bajar de aquella camioneta dio unos cuantos pasos, el lugar se encontraba decorado, trago saliva al notar la cantidad de personas que se encontraban esperando para su boda.En el lugar se encontraba Alessandro, Vittorio, Paolo, Dario y por supuesto todo el personal de seguridad de aquellos hombres poderosos, las miradas de odio y rencor entre Paolo y Alessandro eran bastante notorias que su abuelo lo lograba notar.Sophia parpadeó un par de veces al ver a lo lejos a Alessandro, él era un hombre peligroso, de una familia importante y era claro que tenía mucho poder y por eso se le facilitaba la idea de ayudarla a vengarse. Ella no podía negar que era sumamente atractivo, era un hombre que podía tener a la mujer que quisiera, pero ahora era ella la que estaba a punto de casarse. —Ya lo estás viendo abuelo, estoy cumpliendo con tus peticiones, a pesar de que detesto este tipo de compromisos lo estoy haciendo. Sabes muy bien que Paolo es el menos indicado para tener el co
“Nueva York”Sophia se encontraba en la oficina trabajando como siempre lo solía hacer, hasta que una llamada que le comunicó la asistente interrumpió sus labores.—Hola —respondió ella mientras recostó la espalda en la silla.—Soy el detective Oliver Davis, ¿me estoy comunicando con la familia Adams? —Sophia arrugó sus cejas ya que no lograba comprender cuál era el motivo de aquella llamada. —Así es, ¿en qué le puedo ayudar? —preguntó ella al instante. —Lamento darle esa terrible noticia, pero el señor y la señora Adams han perdido la vida en un terrible accidente. Luego de escuchar aquellas palabras el rostro de Sophia cambió repentinamente, ella sentía que el aire se agotaba y respirar le costaba. Esas palabras se repetían una y otra vez en su cabeza.—¿Qué?, pero... ¿qué ha dicho? —preguntó ella con sorpresa mientras se levantó de la silla—. Es imposible y difícil de creer, hace unos pocos minutos ellos estuvieron conmigo —aseguró Sophia con sus ojos húmedos. —No le miento, en