C.D. New York, EU.
Diciembre 9 de 2008
Pequeños copos de nieves veo caer desde la ventana, esperando la llamada de Ethan es tarde no sé porque no me ha llamado para cancelar la cita conmigo, siempre he entendido que tiene que atender sus compromisos con la empresa de su padre, pero me duele que no se digne a levantar el teléfono y avisar, Tabata me observa desde la puerta de su habitación y mueve la cabeza en negativa
—El estúpido de tú prometido te ha vuelto a dejar plantada ¿Y… sabes qué? Ya no me contestes, siempre utilizas la misma justificación, que la empresa, sus amigos… —suspira y me dice a los ojos —Entiende Rose eres bella, tus padres tienen dinero eres una mujer con educación cualquier hombre se sentiría afortunado al tenerte a su lado, eres una tonta al seguir esperando por él cuando sabes que ya no vendrá por ti.
—Entiende Taba estamos por casarnos y tiene que cumplir con los compromisos de la empresa, su padre no le perdona ningún error, sé que lo dices porque me quieres, pero también entiende su posición.
—Aquí la que debes entender eres tú Rose siempre es lo mismo jamás ocupas su primer lugar en nada, serás la esperada mujer modelo, pero tú nunca serás más importante que sus “compromisos”, pero está bien no diré nada más porque sé que diga lo que diga de él siempre lo justificas.
Tabata vuelve a suspirar y se retira a su habitación con su trago de whisky en la mano, Ethan porque me haces esto, suspiró mirando el teléfono en la espera de su llamada, en la radio se escucha “la vie en rose” haciéndome recordar el día en que nos conocimos, el día que me sentí volar con sólo ver el café claro de sus ojos, ese día de invierno se volvió primavera dentro de mí, su rostro perfecto el caminar de un gran caballero, y su traje gris lo hacía ver el hombre ideal, yo solo baje la mirada al sentir la penetrante mirada que me dedicaba, era la cena con los socios de mi padre y él era el hijo de uno de esos socios, cuando nos presentaron y sentir el contacto de su piel fue especial, a partir de ese momento algo dentro de mí sabía que yo siempre le iba a pertenecer a Ethan Miller.
Pero ahora con cinco años de compromiso, siento la inseguridad y la duda sobre si Ethan verdaderamente me ama, Tabata tiene razón yo soy siempre la que justifica soy la que encuentra solución a nuestros problemas, pero que puedo hacer cada vez aplaza más la boda, pero no entiendo si no me ama para que me pidió matrimonio, me llevo las manos a la cabeza y sigo sin saber la respuesta a la actitud de Ethan. El teléfono suena sacándome de mis pensamientos, camino hasta donde lo deje y contesto.
—¡Hola!
—Rose mil perdones no pude ir por ti a cenar, la reunión se alargó y ya sabes cómo es mi padre si no cumplo con todas sus exigencias, llegare en un momento a tu edificio y llevaré unos pastelillos que más te gustan.
—Entiendo Ethan, no tardes te espero… ¡Te amo!
—No tardó Rose un beso princesa.
Si no me amara no se tomaría la molestia en venir ¿Verdad?, él me ama yo lo sé, deja de pensar y hacerte ideas Rose entiende él te ama y punto, esperare que llegue y hablaré con él sobre el día de nuestra boda, que una vez acabe la universidad quisiera casarme y tener hijos cuanto antes, es uno de mis más grandes sueños, ya todas mis amigas están casadas y con hijos sólo quedamos Tabata y yo, pero Tabata es digamos especial ella espera el amor de su vida y que la trate como ella dice una mujer y no como un objeto de lujo.
Entro corriendo a mi habitación me coloco más perfume de vainilla que tanto le gusta a Ethan, pongo un poco de música y alisto las copas de vino, de su bodega, cosecha especial Collins, toco a la habitación de Tabata
–¡Adelante! tú no tienes que pedir permiso Rose.
—Sólo pase para decirte que vendrá Ethan para acá y cenaremos en la sala.
—Está bien gracias por avisar y evitar toparme con ese bicho.
—¡No le digas así Taba! Que él es un buen hombre.
—Eso no lo dudo en lo más mínimo, pero lo que sí es pésimo novio y no me gusta cómo te trata, pero está bien una vez más no diré nada, y si van a tener sexo háganlo en tú habitación no quiero llevarme sorpresas.
—No digas esas cosas Taba que él solo viene a cenar y a disculparse por la tardanza.
—Si cómo digas Rose fingiré que te creo, y una cosa más recuerda que mañana te toca la inyección claro si es que no quieres quedar embarazada antes de la boda.
—Gracias por recordarme Taba me había olvidado y claro no quiero embarazarme hasta estar casada, mis padres me matarían si supieran que ya me he acostado con Ethan.
–Entonces mañana te acompaño a la clínica, ya están tocando a la puerta ve a abrirle a tu futuro esposo —le sonrió y me dio un abrazo antes de salir de su habitación.
—Espero con toda el alma Rose que Ethan te ame tanto como tú a él, te lo mereces eres una buena mujer, y ese estúpido no se ha dado cuenta de la joya que tiene en sus manos, mejor me pongo a escribir ese estúpido me saca de mis casillas. Salgo de su habitación y antes de abrir me veo en el espejo una última vez, quería estar impecable siempre para él. Abro la puerta y lo veo parado en la puerta tan guapo como siempre.
—No te has tardado nada amor —me arrojó a sus brazos, le doy un pequeño beso en los labios y lo hago pasar a la sala.
—Perdón princesa por no venir a tiempo, pero ya sabes las reuniones —se excusa y le creo.
—Permíteme tu abrigo, te entiendo Ethan, pero porque nunca me llamas antes, merezco que me avises y así podré saber si me arreglo o salgo a caminar.
—¡Rose hermosa! Ponte en mi lugar la presión que recibo es mucha quiero darte la vida de reina que te mereces.
—Pero ya con lo que tienes es más que suficiente para mí, además mi padre me dará mi parte de la herencia una vez que nos casemos.
—Lo sé Rose, pero yo no tocaré ni un dólar de tu herencia.
—Está bien entiendo, pero ven siéntate te sirvo una copa de vino.
—Si por favor, yo traeré unos platos para que comas los deliciosos pastelillos que traje.
Suerte que tengo en tener a Ethan como mi prometido es trabajador, educado, guapo, viene de buena familia y sé que me quiere, aunque nunca me ha dicho que me ama sé que lo hace.
—Que deliciosos se ven los pasteles.
—Los compre pensando en ti.
—Gracias son mis favoritos, Ethan quisiera que ya definiéramos un día para la boda, quiero casarme terminando la universidad y poder planear tener hijos. —le dije de una vez sin dar tantas vueltas.
—No crees que es muy pronto aun, no quisieras viajar y tal vez perfeccionarte en los estudios.
—No Ethan, no quiero seguir alargando la boda, podre seguir estudiando aun estando casada entiéndeme, quiero tener hijos formar una familia a tú lado, pero pareciera que tú no quieres eso, ¡Llevamos cinco años comprometidos¡ Y cada que toco el tema me evades, dime la verdad Ethan ¿Me amas? Porque no encuentro otra razón para aplazar tanto nuestra boda.
—Podrías dejar de reclamar, yo solo estoy pensando en cómo ser independientes, y dándote la libertad que muchas quisieran en tú lugar, por favor, Rose no me estreses más, y si tanto quieres casarte ya ponte de acuerdo con tú madre y la mía vayan viendo los preparativos para poner fecha de la boda, ahora por favor ayúdame a quitarme el maldito estrés.
—Ethan no quiero que lo hagas por presión si no porque lo quieres tanto como yo.
—Rose lo hago porque quiero y soy un caballero se cumplir con mi palabra, ahora te necesito Rose. —me beso como siempre con premura y pasión.
—Vamos a mi habitación Ethan no quiero que Tabata nos vea.
—¿Esa bruja está aquí?
—Sabes que aquí vive y no le digas así es mi amiga.
—Que sea tu amiga no le quita lo bruja que es.
Entramos a la habitación, me desvistió con prisas como si me fuera a ir, no podía seguir el ritmo de sus besos, sentía sus manos por todas partes, me tumbo en la cama y me penetro rápidamente me estaba costando excitarme sus gemidos se hacían cada vez más fuertes, los míos eran más de incomodidad, me besaba los senos con dureza me apretaba las piernas, como queriendo grabar sus manos en mi piel, me llevo las manos a la cabeza y empezó a penetrarme más fuerte pegó su frente a la mía y sentí su esencia tibia dentro de mí
—Gracias Rose no sabes cómo te necesitaba hermosa
—Te amo Ethan nunca lo olvides.
—Yo también Rose.
—Voy al baño regreso no te pares de la cama me encanta verte así desnuda para mí —el salió y no sentí en qué momento quedé dormida y fui despertando por las caricias en mi espalda.
—Eres hermosa Rose no puedo dejar de tocarte, eres la mujer perfecta para ser mi esposa.
—Te amo Ethan y lo que más anhelo es ser tú esposa para poder compartí mi vida contigo.
—Lo se hermosa por eso hablaré con tu padre para poner una fecha definitiva, sólo dame unos días más que esté menos apurado con los pendientes de la empresa
—Mi amor te entiendo, tomate estos días ¡Estoy tan feliz, no sabes lo dichosa que me haces!
—Mereces todo lo mejor de mi Rose.
Me beso y poniéndose una vez más encima mío me beso, esta vez con calma sintiendo como su lengua trazaba cada rincón de mi boca, sus manos acariciaban mis piernas, miles de sensaciones invaden mi cuerpo, acaricié su espalda, y él no dejaba de besarme y acariciar mis piernas, acaricio mis pliegues sonriendo sobre mis labios
—Estás muy mojada Rose, me necesitas dentro tuyo
—Ethan te deseo por favor, no pares nunca de amarme —parecía una estupidez, pero era feliz aun sabiendo que me hacía daño rogar por su amor.
Rose —Vaya pensé que tardarías más en conseguir ser la futura señora Miller —me dice con ironía mi hermana Britany al llegar a casa de mamá.—Deja de fastidiar a Rose —me defiende mamá.—Solo lo dices porque cazó al heredero del grupo Miller.—Por favor Brit, sabes que con este matrimonio liberare la herencia del abuelo.—Solo espero que, al momento de la lectura del testamento, no haya sorpresas —mi hermana se levantó de su lugar y se fue hacía su habitación.—No des importancia a tu hermana ahora solo importa tu futura boda. ¡Me gustaría que se celebrará en el valle de los viñedos de San Francisco!—Precisamente hay algo que debes saber.—Dime Rose soy toda oídos —mi mamá era una mujer de la alta alcurnia, y mi abuelo su padre, nos ha dejado su herencia en mis manos, con la condición de que al cabo de un año me casará para heredar, caso contrario nuestra fortuna será pasada a manos de nuestro tío, su primer hijo varón fuera del matrimonio.—Ethan incluyó a su madre para organizar j
RoseUna semana después—¿Qué haces? —me pregunta Tabata al verme armar las valijas.—Quiero sorprender a Ethan, mañana viaja a la finca en California —le dije mientras doblaba la ropa en mi maleta.—No debería él invitarte —largue la ropa en la cama y mire a mi amiga enojada.—Taba, porque eres siempre tan cruel conmigo, Ethan es mi pareja y quiero darle una sorpresa.—No soy mala, pero te veo entusiasmada con todo y a él como que le da igual, no te pusiste a pensar un poco que tal vez se casa contigo porque tiene que hacerlo.—Espero no te enojes con lo que voy a decirte, pero ya que ambas somos francas, te lo diré, soy feliz porque es mi casamiento o prefieres que esté triste, y segundo Ethan tiene mucho trabajo y que yo vaya es para ayudarlo a desestresarse.—Te felicito, pero lo diré una vez más, no vengas llorando a decirme ¡Tenías razón! —ella salió y tenía ganas de salir por detrás suyo y matarla por ser tan cruel, a veces pensaba que ella sabía algo que yo no.No seguí pensan
Subí al auto de aquella mujer y mientras miraba el camino la imagen de ellos dos venía a mi mente constantemente, entonces decidí que no podía seguir haciéndome más daño, ahora el saber dónde estoy parada, debo mirar al frente y hacer como que nada paso, si el cree que va a hacer lo que él quiere está equivocado, te daré donde más te duele Ethan Miller.Al llegar al aeropuerto saque pasaje para Miami, no podía volver a casa, Tabata se daría cuenta lo sucedido y no quería darle la razón, también estaba el hecho de que mi familia sepa lo del engaño y sé que van a hacerme la vida imposible porque aun así acepte el casamiento con ese maldito infiel, como pude ser tan estúpida y no darme cuenta, debí suponerlo, sabía que había algo detrás, no podía a él siempre molestarle que vaya a su oficina, digo era su pareja con quien iba a casarse, al verlo con la secretaria entendí que ella era quien alimentaba su amor, pero porque si la quiere a ella está conmigo, jamás me llevo a su finca y como e
Al llegar a la salida de la finca sentí la explosión, sabía que no sería de gran magnitud, no podía poner en peligro a mi familia ni a la de Ethan, solo quería simular mi muerte y que mejor con un incendio, sé que esto le costará una fortuna, había mucho vino en bidones de madera, eso avivará aún más el fuego y hasta que los bomberos lleguen, será tarde para salvarme. Deje todo estratégicamente plantado, mi vestido y mis zapatos, también me corte la mitad del cabello y la deje junto al vestido, más evidencia que aquello no podía fallar.—Señorita, suba debemos irnos —me dijo aquel hombre que conducía la camioneta, ya que al sentirla explosión paro y me baje, tenía reflejada en mis ojos las llamas de la bodega, una lagrima rodo por mi mejilla, trague saliva porque no podía ahora ponerme mal.—Tienes razón, vamos —dije girándome, mientras subía a la camioneta, cerré mi puerta y volví la vista a la calle, el hombre subió y me llevó lejos de Napa. Condujo varias horas, cerca de las 8 de l
Rose—¿Qué haces aquí sentada? —me tira del brazo Eli para que vaya con ella.—Ve tú ¡Aquí estoy bien! —le dije frenándome a mitad de camino hacia la pista de baile.—Por favor, Rose, vinimos a una fiesta —en ese momento se prendieron las luces de la pista y la cara de amiga fue de ya fue.—Buenas noches a todos, gracias por venir a la última cena de fin de año de nuestro restaurante… —decía la voz a través del micrófono.—Mira ahí está Jackson —dijo Eli y no le di importancia.—Eli tenemos que hablar —le dije ya que me pesaba lo que había hecho en la fiesta de mi boda.—¡Hey! ¿Por qué esa cara? —me pregunto al verme.—Podríamos salir, solo será un momento —le dije sin prestar atención a lo que sucedía en la fiesta.—Vamos al jardín trasero —me dijo y me levanté junto a ella y fuimos hasta ese lugar.—Eli lo que hice me da vergüenza contarlo, pero si no lo hago no podré seguir con mi vida, siento que hice mal, ni siquiera puedo festejar nada esta noche.—Me asustas Rose ¿Qué pasó? —mi
Jackson HeinzLlegue a casa de mi hermana a eso de las 12 del mediodía, hoy me había ofrecido a ayudarle con la entrevista de trabajo para su nueva asistente de cocina, al leer el currículo de la aspirante, me llamó la atención su nombre, Rose Williams, creía que la conocía de algún lado, pero no fue así o si, fue la misma mujer que el día de ayer, mojo mi camisa con champagne, cuando chocamos, ya que ella iba distraída.—Jack ya dime como te fue, por favor que no sea un fiasco en la cocina, necesito a alguien eficiente, Elisa me dijo de ella y por eso acepte ayudarla —mi hermana se movía de un lado a otro en la cocina, ya que estaba preparando el almuerzo.—Llego tarde, por ende, cocino tarde, sabes que la paciencia no es mi fuerte —le dije sin ninguna preocupación, tomé una manzana de la frutera y la empecé a comer.—Dime que probaste la comida —dejo lo que hacía para mirarme seria.—¡No! Lo siento Kat, pero no probé mi horario de salida era antes de las 10 mañana.—Debiste esperar,
Ethan—¿Qué quieres? —le dije sin mirar a Angelica, ya que era la cuarta vez en la mañana que entraba a mi oficina sin ser llamada.—Necesitamos hablar, no puedes ignorarme siempre —me dijo caminando hacia mí, vi como lentamente se quitaba la camisa y la frené a tiempo.—Por favor no sigas, no ves que solo te haces daño a ti —le dije apartándola de mi lado y ella volvió a acercarse.—Ethan porque me alejas, podríamos pasarla tan bien juntos —me tomó por los hombres y quiso besarme, pero le dije lo peor que alguien alguna vez le dijo.—En el pasado solo fuimos amantes, nunca serás mujer para mí, no mereces serlo, solo Rose ocupara ese lugar siempre —al oírme se levantó rápido y se empezó a prenderse la camisa enojada y me dijo.—Mereces todo lo que estás pasando, sabes que creo que ella no se murió, se fue y te dejo, ojalá así sea y en tu cara te refriegue su vida feliz, siempre supe que Rose era una estúpida cornuda, pero hoy sé que fue más inteligente que cualquier mujer, ojalá no vu
El trayecto a casa fue incómodo, el solo miraba el camino, nunca dijo nada, ni música puso en la radio, lo peor era que el viaje en auto duró media hora, fue la media hora más larga de mi vida, solo miré al frente y no hice más, respiraba porque tenía que hacerlo, de pronto el silencio me llevó a pensar en Ethan, su traición me dolía cada día más, estar alejadas de todos y mentir por su causa terminó enredando aún más mi vida ¿Por qué? Porque tuve que ser tan ciega, por dinero tal vez, para salvar a mi familia, nunca pensé en mí, siempre es lo mismo pongo a los demás antes que a mí como mujer, el no heredar la fortuna de mi abuelo, no cambiaría mi vida, me faltaba poco para graduarme, hasta eso abandone, mis sueños y esperanzas, por alguien que no merece ni las lágrimas que derramó cuando me creyó muerta.—¡Disculpa! —un toque en mi brazo me sacó de mis pensamientos y me gire, entonces note que habíamos llegado.—Eh sí... perdón no se… —tome la manija de la puerta del auto para abrirl