Capítulo 250
La furgoneta se adentró en un callejón, y aunque ya no podía ver rastro alguno de ellos, las huellas de los neumáticos en el suelo indicaban claramente su dirección.

Hernán siguió las huellas y aceleró hasta los 180 km/h.

Medio minuto después, llegó a la entrada de una fábrica abandonada donde vio a varios hombres que parecían estar esperándolo.

Estos secuestradores no eran simples, mostraban audacia y astucia.

Y así era. Aunque los hombres estaban esperando, la furgoneta con Jimena no estaba allí.

Justo en el cruce donde las huellas aún eran visibles, el hombre rubio frenó en seco, abrió la puerta y se dispuso a echarlos, mientras sus secuaces apenas reaccionaban.

—Ustedes, vean qué está tramando este tipo y no dejen que se escape. Recuerden, no digan nada innecesario, ¿entendido?

Algunos se miraron entre sí, ninguno se atrevía a bajar.

El rubio sacó un cuchillo de su bolsillo y lo puso amenazadoramente en los cuellos de los hombres, sus ojos llenos de advertencia: —¡No quiero repetir
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo