Al llegar a casa esa noche, Jimena apenas se disponía a darse un baño y descansar cuando recibió una llamada, y al ver la pantalla, era Héctor.

Jimena pudo adivinar el propósito de esa llamada y no pudo evitar pensar que las malas noticias vuelan rápido.

Al contestar la llamada, antes de que Héctor pudiera hablar, Jimena tomó la delantera.

—No tienes que preocuparte, puedo encontrar a un artista para salvar la situación.

Héctor al otro lado de la línea estaba perplejo y preguntó: —Jenny, ¿de qué estás hablando? Llamé para decirte que he conseguido una oportunidad de audición con el director que más quiero trabajar.

Se notaba en la voz de Héctor que estaba realmente confundido, al parecer no sabía nada.

Jimena había escuchado a Héctor expresar su deseo de colaborar con Roberto, un director que había filmado muchas películas clásicas. Esta película sería la última de Roberto, ya que había anunciado que después de completarla, no dirigiría más películas o series.

Esta era realmente la últ