Emily llegó al gimnasio donde se encontró con Nicolás, no podía negarlo sentía mariposas en el estómago cuando lo veía, pero era inalcanzable para ella por ser alguien rico y de estatus social. Aunque, él siempre le había manifestado la humildad que tenía igual no se arriesgaba a confesarse. Juntos hicieron la rutina completa, donde él era su inspiración para buscar tener un mejor cuerpo cada día, mientras la hacía reír entre sus chistes tontos.
— ¿Cómo te fue con el jefe? — Preguntó Nicolás con interés, quien era un don Juan sólo que a Emily la quería como una hermana.
— Bien, conseguí trabajo — Respondió restándole importancia, no quería pensar en él al menos en este momento.
— Él es una gran persona, su hija es hermosa — Pronunció Nicolás mientras le aumentaba peso a su máquina para realizar tríceps.
— Si, la niña es hermosa igual a ti — Confesó Emily haciendo sonrojar a Nicolás, ellos siempre se hacían ese tipo de bromas para hacer reír al otro donde no se lo tomaban a mal, pero eran conscientes que detrás de cada broma existía una verdad oculta.
— Dime que estás enamorada de mí, no pasa nada — Manifestó con burla Nicolás, mientras tomaba agua.
— Obvio, como eres tan irresistible — Contestó Emily salpicando la cara de Cristian con una leve cantidad de agua de su botella. Quién no se quedó atrás, ya que realizó la misma acción riéndose ambos, pero ganándose a la vez un regaño del administrador del gimnasio por el daño que habían causado.
— Nos van a echar — Manifestó Emily echándole la culpa a Nicolás por lo cometido, no podía pagar un gimnasio más caro.
— Si nos echan, pagó el año en uno de los mejores gimnasio para los dos — Contestó triunfante, quedando como un príncipe ante Emily, aunque para su mala suerte sus palabras se volvieron real, porque les habían prohibido la entrada después de varios acontecimientos que habían provocado donde les devolvieron el adelanto y quedaron sin el pan sin el queso.
Emily decidió dirigirse para su casa, donde la estaba esperando su pequeño en compañía de su madre. Como siempre, les traía una bandeja de carne a los dos después de ir al gimnasio porque su hijo la amaba, le dolía ver que no se comunicaba fácilmente ni siquiera con ellas porque evitaba la mirada, se frustraba fácilmente y tenía problemas de lenguaje. Pero había buscado una forma de comunicarse con él, parecido a la lengua de señas solo que era a partir de los colores. Si Leo mostraba el color rojo significaba que estaba molesto, si mostraba el color naranja significaba que tenía miedo.
A la vez, si mostraba el color verde significaba que estaba tranquilo, si mostraba el color azul tenía alguna petición o deseo y finalmente si mostraba el color morado significaba que necesitaba ir a dormir. Aunque, había sido difícil especialmente porque tenía apenas dos años, había podido comprender la forma de comunicarse mutuamente siendo un gran alivio para ella, porque aparte de ellos con el color rosado significaba terapia, donde ella estimulaba diferentes destrezas a partir del juego, Leo era y siempre iba a ser su bendición ante cualquier pronóstico o manifestación de alguna persona.
Por otro lado, Sergio debió dejar a la pequeña Lily en compañía de su nona porque tenía que viajar a atender asuntos de su manada, porque estaban siendo atacados por los rivales donde debía ir a apoyarlos. Así que salió de la casa en su vehículo sin compañía del chófer dejándolo estacionado cerca de una pent-house que tenía a las afueras de la ciudad, para transformarse donde su traje se había rasgado, sus ojos se habían agrandado dejando a la vista su mirada penetrante mientras aparecían las cuatro patas con su hermoso pelaje café, aullando y moviéndose con velocidad hacia el encuentro con ellos.
Cuando llegó se dio cuenta de la gran amenaza, donde decidió atacar con sus dientes y sus fuertes patas hacia los enemigos. Siendo acompañado del gran Alpha supremo quien quería cederle sus poderes en contra de la voluntad de la diosa Hécate debido a un pronóstico de la diosa luna quien decía que Sergio era el indicado. Fue una batalla dirá, donde hubo varios lastimados de las diferentes manadas, pero habían logrado salvar su territorio, al menos por esta vez.
— Cada vez son más, debemos tener alguna estrategia diferente — Manifestó Sergio ante el Alpha supremo llamado Adrián, quien era un lobo de color café, ojos grises con una mirada única manejando el poder del aire.
— La vamos a planear, necesito prepararte Sergio — Comento Adrián con seguridad, mientras volvían a su forma natural de ser humano.
— ¿Está seguro de ir en contra de la voluntad de la diosa Hécate? — Pronunció Sergio sorprendido, porque tenía entendido que era una deshonra total.
— Si, sé que tendré la bendición de la diosa luna — Susurro dándole unas palmadas en la espalda, mientras se dirigían a casa después de cambiarse nuevamente.
Después de eso, Sergio llegó a su casa rendido saludando a su pequeña Lily después de haberla abandonado unas horas, pero para él significaba semanas porque no quería volver a sentir ese sentimiento de perder a alguien, como a su prometida. Así que, decidió buscar en internet todo lo referente a la Terapia ocupacional dándose cuenta que era una carrera que se especialista en la rehabilitación en personas con discapacidad, pero también convencionales, es decir, sin ninguna discapacidad pareciéndole una gran oportunidad para quien lo estudiaba, porque no era para cualquier persona.
Decidió pedir diversos materiales de internet para decorar una habitación exclusiva para las terapias de Lily, porque necesitaba verla bien especialmente si iba a ser nombrado como un Alpha supremo porque era una gran responsabilidad además del poder especial que iba a recibir, el cual le causaba miedo porque sabía que su hija iba a ser una amenaza fija ahora lastimarlo a él y su manada o si se enteraban de que encontró a su mate, también lo sería ella y su familia. El gran Alpha de la manada de lobos negros, se llamaba William siendo un joven de 30 años, dueño de los mejores bares Cubanos donde interiormente trafica dinero y trata de blancas para mantener a su manada, tuvo la desdicha de que sus rivales mataran a sangre fría a su mate, su hermosa mujer de 26 años no más con su cabellera negra profunda con sus ojos miel penetrantes lo cual tenía clavado en su corazón, no iba a permitir que eso quedará así porque iba a vengar su muerte, teniendo a la lira a Adrián el gran Alpha supremo y a Sergio el Alpha importante que lo va a reemplazar según rumores por ahí, ocasionando que averiguara de la vida de ellos ahora darles su puño por detrás.
Emily se levantó con entusiasmo, porque primero iba a entrenar en un gimnasio nuevo y completo gracias a las tonterías de su amigo Nicolas; iba a conocer un poco más de su mundo y cómo actuaba ante la otra cara de la moneda. A la vez, porque había tenido permiso de llevar al pequeño Leo a la terapia con Lily para hacerla conjunta, aunque tenía claro que la prioridad en ese momento era la pequeña, había leído en internet sobre el síndrome de Down que se manifestaba como un cromosoma adicional en el 21 ocasionándola, se evidenciaba especialmente por las características físicas en la cara pero eran muy importantes, tenían un alma pura de ángel que iban a tener toda su vida haciéndolos únicos, su intervención se basaba específicamente en estimulación de las diferentes destrezas y en su secuencia de desarrollo, debido a que era más lent
Emily quedó plasmada por la reacción de Sergio, porque a pesar de actuar impulsivo ella no sentía miedo ni desconfianza ante sus actos, aunque si le parecía extraño esas situaciones donde se desaparecía sin explicación alguna, le causo risa la reacción que había tenido Leo ante la muestra de afecto, así que decidieron seguir en la habitación para terminar la terapia. Media hora después, llamo a la nona de Lily para que la llevara a la habitación propia de ella y se encargara de ella, dirigiéndose hacia la puerta para volver a su casa al lado de su pequeño hijo.Cuando llegaron, su madre le pregunto cómo le había ido donde le conto toda la experiencia, omitiendo lo que había sentido y la forma de tratarla de su jefe; no quería que su madre se imaginara escenarios como siempre hacia pensando que iba a venir un príncipe azul qu
Sergio había llegado a su casa sintiéndose extraño después de la transformación, tenía nervios de descubrir cual deseo especial de los cuatro elementos había sido otorgado. Pero primero verifico como se encontraba su pequeña Lily al lado de la nona, quien le terminó de contar como le había ido con la terapia, lastimosamente tuvo que irse donde quería aprovechar la oportunidad de invitarla a comer algo, pero iría despacio para no ahuyentarla. Había decidido que el mejor método para que ella dejara de aborrecer a los seres sobrenaturales era primero entenderla, saber el motivo secreto detrás de eso además ir despacio enseñándole que no eran seres despreciables como ella creía, sino al contrario podrían ser lo más tierno del mundo si ella decidía conocerlos, compartir con ellos y especialmente dejarse marcar por él, su Alpha.&n
Fue una gran experiencia el haber entrado en un gimnasio diferente pensó Emily; se notaba la diferencia desde las máquinas hasta los entrenadores personales, pero igual extrañaba su gimnasio del barrio, porque se había acostumbrado con lo poco, pero adecuado. Nicolás la llevó a su casa, despidiéndose de un beso en la mejilla y entro a saludar a su madre y a su pequeño Leo quien le mostró el color rojo donde estaba molesto por no haberlo llevado con la terapia de Lily donde la sorprendió, porque a él no le gustaba compartir con nadie más a diferencia de ella que parecía que tenían conexión y eso que ella era una bebe y el un infante más grande.Al siguiente día, se despertó y se colocó su uniforme de terapeuta ocupacional mientras se peinaba su cabello, lo adoraba a pesar de ser poquito donde quería buscar un tratamiento para
Emily llegó a su casa agitada por lo que acababa de suceder con su jefe, no entendía sus reacciones ante ella y como lograba hacer que su corazón palpitara; además a ella le gustaba Nicolas ¿no? pensó para dentro de sí misma. Así que decidió intentar dejar los pensamientos atrás para concentrarse en su pequeño Leo quien estaba molesto todavía con ella, pero le mostró una estampilla de una rosa que significaba que mañana era sábado, donde cambió su semblante a uno feliz porque sabía que iba a ver a la pequeña Lily. Habían quedado que los domingos no habría terapia, pero que iba a ir igualmente solo para que Leo compartiera con Lily; ya que eso le ayudaba a él con su propia terapia donde Sergio aceptó sin ningún inconveniente.Emily decidió contestar el mensaje de William a quien había dejado
— Saluda mi amor, él es un amigo y nuestro jefe — Manifestó Emily mirando a su pequeño, esa reacción definitivamente no era para Sergio, si no para William.— Tal vez sabe que es alguien no digno de admirar — Pronunció Sergio, cacheteándose internamente porque ella no sabía de su rivalidad, donde tuvo una mirada conectada con Leo parecía que estaba tranquilo por él.— No te preocupes, es porque recién me está viendo — Contestó William con delicadeza arrodillándose sobre su pantalón odiando ese acto porque se iba a ensuciar, pero hacía parte de su plan — Leo te llamas, ¿verdad? mucho gusto, mi nombre es William — Dijo mostrando su mano como signo de paz.— No te acerques — Afirmó Leo con recelos escondiéndose detrás de Emily, quien
— ¿Que alcanzaste a escuchar? — Interrogó directamente Lore hacia Emily mirándola directamente a los ojos, mientras Sergio sudaba internamente por la situación donde Leo se dio cuenta, aunque era un niño que no se expresaba fácilmente, el sentía y entendía mucho mejor que los adultos.— Nada importante, debo irme — Contestó con seriedad Emily, estaba cansada realmente como para ponerse a pensar en lo que acababa de escuchar, tal vez eran suposiciones suyas — Nos vamos, Leo — Ordenó dando media vuelta para dirigirse hacia la puerta principal, donde Leo soltó a Sergio de las piernas para irse detrás de ella agarrándola de la mano, cogiendo un taxi directo hacia su casa.Cuando llegaron, sintió que no podía dar más, pero para su mala suerte su madre se encontraba enferma, hab
— Me estás tomando del pelo ¿verdad? tiene que ser un chiste… — Manifestó Emily en medio de su impresión, no podía creer como no se había dado cuenta antes <<porque me dormiste, así que no te aviso>> manifestó su loba interior, causando mayor impotencia en ella.— No, sé que me odiaras por decirte la verdad; especialmente porque se tu historia — Susurro Nicolas de forma calmada, estaba esperando el momento en que Emily iba a explotar.— ¿Odiarte? eso es lo de menos, ¡me acabas de traicionar! Pensé que eras mi amigo — Confesó Emily colocándose de pie, llamando la atención de todos a su alrededor.— Por favor, hablemos afuera — Susurro Nicolas por ver que todo el mundo estaba atento al chisme odiando a la multitud.— &iexc