Una semana paso, Jena estaba de pie, ocupándose del cuidado de su hijo, pero sin ningún signo de debilidad o algún reflejo de cansancio, su cuerpo habia recuperado toda fuerza y naturalidad.En un par de horas estaba acondicionada una de la habitaciones para su bebe, con un enorme oso de felpa, una cuna de madera fina, una cómoda llena de ropa, los mellizos y Alison se encargaron de ordenarla, un enorme cesto lleno de juguetes que Derek se encargó de proveer, y una silla mecedora para que Jena arrullara al pequeño Imperión sin fatigarse.La puerta blanca volvió a cerrarse, no hubo preguntas ni reclamos, Conan toma la llave y la guardo donde nadie tendría acceso y así mismo nadie volvería a entra en esa habitación.Ver la actitud de Conan al respecto de esa habitación le demostró que Débora aun le importaba, que aun cuando se hubieran jurado amor eterno, y que ella hubiera dado a luz a un hijo suyo no era suficiente para que la olvidara.Decidió no tocar el tema, lo que ahora menos bus
Su lobo nunca había sentido tanto deseo por una mujer, pero esto iba más allá de toda lógica. Era como un deseo vital. Una imploración de poder sobrevivir en este mundo solo con un beso.—Me gustaría que se lo dijeras —trago saliva—, a quien crees que le crea a ti que eres una terapeuta con los conocimientos necesarios de manipular a tu antojo a un hombre o, a mí… que siempre he sido un buen hermano, que la sangre nos une, vamos me gustaría que se lo contras todo, hazlo ahora mismo.Seguía intentando zafarse. Edmundo se conformaba con roce de sus labios, aunque fuera un segundo. —Tus amenazas no me intimidan—advirtió Jena —, si tengo que perder a Conan por no vivir un chantaje lo hare. ¡Suéltame!, me das asco.—¿Por qué no lo has hecho antes entonces?, una parte de ti duda o sabes que he dicho la verdad, tu yo nos entendemos.—No soy esa clase de mujer.Se volvía loco con el estremecimiento de su cuerpo, con el olor de su piel, con la suavidad que lograba conocer debajo de su tosca
Estaban rodando por toda la estancia, aferrados el uno al otro para dar el mejor golpe, sus lobos dentro no estaban furiosos, al contrario se encontraban confundidos, no eran enemigos.—Jena no, no te metas. —Alison impidió que Jena se acercara para tratar de tomar a Conan de los hombros. —sabes que cuando están peleando no razona quien lo toca, puede volverte a lastimar.Derek solo obtuvo un golpe hasta ahora, mientras que Conan tenia un par de señas de golpe en cara, se quejaba del dolor en las costillas,Todos sabían que Conan era un buen peleador, hábil astuto, pero Derek era mucho mejor que él.Con una patada lo hecho atrás, Jena tomo esa oportunidad para entrar en medio del combate como réferi.—Basta quien me va decir que está pasando aquí, ¿por qué se están peleando?—Díselo, ahora —dejo la responsabilidad a Conan.—¿Decirme que?—Si tu aceptas tus sentimientos —arremetió Conan con deseos de volver sobre su hermano, devolverle al menos uno de todos los golpes.—Estás loco Cona
Derek caminaba con cargos de conciencia, era verdad Conan tenía razón al decir que no fue tan grave, él la rechazo, no permitió que nada sucediera, se habia metido en un asunto que no le competía, él no era así, Conan no necesitaba que le dijera que hacer, estaba feliz con su cachorro recién nacido, actuó como si quiera destruir esa felicidad.No fue su intención en realidad.Kenia lo encontró en el camino, a casa, frotándose la parte trasera del cuello. su ropa estaba sucia, y rasgada. Algunas manchas de sangre, pero su rostro estaba tan hermoso y perfecto sin ningún solo rasguño. —Derek. ¿Qué sucedió?, ¿por qué estas así?Pensó que alguien lo habia atacado quizás de otra manada o una pelea con algún trabajador de la mina.—Kenia, ¿necesitas algo, la despensa está vacía lo que sea…? —preguntó echando a un lado la preocupación de la chica, quería huir lejos. Derek estaba pensativo, un poco aturdido.Jena no merecía ser burlada por su hermano. Ella era tan hermosa, tan noble, e muy in
—¿De qué estás hablando? —el fuego y la rabia que parecía estarse apagando, volvió a encenderse aún más abrasador.—Conan no me hagas...—¡Habla! —habia cometido una imprudencia, no era el momento de usar esa carta, —¡¡Habla!! —la sacudió de los brazos.—No tengo nada que decir… —dijo con suavidad, cubriéndose del feroz lobo que brotaba impetuoso.— ¿Cómo te atreves a difamar a mi esposa?La empujo, sin medir sus fuerza, la joven gitana no tenía cara para confrontarlo, no tenía nada que decir jamás habia visto a Jena coqueteando con Edmundo, ni a él cerca de Jena, era tanta su frustración que hablaba sin darse cuenta que no tenía pruebas.Tan mojigata era Jena que lo más probable es que Edmundo solo era un canalla mentiroso que la acosaba.—Lo siento Conan, no debí hablar, después de todo no tengo ninguna certeza de nada.Se impulso un paso para ir a confrontarla, se contuvo, la cabeza estaba caliente los celos y la rabia se apoderaron de su cuerpo como un torbellino.Derek no era un
Conan entro a casa con un niño en sus brazos. No tenía a donde llevarlo, no deseaba buscar a Samara.—¿Y eso?, ese niño de donde lo sacaste Conan—Jena esta aquí? —Kenia sintió.Conan observaba al niño de un año en sus brazos, era tan inocente, tan desprotegido, que más podria hacer, dejarlo, vengare de su madre en ese pequeño, a pesar de todo el dolor no tenía la sangre fría para hacerlo.No podía mas que verlo con amor, con cuidados, y un poco de compasión. Que futuro le esperaba en la soledad y ausencia del amor de su madre.Acaricio su pequeña cabeza, el niño estaba tan cómodo en esa pequeña cuna de músculos y carne.—Puedes cuidarlo por favor —le pregunto a Kenia, ella que aún estaba incrédula accedió, abriendo los brazos. —trata que no llore, no quiero incomodar a Jena.—¡Conan!—su nombre broto en un suave susurroAl darse la vuelta Jena estaba de pie a mitad de las escaleras. Observando todos los cariños que le daba al bebe de su ex esposa. era suficiente no quería presenciar m
Conan estaba sentado al borde de la cama, con las manos a cada lado sostenido su cuerpo frustrado, enfadado, avergonzado, Jena cubierta con sábanas y sin saber que palabras utilizar para calmar su naufragio. Habia fallado otra vez, ¿por qué? maldita sea ¿por qué?—Conan… —el llanto de su hijo provoco que Conan se pusiera de pie, tomara su ropa y saliendo de la alcoba.¿Tendría algo que ver remover los recuerdos del pasado?, su vida con Débora. era acaso su culpa, haciendo recordar lo que vivo con ella en aquella alcoba, perturbar ese pequeño rincón sagrado de la casa de Conan.Entro en la habitación donde se encontraba arrullando al pequeño bebé, estaba inquieto aunque estaba con su padre no se habia calmado. Lloraba no debería tener hambre, recién le habría dado de comer, su ropa estaba limpia. Era quizás un cólico—¿Quieres hablar?Aunque quisiera no darse cuenta de su presencia era imposible no adivinar que estaba detrás de él recargada sobre el dintel de la puerta.Odiaba ese
Habia quizás por parte de ambos resquicios, cosas sin decir, palabras guardadas, ahora era preferible quedarse en silencio y insistir en una discusión que tal vez no los llevar a nada, sino que solo a alejarse más. Ninguno de los dos quería destruir lo que tenían, Conan podria ignorar los sentimientos de su hermano, sabía perfectamente que Jena lo amaba solo a él, Jena callar sus dudas, lo tenía para ella, y poco a poco podria conquistar por entero su corazón su mente y su alma.—No debería estar pasando esto, tu eres fuerte Conan, eres el alfa. —dijo sobre la lenta sanación de sus heridas.—No sé qué me está pasándome, estoy peor que antes de conocerte. —se dio cuenta que aun le dolía la costilla estaba avergonzado, su propio hermano le dio una paliza sin que el metiera las manos para defenderse —No te lo he dicho, últimamente me he sentido también demasiado cansado, y débil, mi apetito se ha disminuido…—¿Por qué no me lo habías dicho? —Conan sonrió y acaricio su cabeza, encanta