—¿De qué estás hablando? —el fuego y la rabia que parecía estarse apagando, volvió a encenderse aún más abrasador.—Conan no me hagas...—¡Habla! —habia cometido una imprudencia, no era el momento de usar esa carta, —¡¡Habla!! —la sacudió de los brazos.—No tengo nada que decir… —dijo con suavidad, cubriéndose del feroz lobo que brotaba impetuoso.— ¿Cómo te atreves a difamar a mi esposa?La empujo, sin medir sus fuerza, la joven gitana no tenía cara para confrontarlo, no tenía nada que decir jamás habia visto a Jena coqueteando con Edmundo, ni a él cerca de Jena, era tanta su frustración que hablaba sin darse cuenta que no tenía pruebas.Tan mojigata era Jena que lo más probable es que Edmundo solo era un canalla mentiroso que la acosaba.—Lo siento Conan, no debí hablar, después de todo no tengo ninguna certeza de nada.Se impulso un paso para ir a confrontarla, se contuvo, la cabeza estaba caliente los celos y la rabia se apoderaron de su cuerpo como un torbellino.Derek no era un
Conan entro a casa con un niño en sus brazos. No tenía a donde llevarlo, no deseaba buscar a Samara.—¿Y eso?, ese niño de donde lo sacaste Conan—Jena esta aquí? —Kenia sintió.Conan observaba al niño de un año en sus brazos, era tan inocente, tan desprotegido, que más podria hacer, dejarlo, vengare de su madre en ese pequeño, a pesar de todo el dolor no tenía la sangre fría para hacerlo.No podía mas que verlo con amor, con cuidados, y un poco de compasión. Que futuro le esperaba en la soledad y ausencia del amor de su madre.Acaricio su pequeña cabeza, el niño estaba tan cómodo en esa pequeña cuna de músculos y carne.—Puedes cuidarlo por favor —le pregunto a Kenia, ella que aún estaba incrédula accedió, abriendo los brazos. —trata que no llore, no quiero incomodar a Jena.—¡Conan!—su nombre broto en un suave susurroAl darse la vuelta Jena estaba de pie a mitad de las escaleras. Observando todos los cariños que le daba al bebe de su ex esposa. era suficiente no quería presenciar m
Conan estaba sentado al borde de la cama, con las manos a cada lado sostenido su cuerpo frustrado, enfadado, avergonzado, Jena cubierta con sábanas y sin saber que palabras utilizar para calmar su naufragio. Habia fallado otra vez, ¿por qué? maldita sea ¿por qué?—Conan… —el llanto de su hijo provoco que Conan se pusiera de pie, tomara su ropa y saliendo de la alcoba.¿Tendría algo que ver remover los recuerdos del pasado?, su vida con Débora. era acaso su culpa, haciendo recordar lo que vivo con ella en aquella alcoba, perturbar ese pequeño rincón sagrado de la casa de Conan.Entro en la habitación donde se encontraba arrullando al pequeño bebé, estaba inquieto aunque estaba con su padre no se habia calmado. Lloraba no debería tener hambre, recién le habría dado de comer, su ropa estaba limpia. Era quizás un cólico—¿Quieres hablar?Aunque quisiera no darse cuenta de su presencia era imposible no adivinar que estaba detrás de él recargada sobre el dintel de la puerta.Odiaba ese
Habia quizás por parte de ambos resquicios, cosas sin decir, palabras guardadas, ahora era preferible quedarse en silencio y insistir en una discusión que tal vez no los llevar a nada, sino que solo a alejarse más. Ninguno de los dos quería destruir lo que tenían, Conan podria ignorar los sentimientos de su hermano, sabía perfectamente que Jena lo amaba solo a él, Jena callar sus dudas, lo tenía para ella, y poco a poco podria conquistar por entero su corazón su mente y su alma.—No debería estar pasando esto, tu eres fuerte Conan, eres el alfa. —dijo sobre la lenta sanación de sus heridas.—No sé qué me está pasándome, estoy peor que antes de conocerte. —se dio cuenta que aun le dolía la costilla estaba avergonzado, su propio hermano le dio una paliza sin que el metiera las manos para defenderse —No te lo he dicho, últimamente me he sentido también demasiado cansado, y débil, mi apetito se ha disminuido…—¿Por qué no me lo habías dicho? —Conan sonrió y acaricio su cabeza, encanta
La furia era mínima, la frustración la lograba calmar, la vergüenza era lo que ahora lo tenia sin control. Jena iba a cansarse de su incapacidad, como Débora, al principio ella lo comprendía pero el tiempo cambia su actitud.“Antes eras un mejor hombre Conan” _ recordó que le decía Débora _”Ahora solo eres un miserable que no puede satisfacer a una mujer como yo” “De nuevo me estas decepcionando, siempre me dejas frustrada” “Si no eres capaz de hacerlo, deja de intentarlo” “Me case con un muerto, es increíble” Después de un rato se disculpaba, pero lo dicho no podía borrarse, se habia marcado en su pecho como la marca de una espada atravesando su carne y dejando una herida incas de cerrarse , era un miserable, un medio hombre, Débora busco quien pudiera satisfacerla, quien pudiera hacerle lo que lo que el no podía.Como fue tan imbécil de seguir aferrado a ella, de buscar ayuda para recuperarla.Si Jena lo… No, ella no era capaz, eran comprensible, Jena no puede hacerle lo mismo
Las cosas se salieron de control, lo ultimo que Edmundo necesitaba era que su padre supiera de la existencia de ese niño, si descubrían que ese bastardo era suyo tendría una pena, un castigo, hasta el desprecio y hasta el exilio solo por tomar lo que no le pertenecía.Eso no convenia a sus planes.—¿Me quieres explicar que hace ese mocoso aquí? —sacudió a Samara del brazo apretando con mucha fuerza, casi escuchaba el crujir de su hueso.—Lo olvide en la oficina de Conan el lo trajo a casa —hablo de él como si fuera un objeto , apretando los ojos por el dolor ejercido sobre ella, —, lo dejo al cuidado de Kenia y ella lo trajo a casa del señor Boran, no es mi culpaGrito soltándola con un empujón.—Es tu responsabilidad, mi padre no debía saber de su existencia, maldita gitana lo hizo a propósito. —ella estaba viva, no estaba lejos sabía que pronto daría un golpe, pero fue más astuta al marcharse y dejar solo a su bastado.Ese crio era suficiente para destrozarlo.—Que te pasa, ¿por qué
Conan se mantuvo dentro conversando con su padre, Jena salió para tomar aire y darles el tiempo a solas.La forma en que el acariciaba la cabecita de ese niño, era tan amorosa, lo observaba encandilado por su inocencia, sus brazos eran protectores como si se tratara de su hijo, el hecho de que se tratara del hijo de Débora lo apegaba a el con ansias.Fue a la cocina a buscar un poco de agua, ahí estaba Samara ayudan a preparar la cena—¿Qué se le ofrece a la señora?—Solo un vaso con agua, no te preocupes yo… —apenas iba a tomarlo cuando Samara se adelantó, tomo el vaso y sirvió agua de una jarra—Gracias —bebió un solo trago para humedecer su boga y su garganta. Tan rápido como entro en la cocina salió de ella, la gitana no permitiría que se fuera sin que soltara su veneno.—¿Eres tan insignificante que te conformas con compartir a un hombre? —Jena no se rebajaría a su nivel —, necesitas tanto que te amen, que eres capaz de cerrar los ojos para no darte cuenta que no eres tan importa
—¡Desearías que fuera tu hijo! —pregunto alzando la voz, más firme y directa. —¡Si!,—fue un grito feroz, su voz estallo recia, osca y seguro, trago saliva —¿eso es lo que querías escuchar? Escucharlos arrebatarse la palabra y ese ultimo grito desesperado de Conan alegro a Samara, quien salió detrás de ellos para comprobar que la encantadora Luna de la manada era solo una falsa. Esa discusión era lo que necesitaba escuchar para calmar la rabia que Jena habia sembrado en su pecho, escucharlos pelear por ser quien hablar refrescaba su corazón, se decía a si misma, “Jena es una falsa”Conan respiraba agitado, con una expresión de enfado y defensa, y sus ojos aguados, si su esposa se enfadaba era el resultado de su terquedad, por querer tener respuesta de todo, él no quería conversar sobre esto con su esposa, no deseaba darle mas motivos para que dudara de su amor. La actitud de Jena lo sorprendió al darse cuenta que mantenía una serenidad en su rostro, relajo sus hombros y libero l