El cansancio la derrumbó en la cama con su forma natural. Jena no controlaba al pequeño invasor de su cuerpo, pero no le importaba estaba disfrutando de esto.

Cómo si hubiera nacido para ser un lobo toda su vida, lo esperaba sin saber que era su destino, ella nació para pertenecer a Conan Imperión

Él caminaba por la habitación semidesnudo, disponiéndose a dar un baño, Jena entre abrió los ojos, su esposo era extremadamente atractivo, un hombre fornido, grueso. Su cabello largo le brindaba una masculinidad arrolladora.

“Se vio sentada frente a él, estaban en el consultorio, sus ojos recorrieron su cuerpo imaginando que se sentiría estar bajo sus brazos, su mente se perdía en imaginar un beso, y recordaba cuan avergonzaba se sentia de pensar cruza esa línea”

Ahora no tenía que imaginarlo ahora estaba en todo su derecho y placer de disfrutarlo. Al ver su espalda noto algunas líneas muy ligeras, las marcas de sus rasguños, pero aquellas pequeñas partes que lamió con paciencia y deseo, mos