Megan y Derek vieron pasar sus días felices, cuatro hijos, quince nietos qué más podía reclamar a la vida, habían tenido la oportunidad de formar familia y la habían aprovechado al máximo. Ahora viendo como sus nietos de diferentes edades los visitaban dos veces al año junto con sus padres, suspiraban de pura satisfacción.Aún August en su avanzada edad sonreía al ver a sus bisnietos crecer, tomado de la mano con su amada Ava, disfrutaba de aquella reunión, donde hasta Jack y Clara se unían con sus dos hijos y cuatro nietos.Derek hablaba con su amigo de los últimos acontecimientos:— No sabes cuánto disfruto ver a papá feliz por la familia que tenemos, aún tus hijos a pesar de haber tenido a tío Wayne como abuelo, se han unido para que él se sienta como siempre soñó, rodeado de sus nietos y bisnietos— decía Derek reflexivo.— Creo que por eso la ausencia física del tío Wayne no fue tan dolorosa, jamás pensé que tú padre le sobreviviría, ya que él es mucho mayor— dijo Jack.— Para Me
¿Qué le sucedía a su maldita vida? ¿Acaso no había una mujer dispuesta a ayudarlo a obtener el ascenso por el que siempre había luchado? ¡Necesitaba una esposa con urgencia, o perdería todo su esfuerzo. Revisó un número de una agencia de mujeres dispuestas a trabajar por dinero, llamó y prometieron enviar a una chica en una hora. Decidió salir de una vez al lugar de encuentro, allí también estaría su jefe, pero llegaría un poco más tarde, encendió su auto y se fue a un restaurante cercano, necesitaba respirar, estaba lleno de ansiedad. Cuando aceptó aquel puesto quiso demostrar que él podía empezar desde cero en cualquier empresa, estaba hastiado de escuchar los regalos de su padre, quería vivir tranquilo, disfrutar de la vida sin la presión de ser un Ardern, surgir por sí mismo, su padre empeñado en que fuera el CEO mayor, solo por ser el hijo. Quería surgir, pero a su ritmo, moverse por su propio pie, tener una vida propia, por eso habló con su padre y le dijo que viviría a
Después de aquel almuerzo y despedir a su jefe que ahora se había auto invitado a comer en casa de Derek, la chica preguntó—¿Qué vamos a hacer ahora? — No tengo ni idea, se supone que ésta historia duraría sólo una hora, pero ahora qué el jefe desea comida hecha por tus manos, debemos alargar el trato, además de eso, necesitas ayuda y prometí dartela, vamos a casa. — ¡Puedo limpiar, lavar trastes, cuidar niños, ayudar en todos los oficios domésticos, cocinar, pero no me deje sola! . — ¿Por qué no me hablas de quién eres? Cuéntame todo de ti— exigió Derek, mientras regresaban a la casa de él. Ella empezó diciendo: —Soy Megan, era una niña feliz hasta que cumplí doce años, mis padres fallecieron en un accidente de auto, eran profesores en una escuela de adolescentes, era su única hija, por lo tanto tenía muchos privilegios por no tener hermanos. — Tenía juguetes, ropa, todo lo que el sueldo que obtenían lo disfrutaba yo, era muy consentida, pero me daban una educación en rectitu
—Me gustaría que un día me hablaras de tu infierno, Megan. — Si que sea otro día, ya hablé demasiado de mí. — Ayúdame a bajar éstas maletas, ya vienen unos chicos para ayudar a cargar las cajas con los libros. Salieron y él le abrió la puerta del auto y colocó las valijas en el maletero del vehículo, mientras tres chicos en una camioneta cargaban las demás pertenencias. Derek Ardern miró hacia el edificio que fue su hogar por tres años, lo había comprado con sus ahorros, se había sentido orgulloso, ahora volvía a uno que se lo había regalado su padre. Recordó la conversación que tuvo con él hacía dos horas atrás. —« ¡Hola papá! ¿Cómo estás? — ¡Derek! ¡Qué sorpresa! A ver, ¿a que debo él honor? — ¿Recuerdas el departamento que me regalaste cuando cumplí 18 años? —¿Cómo olvidarlo? Nunca quisiste vivir en él. — ¿Está disponible? — ¿Qué pregunta es esa? ¡Claro que lo está! Cada semana una mujer lo limpia y lo mantiene para cuando desees aceptarlo. — Entonces llegó el momento
—No tienes idea de lo horrible que es estar en un burdel, complaciendo a borrachos— dijo ella con amargura. — Lo siento, fue una expresión, no tenías porqué responder. — Está bien, no te preocupes, vamos a ver cualquier película, será maravilloso recordar viejos tiempos. Se sentaron frente a la gran pantalla a disfrutar de un momento de relax, después de ver dos horas una, desearon ver más películas, pero en ésta segunda vuelta, ella pronto se quedó dormida, él al darse cuenta la alzó en sus brazos y la llevó hasta la habitación que iba a ocupar Megan. Ella se acomodo cuando él la colocó suavemente en el colchón, después de arropar a la chica, salió para dirigirse a la suya, qué cosas más extrañas le estaban sucediendo, jamás había experimentado la ternura que sintió al acostar a aquella desconocida en la cama, sintió deseos de protegerla contra cualquier persona o cosa que quisiera dañarla. El sueño llegó pronto a sus ojos, no sabía cuánto tiempo había dormido cuando se despert
— Tengo el almuerzo listo desde la una de la tarde— dijo ella con voz tímida y rostro confundido. —¡Oh, qué pena! Soy un redomado idiota! Creo que me confundí, vayamos a comer lo que has preparado. Ella retomó la sonrisa y fue hasta la cocina a preparar todo para servir; él detrás de ella le dijo:— Permíteme ayudarte. Ella había horneado un pollo, con papas y una ensalada de guarnición, él sonrió de satisfacción al probar aquella comida casera, tenía tanto tiempo comiendo cada mediodía en la calle que había olvidado lo que era que alguien le cocinara, se sintió conmovido, pero obviamente que lo disimuló muy bien, le provocaba tener a Megan en casa siempre, éste pensamiento lo confundió, no quería comprometer sus sentimientos con ésta chica que solo estaba de paso por su vida, porque ella, no iba a vivir para siempre en aquella casa. — Gracias por ésta rica comida Megan, eres excelente cocinera, deberías dedicarte a ser una profesional de la cocina. —¿En serio? —Estoy hablando
— ¡Nadie te está pidiendo que renuncies hijo! Solo quiero que empieces como un asesor libre. — ¡Ah vaya! Ahora sí te estoy entendiendo, necesitas mis consejos. — ¡Exactamente! Tengo un negocio entre manos, es un hombre que conocí hace algún tiempo en un viaje de negocios, hay algo en él que todavía no termina de convencerme, por eso me gustaría que nos reunamos con él para tener una impresión diferente; ¿me entiendes? — Perfectamente papá. —Hablando de otro asunto, me encanta que estés sentando cabeza, eso de que te conozca una novia habla muy bien de tí; ¡te felicito! ¡Me caes muy bien Megan! Aunque quiero decirte que Derek tiene un asunto por allí sin resolver. — ¡Papá, no asustes a mi chica! —¡Gracias!— dijo ella con sencillez— no te preocupes Derek, nada me asusta. — Eso es bueno saberlo, aunque eres la primera mujer que mi hijo trae a casa, en serio debemos resolver ese asunto pendiente con Lorena, así que espero que esto de ustedes sea algo serio, aunque no veo todavía el
—¿Por qué no? Eres una mujer como cualquier otra Megan, el hecho de que hayas sido sometida a ultrajes y humillaciones no te hace menos mujer ni indigna de soñar con formar una familia. — ¿Hablas en serio? — preguntó con timidez. Él le tomó el rostro entre sus manos y con ternura le respondió: — Soy un hombre de palabra Megan, si estuviera enamorado de ti, te pediría que te casaras conmigo sin dudar, pero lo importante aquí no es que yo te valore como mujer, es que tú creas que tienes valor individual como cualquier otra persona, sin importar lo que hayas vivido. —¡Gracias Derek! Eres muy amable al decirme esas palabras tan hermosas, pero me cuesta creer lo. —Son sinceras Megan y debes creer que no hablo por hablar. Ella suspiró y de pronto preguntó: —¿Quién es Lorena? —Voy a responder a esa pregunta porque mi padre ya te mencionó ese asunto, ella es una ahijada de papá, siempre nuestras familias decían que un día nos íbamos a casar, pero nunca pasó de un romance sin im