¿Qué le sucedía a su m*****a vida? ¿Acaso no había una mujer dispuesta a ayudarlo a obtener el ascenso por el que siempre había luchado?
¡Necesitaba una esposa con urgencia, o perdería todo su esfuerzo. Revisó un número de una agencia de mujeres dispuestas a trabajar por dinero, llamó y prometieron enviar a una chica en una hora. Decidió salir de una vez al lugar de encuentro, allí también estaría su jefe, pero llegaría un poco más tarde, encendió su auto y se fue a un restaurante cercano, necesitaba respirar, estaba lleno de ansiedad. Cuando aceptó aquel puesto quiso demostrar que él podía empezar desde cero en cualquier empresa, estaba hastiado de escuchar los regalos de su padre, quería vivir tranquilo, disfrutar de la vida sin la presión de ser un Ardern, surgir por sí mismo, su padre empeñado en que fuera el CEO mayor, solo por ser el hijo. Quería surgir, pero a su ritmo, moverse por su propio pie, tener una vida propia, por eso habló con su padre y le dijo que viviría aparte, que buscaría un trabajo, tenía un título universitario, sin que nadie le abriera las puertas por ser el hijo de Gregory Ardern. Afortunadamente su papá sonrió y le dijo: — Ve muchacho, así te pules mejor para mí. Habían pasado ya cinco años, ya pronto cumpliría 29, aún no se casaba, ni siquiera tenía una novia, le gustaban las mujeres, pero siempre había sido exigente, se decía que cuando conociera a la que lo acompañara por el resto de su vida, algo se encendería dentro de él y sabría que era la correcta. Hasta ahora no había sucedido, su jefe creía en él a pie juntillas, todo éste tiempo había dicho que estaba casado, así que todos daban por hecho su estado civil, era serio, no le gustaba la vida nocturna, de naturaleza callada, pero no introvertido, Era rápido de mente, pero muy meticuloso, observador y analítico. — ¡Maldita sea! — se dijo— ¡Ésta chica va a llegar tarde! Estaba sentado mirando en todas direcciones, había informado como estaría vestido y el número de la mesa, para que la chica preguntara al mesonero. De repente vió llegar a una mujer vestida llamativamente, nada que ver con lo que él esperaba. —¡Hola, soy Caty, la chica que contrataste cariño! Vestía un vestido ceñido de confección barata, dejaba ver la mitad de su gusto, no llegaba más allá de la mitad de su muslo, dejando ver una abertura vulgar que no dejaba nada a la imaginación. — ¿Que se supone que eres? ¿Un payaso de circo? ¿O una prostituta barata? — ¡Cariño, solo vengo a complacerte por una hora! ¡Éste es mi mejor atuendo! — ¡Ibas a ser mi esposa por una hora! ¡Realmente no me sirves! ¡Te pagaré y vete, no deseo que estés merodeando por acá! — ¡Ok, pagame y me iré, no hay problemas! Con el rostro marcado por la frustración, salió a ver que podía hacer, su jefe llegaría en menos de una hora, necesitaba resolver su situación pronto, de repente alguien se estrelló contra él, si no fuera de cuerpo musculoso y dormido, hubiera rodado junto con la otra persona que resultó ser una chica, que se levantó del piso rápidamente con los ojos muy abiertos por la sorpresa y el miedo, lo miraban, y con voz apenas audible dijo: — ¡Ayúdeme, por favor, necesito huir, ayudeme, se lo suplico. Él la miró sin comprender y vio a todas direcciones, no se veía a nadie corriendo para alcanzarla o que mostrará que la mujer que casi lo derriba a tierra estaba en peligro, la tomó por un brazo y dijo: — ¡Yo te ayudo a escapar, si eres mi esposa por una hora! — ¿De qué hablas? — preguntó ella— solo necesito que me escondas Por respuesta dijo: — ¡Y yo necesito una esposa, ven conmigo! — ¿A dónde? —¡Ya verás! — dijo él. La chica era cabello rubio claro natural, que caían en su espalda en completo desorden, ojos color ámbar, muy bellos. — Entraron en un salón de belleza y él se acercó a una de las chicas y dijo: — Esta chica necesita maquillaje, corte de cabello, pero debe ser en menos de una hora. — Hay dos personas esperando. — ¡Te pagaré él triple de lo que cobran por esto, es urgente! ¿Hacemos él trato? — ¡Hecho, ven en cuarenta minutos y estará lista, pago por adelantado, cariño! — No te muevas de aquí, si de verdad deseas que te ayude— dijo él. Él realizó el pago y salió, hizo una llamada a su jefe y siguió hasta una tienda de ropa femenina cercana. Media hora más tarde entró con varios paquetes y se sentó tranquilamente a esperar por la chica. Veía él reloj insistentemente, no quería fallos a éstas alturas. Vió la transformación y le gustó, la mujer profesional de la belleza había hecho un buen trabajo, solo había cortado puntas, alisado perfecto, no necesitó realzar él color del cabello, lucía radiante. — Perfecto, ¿puede prestar un lugar para que ella se cambie de ropa?— preguntó a la mujer. —¡Eso te va a costar un pago extra!— dijo la peluquera. — No hay problema. —¡Ven por aquí querida!— habló alegremente. Después de verla con lo que él le había comprado, él cambio era notorio, dijo: — ¡Todo listo, vamos! Salieron del lugar, ella lo seguía sin saber qué pasaría dijo: —¿Quién diablos eres tú? ¿Y por qué debo hacerme pasar por tu esposa? — ¡Soy Derek Ardern, tengo una reunión con mi jefe en quince minutos, él cree que soy casado, pero obviamente no lo estoy, me gané un ascenso— dijo él— ¡Te voy a pagar muy bien! Ahora dime, ¿de quién o de qué estás huyendo? — Me llamo Megan Carpenter, soy prostituta, pero me escapé y sé que tarde o temprano me encontrarán. Derek no podía creerlo, había despachado a una, para toparse con otra, pero ésta era diferente, no tenía un rostro vulgar, era una chica muy bella, vestida como estaba ahora, nadie diría que era una trabajadora del sexo. — ¿Estabas trabajando de prostituta y te estás escapando?— preguntó él— ¿Cómo te metiste en éso? Tendría a lo mucho unos 21 años, se veía bastante joven. Él dijo"¿Querías una esposa? ¿Un ascenso merecido? Empieza a pensar; ¿ahora que harás con esta muchacha prostituta? Ya no había marcha atrás, vió venir a su jefe y no le quedó más remedio qué ir y saludarlo e invitarlo a venir a su mesa — ¡Hola señor Porter, bienvenido! Ella es mi esposa Megan, quien me hizo retrasar quince minutos. — Hola Derek, gracias por estar acá, a las mujeres se les perdona todo, y más si son tan bellas como la tuya, es un placer señora Ardern. — Mu… mucho gusto señor— dijo ella con timidez. —¡ Ahora entiendo porque en cinco años no conocíamos a tu mujer, no deseas que la miremos!— dijo bromeando— disculpa Derek, veo que tu esposa es tímida, no se preocupe señora, aunque se ve bastante joven para llamarla así. Ella levantó el mentón para decir con orgullo: — Tengo 23. —¡Ah, entonces se casaron muy jóvenes, ¿tienen hijos? —¡Oh no! — dijeron los dos al mismo tiempo. — ¡Jajajaja!— rió el hombre— al parecer no desean hijos por los momentos, respondieron muy temerosos, por eso conserva esa figura tan bella aún. Ambos se sentía bastante incómodo, pero lo disimuló bastante bien. —Derek Ardern, te cité acá porque quería decirte delante de tu bella esposa que el ascenso por el que has venido trabajando arduamente es todo tuyo, tus estrategias de negocio me han convencido gratamente, desde este lunes, tu oficina estará en el piso ocho. — ¡Gracias señor Porter! — Llámame Ronald, te has ganado éste ascenso muchacho, ordenemos el almuerzo, yo invito mi bella señora. Ya Derek se sentía hastiado de que su jefe a cada instante alabara la belleza de la muchacha, apretó los labios con fastidio, gesto que no pasó inadvertido para Ronald Porter, quien terminó diciendo: — No te enojes muchacho, vamos a comer en paz, es más creo que debemos tener la próxima comida en tu casa, así veo si tu mujer además de bella es buena en la cocina.Después de aquel almuerzo y despedir a su jefe que ahora se había auto invitado a comer en casa de Derek, la chica preguntó—¿Qué vamos a hacer ahora? — No tengo ni idea, se supone que ésta historia duraría sólo una hora, pero ahora qué el jefe desea comida hecha por tus manos, debemos alargar el trato, además de eso, necesitas ayuda y prometí dartela, vamos a casa. — ¡Puedo limpiar, lavar trastes, cuidar niños, ayudar en todos los oficios domésticos, cocinar, pero no me deje sola! . — ¿Por qué no me hablas de quién eres? Cuéntame todo de ti— exigió Derek, mientras regresaban a la casa de él. Ella empezó diciendo: —Soy Megan, era una niña feliz hasta que cumplí doce años, mis padres fallecieron en un accidente de auto, eran profesores en una escuela de adolescentes, era su única hija, por lo tanto tenía muchos privilegios por no tener hermanos. — Tenía juguetes, ropa, todo lo que el sueldo que obtenían lo disfrutaba yo, era muy consentida, pero me daban una educación en rectitu
—Me gustaría que un día me hablaras de tu infierno, Megan. — Si que sea otro día, ya hablé demasiado de mí. — Ayúdame a bajar éstas maletas, ya vienen unos chicos para ayudar a cargar las cajas con los libros. Salieron y él le abrió la puerta del auto y colocó las valijas en el maletero del vehículo, mientras tres chicos en una camioneta cargaban las demás pertenencias. Derek Ardern miró hacia el edificio que fue su hogar por tres años, lo había comprado con sus ahorros, se había sentido orgulloso, ahora volvía a uno que se lo había regalado su padre. Recordó la conversación que tuvo con él hacía dos horas atrás. —« ¡Hola papá! ¿Cómo estás? — ¡Derek! ¡Qué sorpresa! A ver, ¿a que debo él honor? — ¿Recuerdas el departamento que me regalaste cuando cumplí 18 años? —¿Cómo olvidarlo? Nunca quisiste vivir en él. — ¿Está disponible? — ¿Qué pregunta es esa? ¡Claro que lo está! Cada semana una mujer lo limpia y lo mantiene para cuando desees aceptarlo. — Entonces llegó el momento
—No tienes idea de lo horrible que es estar en un burdel, complaciendo a borrachos— dijo ella con amargura. — Lo siento, fue una expresión, no tenías porqué responder. — Está bien, no te preocupes, vamos a ver cualquier película, será maravilloso recordar viejos tiempos. Se sentaron frente a la gran pantalla a disfrutar de un momento de relax, después de ver dos horas una, desearon ver más películas, pero en ésta segunda vuelta, ella pronto se quedó dormida, él al darse cuenta la alzó en sus brazos y la llevó hasta la habitación que iba a ocupar Megan. Ella se acomodo cuando él la colocó suavemente en el colchón, después de arropar a la chica, salió para dirigirse a la suya, qué cosas más extrañas le estaban sucediendo, jamás había experimentado la ternura que sintió al acostar a aquella desconocida en la cama, sintió deseos de protegerla contra cualquier persona o cosa que quisiera dañarla. El sueño llegó pronto a sus ojos, no sabía cuánto tiempo había dormido cuando se despert
— Tengo el almuerzo listo desde la una de la tarde— dijo ella con voz tímida y rostro confundido. —¡Oh, qué pena! Soy un redomado idiota! Creo que me confundí, vayamos a comer lo que has preparado. Ella retomó la sonrisa y fue hasta la cocina a preparar todo para servir; él detrás de ella le dijo:— Permíteme ayudarte. Ella había horneado un pollo, con papas y una ensalada de guarnición, él sonrió de satisfacción al probar aquella comida casera, tenía tanto tiempo comiendo cada mediodía en la calle que había olvidado lo que era que alguien le cocinara, se sintió conmovido, pero obviamente que lo disimuló muy bien, le provocaba tener a Megan en casa siempre, éste pensamiento lo confundió, no quería comprometer sus sentimientos con ésta chica que solo estaba de paso por su vida, porque ella, no iba a vivir para siempre en aquella casa. — Gracias por ésta rica comida Megan, eres excelente cocinera, deberías dedicarte a ser una profesional de la cocina. —¿En serio? —Estoy hablando
— ¡Nadie te está pidiendo que renuncies hijo! Solo quiero que empieces como un asesor libre. — ¡Ah vaya! Ahora sí te estoy entendiendo, necesitas mis consejos. — ¡Exactamente! Tengo un negocio entre manos, es un hombre que conocí hace algún tiempo en un viaje de negocios, hay algo en él que todavía no termina de convencerme, por eso me gustaría que nos reunamos con él para tener una impresión diferente; ¿me entiendes? — Perfectamente papá. —Hablando de otro asunto, me encanta que estés sentando cabeza, eso de que te conozca una novia habla muy bien de tí; ¡te felicito! ¡Me caes muy bien Megan! Aunque quiero decirte que Derek tiene un asunto por allí sin resolver. — ¡Papá, no asustes a mi chica! —¡Gracias!— dijo ella con sencillez— no te preocupes Derek, nada me asusta. — Eso es bueno saberlo, aunque eres la primera mujer que mi hijo trae a casa, en serio debemos resolver ese asunto pendiente con Lorena, así que espero que esto de ustedes sea algo serio, aunque no veo todavía el
—¿Por qué no? Eres una mujer como cualquier otra Megan, el hecho de que hayas sido sometida a ultrajes y humillaciones no te hace menos mujer ni indigna de soñar con formar una familia. — ¿Hablas en serio? — preguntó con timidez. Él le tomó el rostro entre sus manos y con ternura le respondió: — Soy un hombre de palabra Megan, si estuviera enamorado de ti, te pediría que te casaras conmigo sin dudar, pero lo importante aquí no es que yo te valore como mujer, es que tú creas que tienes valor individual como cualquier otra persona, sin importar lo que hayas vivido. —¡Gracias Derek! Eres muy amable al decirme esas palabras tan hermosas, pero me cuesta creer lo. —Son sinceras Megan y debes creer que no hablo por hablar. Ella suspiró y de pronto preguntó: —¿Quién es Lorena? —Voy a responder a esa pregunta porque mi padre ya te mencionó ese asunto, ella es una ahijada de papá, siempre nuestras familias decían que un día nos íbamos a casar, pero nunca pasó de un romance sin im
— No es tan fácil como tu piensas Derek, los recuerdos van y vienen a cada instante, ojalá pudiera borrarlos para siempre, pero cuando menos lo espero están allí amargando mi día. — Megan por qué no buscamos ayuda profesional, obviamente esa parte de tu vida te marcó, sola no vas a salir de allí, necesitas superar esa etapa. —¿Será parte de tu ayuda por fingir ser tu esposa? — Efectivamente, te dije que quería ayudarte a superar todo tipo de sufrimiento y dolor de esos años que viviste, obviamente nunca se borran esos eventos, pero debes aprender a vivir con ellos sin que te afecten. — ¡No deseo contar a nadie más sobre mi vida, todo eso me da asco! — Pero debes solventar ése asunto, es por tu bien, sé que es lo mejor para tí Ella sonrió y dijo:— Está bien, busca un sicologo, para que me quite ésta locura. — Esos profesionales, tengo entendido no curan locuras, solo te ayudan a estabilizar emociones y tú loca, no estás, no vuelvas a decir cosas negativas acerca de tí. — Está
Ella parpadeó al escuchar aquellas palabras que parecían música para sus oídos, preguntó tímidamente:— ¿Estás hablando en serio? Él se acercó lentamente tomando su rostro por la barbilla con ternura y dijo:— ¡Jamás hablé más en serio que hoy! Nunca me había pasado algo semejante, mientras estuve de viaje no dejé de pensar en ti en ningún momento, nunca saliste de mi pensamiento, por un momento pensé que me estaba volviendo loco, obsesionado quizás, pero al llegar y verte y sentir esta maravillosa alegría de tenerte cerca de mí, me doy cuenta que me estoy enamorando de ti Megan, no deseo que te vayas más de mi vida, quiero conocerte, ayudarte a superar tus miedos, hacer una vida contigo; ¿me das la oportunidad? A ella se le humedecieron los ojos por la emoción que sentía en ese momento, aquello tenía que ser un sueño, solo atinó a decir con un hilo de voz:— ¿Puedes pellizcar mi piel por favor? Él la miró sin comprender y ella continuó:— Es que ésto me parece un sueño y deseo des