—¡Mmmm! ¡ Me encanta como hueles, mi amor! También me gusta como se mueven tus caderas al caminar, tienen un ritmo que hace que tenga que controlar mis pensamientos para no tener mi miembro permanentemente erecto.— ¡Eres tan descarado en la cama, mi amor! !¡Me encanta conocer tus secretos tan íntimos! ¡Te ves tan frío y estirado dirigiendo una reunión de negocios, pero conmigo eres fuego desbordante, pasión sin límites, hambriento siempre de mi sexo y eso me derrite!Él tomó la mano de su mujer y la llevó hasta su miembro completamente firme por la erección que ostentaba y le preguntó osadamente.— ¿Te gusta ver cómo me pones, mi vida bella?Ella lo tomó con sus manos bajando su cabeza mientras con la mirada turbia le indicaba lo que estaba dispuesta a hacer con aquello que ostentaba su marido.— ¡Voy a demostrarte cuánto me encantas,mi amor!Lo introdujo poco a poco en su boca, lamiendo primeramente con movimientos sensuales de su lengua y luego succionando hasta arrancar de la garg
Derek y Megan mostraron sorpresa ante aquella revelación, Ava sonrió con timidez al decir:— ¡August me pones en evidencia con los muchachos!—¡No tienes porqué avergonzarte, mi amor! Es un privilegio para mí, haber conquistado tu corazón.—¡Así es Ava!— dijo Megan —¡Que bonito haber encontrado a un hombre que llené tus expectativas como mujer.— Siempre estuve cuidando a familiares enfermos, desde que fui una adolescente, primero a mi abuela, pues mamá y papá trabajaban, después vinieron ellos, fue duro atender a uno primero y después al otro, después de la muerte de mis padres me decidí a certificar mi profesión como enfermera y empecé a ganar por lo que antes hacía por voluntad, nunca tuve tiempo para tener un novio.— Entonces qué bueno que vinieras a cuidar a papá Ava, así pudiste conocer al amor de tu vida, y estamos encantados de acompañarte al altar, en pocos días.Está conversación hizo que se rompiera el hielo entre ellos, Ava era una mujer de habla fluida y amena, además d
Megan y Derek vieron pasar sus días felices, cuatro hijos, quince nietos qué más podía reclamar a la vida, habían tenido la oportunidad de formar familia y la habían aprovechado al máximo. Ahora viendo como sus nietos de diferentes edades los visitaban dos veces al año junto con sus padres, suspiraban de pura satisfacción.Aún August en su avanzada edad sonreía al ver a sus bisnietos crecer, tomado de la mano con su amada Ava, disfrutaba de aquella reunión, donde hasta Jack y Clara se unían con sus dos hijos y cuatro nietos.Derek hablaba con su amigo de los últimos acontecimientos:— No sabes cuánto disfruto ver a papá feliz por la familia que tenemos, aún tus hijos a pesar de haber tenido a tío Wayne como abuelo, se han unido para que él se sienta como siempre soñó, rodeado de sus nietos y bisnietos— decía Derek reflexivo.— Creo que por eso la ausencia física del tío Wayne no fue tan dolorosa, jamás pensé que tú padre le sobreviviría, ya que él es mucho mayor— dijo Jack.— Para Me
¿Qué le sucedía a su maldita vida? ¿Acaso no había una mujer dispuesta a ayudarlo a obtener el ascenso por el que siempre había luchado? ¡Necesitaba una esposa con urgencia, o perdería todo su esfuerzo. Revisó un número de una agencia de mujeres dispuestas a trabajar por dinero, llamó y prometieron enviar a una chica en una hora. Decidió salir de una vez al lugar de encuentro, allí también estaría su jefe, pero llegaría un poco más tarde, encendió su auto y se fue a un restaurante cercano, necesitaba respirar, estaba lleno de ansiedad. Cuando aceptó aquel puesto quiso demostrar que él podía empezar desde cero en cualquier empresa, estaba hastiado de escuchar los regalos de su padre, quería vivir tranquilo, disfrutar de la vida sin la presión de ser un Ardern, surgir por sí mismo, su padre empeñado en que fuera el CEO mayor, solo por ser el hijo. Quería surgir, pero a su ritmo, moverse por su propio pie, tener una vida propia, por eso habló con su padre y le dijo que viviría a
Después de aquel almuerzo y despedir a su jefe que ahora se había auto invitado a comer en casa de Derek, la chica preguntó—¿Qué vamos a hacer ahora? — No tengo ni idea, se supone que ésta historia duraría sólo una hora, pero ahora qué el jefe desea comida hecha por tus manos, debemos alargar el trato, además de eso, necesitas ayuda y prometí dartela, vamos a casa. — ¡Puedo limpiar, lavar trastes, cuidar niños, ayudar en todos los oficios domésticos, cocinar, pero no me deje sola! . — ¿Por qué no me hablas de quién eres? Cuéntame todo de ti— exigió Derek, mientras regresaban a la casa de él. Ella empezó diciendo: —Soy Megan, era una niña feliz hasta que cumplí doce años, mis padres fallecieron en un accidente de auto, eran profesores en una escuela de adolescentes, era su única hija, por lo tanto tenía muchos privilegios por no tener hermanos. — Tenía juguetes, ropa, todo lo que el sueldo que obtenían lo disfrutaba yo, era muy consentida, pero me daban una educación en rectitu
—Me gustaría que un día me hablaras de tu infierno, Megan. — Si que sea otro día, ya hablé demasiado de mí. — Ayúdame a bajar éstas maletas, ya vienen unos chicos para ayudar a cargar las cajas con los libros. Salieron y él le abrió la puerta del auto y colocó las valijas en el maletero del vehículo, mientras tres chicos en una camioneta cargaban las demás pertenencias. Derek Ardern miró hacia el edificio que fue su hogar por tres años, lo había comprado con sus ahorros, se había sentido orgulloso, ahora volvía a uno que se lo había regalado su padre. Recordó la conversación que tuvo con él hacía dos horas atrás. —« ¡Hola papá! ¿Cómo estás? — ¡Derek! ¡Qué sorpresa! A ver, ¿a que debo él honor? — ¿Recuerdas el departamento que me regalaste cuando cumplí 18 años? —¿Cómo olvidarlo? Nunca quisiste vivir en él. — ¿Está disponible? — ¿Qué pregunta es esa? ¡Claro que lo está! Cada semana una mujer lo limpia y lo mantiene para cuando desees aceptarlo. — Entonces llegó el momento
—No tienes idea de lo horrible que es estar en un burdel, complaciendo a borrachos— dijo ella con amargura. — Lo siento, fue una expresión, no tenías porqué responder. — Está bien, no te preocupes, vamos a ver cualquier película, será maravilloso recordar viejos tiempos. Se sentaron frente a la gran pantalla a disfrutar de un momento de relax, después de ver dos horas una, desearon ver más películas, pero en ésta segunda vuelta, ella pronto se quedó dormida, él al darse cuenta la alzó en sus brazos y la llevó hasta la habitación que iba a ocupar Megan. Ella se acomodo cuando él la colocó suavemente en el colchón, después de arropar a la chica, salió para dirigirse a la suya, qué cosas más extrañas le estaban sucediendo, jamás había experimentado la ternura que sintió al acostar a aquella desconocida en la cama, sintió deseos de protegerla contra cualquier persona o cosa que quisiera dañarla. El sueño llegó pronto a sus ojos, no sabía cuánto tiempo había dormido cuando se despert
— Tengo el almuerzo listo desde la una de la tarde— dijo ella con voz tímida y rostro confundido. —¡Oh, qué pena! Soy un redomado idiota! Creo que me confundí, vayamos a comer lo que has preparado. Ella retomó la sonrisa y fue hasta la cocina a preparar todo para servir; él detrás de ella le dijo:— Permíteme ayudarte. Ella había horneado un pollo, con papas y una ensalada de guarnición, él sonrió de satisfacción al probar aquella comida casera, tenía tanto tiempo comiendo cada mediodía en la calle que había olvidado lo que era que alguien le cocinara, se sintió conmovido, pero obviamente que lo disimuló muy bien, le provocaba tener a Megan en casa siempre, éste pensamiento lo confundió, no quería comprometer sus sentimientos con ésta chica que solo estaba de paso por su vida, porque ella, no iba a vivir para siempre en aquella casa. — Gracias por ésta rica comida Megan, eres excelente cocinera, deberías dedicarte a ser una profesional de la cocina. —¿En serio? —Estoy hablando