Cariñitos, aquí les dejo el segundo capítulo del día!! Las cosas se están poniendo calientes en la mansión Rahal!! No olviden dejarme sus comentarios, muchas gracias por leer!! :)
Amir Llego a la mansión sintiéndome ansioso, es la primera vez que tengo a alguien viviendo conmigo, pues nada más cumplir la mayoría de edad me largué de mi casa, y nunca volví, en especial luego de que mi madre muriera. Ahora resulta que vuelvo a vivir con alguien. Una mujer para ser más exactos y eso me tiene los nervios de punta, no me gusta tener gente rondando en mi espacio y moviendo las cosas. Sin embargo, nada más entrar me doy cuenta de que todo está exactamente igual que siempre. Ni siquiera una voz o una risa que indique que la chiquilla está viviendo aquí. Y bueno, llamenme loco, pero aunque estaba pensando que me molestaría que me cambiaran las cosas, ahora mismo la sola idea de pensar que la niña se ha negado a salir de la habitación todo el día hace que un gruñido salga de mí, porque lo cierto es que su actitud me jode. Me molesta que aunque le he abierto las puertas de mi casa, cosa que no hago con nadie, ella parece querer seguir en el papel de víctima, lo cu
Samira No puedo creer que Amir haya escuchado toda la discusión, si es que puedo llamarlo así, pues ha sido esa mujer la que ha llegado a insultarme. Debo admitir que cuando escuché su voz y las mentiras que Haifa dijo de lo sucedido creí que él la tomaría conmigo, que iba a creer en ella y me castigarían, pues toda mi vida siempre fue así. En mi casa cada vez que Sujen decía algo de mí, mi padre le creía y yo era quien recibía el castigo. Sin embargo, este no fue el caso. No sé qué pensar o cómo reaccionar al ver que él me ha defendido, nunca antes alguien lo había hecho y de todas las personas es él quien menos tiene razones para hacerlo, yo no soy más que una propiedad más de las que tiene, o al menos eso es lo que he estado pensando. Siento como mi pulso se acelera al escuchar su pregunta y la lengua se me vuelve pasto al pensar en qué contestar ante eso, por lo que termina saliendo de mi boca no es más que un balbuceo vergonzoso. —Yo… bueno es que tú… lo que quiero decir… ¡Me
Amir Sigo alucinado con el hecho de que esa chiquilla se haya atrevido a negociar conmigo, ni siquiera mis clientes lo han hecho con tanta soltura pues siempre temen incordiar, aunque siendo honesto la situación me causó gracia y consiguió que gran parte del cabreo que tenía debido a Haifa y su atrevimiento se disolvieran de mi cuerpo. La idea de la cena fue totalmente impulsiva, pero debo admitir que ha sido una muy buena jugada para conseguir ganarme su confianza y sospecho que al hablarle de su padre esa confianza crecerá, pues la verdad siempre es la mejor arma a la hora de mantener una mentira o en mi casa un secreto. “Combina verdades con mentiras Amir, es ese el truco” Esas palabras de mi madre son las que me ayudaron a resistir por mucho tiempo y hoy lo implemento cada vez que puedo. Sin querer dilatar más la situación me encamino hacia la cocina donde me imagino que se encuentra Anya con las mujeres del aseo alistando todo para la cena, al llegar los ojos de mi mucama y la
Samira Me voy a volver loca. No, correción, este hombre va a volverme loca. Cada vez que creo que ya me he hecho una imagen de él y pienso que sé a qué atenerme, entonces llega él y se encarga de cambiarlo todo por completo y me asusta. Lo hace, porque en menos de 72 horas ha conseguido que, a pesar de las circunstancias desastrosas, me sienta bien. Tenga esperanza de que no todo está perdido y eso es algo que nunca me había pasado. Lo que me deja desconcertada y hace que todo para mí se reduzca a una simple pregunta. —¿Por qué haces todo esto por mí?—Digo sentada finalmente en la mesa del comedor, y lo agradezco pues hace que sea mucho más sencillo tener esta conversación. Pues así no siento que voy a caerme en cualquier momento con cada cosa que él me dice o cualquier gesto que me deja desconcertada. Él se queda en silencio por unos segundos que se me hacen eternos y por primera vez siento verdadera desesperación por no poder ver, pues me encantaría saber que gesto tiene en e
Amir Las cosas están saliendo mejor de lo esperado, si omito por supuesto la parte en la que Haifa ha llegado a incordiar a Samira. Ayudo a la chiquilla a ponerse en pie y ella se apoya en mi brazo, y la guío por el pasillo. —Bienvenida, princesa, al corazón de mi reino —anuncio con un toque de teatralidad, disfrutando de la pequeña, casi minúscula sonrisa que me da. Nos adentramos en la sala principal, donde el aroma a madera se mezcla con los aceites esenciales que siempre mantengo perfumando el lugar, envolviéndola. —Estamos en la sala, ¿quieres que te describa todo? —Eso… Eso estaría muy bien— me dice y yo comienzo a guiarla por todo el lugar al tiempo que empiezo a hablarle. —La habitación está decorada con tonos cálidos, donde los rojos profundos y los dorados crean una atmósfera acogedora—empiezo. Le describo cada rincón, los detalles intrincados de los tapices y la suavidad de los cojines en el sofá, permitiéndole imaginar el escenario. Al llegar a la gran escalinata,
Samira Diez días. Han pasado diez días desde que Amir me ha contado la verdad sobre la muerte de mi padre y ya 12 días desde que vivo con él y aunque al inicio no quise creerle, todo estaba ahí. En la forma en que mi padre se había vuelto cauteloso, o como ese mismo día no dejaba de repetirme una y otra vez que había cometido un error pero que ya lo estaba enmendando. Eso sin contar de todas esas cosas extrañas que me dijo durante el camino en el auto. Al parecer papá le debía dinero a una persona muy peligrosa, todo por un negocio de inversiones que salió mal y él hombre le exigió que le devolviera todo, pero mi padre no tenía como. Entonces terminó haciendo cosas… No tan legales para esa persona a cambio de saldar su deuda y al parecer ahí es donde aparece Amir, pues como abogado está cazando al hombre peligroso y le ofreció un trato a mi padre para ayudarlo a librarse del tipo. Sin embargo, las cosas no salieron como esperaban. Ahora mi padre está muerto, yo he quedado ciega
Amir24 horas antes —Pareces estar demasiado preocupado por ella... No olvides por lo que empezamos, te lo advertí, Amir.—Dice Said y la repentina seriedad hace que lo mire con cara de hastío. Aún cuando soy plenamente consciente de que estaba pensando en ella. Pero eso no significa que deba estar jodiendome todos los días. Soy hombre, joder, mis ojos si que funcionan y no voy a mentir y decir que la princesita no está como para comersela, porque si lo está. Sin embargo, sigo teniendo claras mis prioridades. Eso es algo que no pienso poner en juego, mucho menos por un par de piernas. —Y yo te he dicho ya tres veces que tengo todo bajo control, ¡joder! No soy un crío que va por ahí perdiendo la cabeza por una niña, para eso tengo ya tres mujeres que me complacen. Sin embargo, en los últimos días ni yo mismo me reconocía. Para empezar mis visitas a las mujeres se habían reducido, pues normalmente las iba a visitar casi a diario y en la última semana solo he ido dos veces. Aparte,
Amir24 horas antes —¿Dónde estoy? —Por fin estás despierto. Has estado en coma por dos días, ¿sabes? ¡No puedo creer que hayan pasado dos días desde el ataque! —¿Cómo está Samira? No la han encontrado, ¿verdad? —Ella está bien. Además, toda la mansión había sido puesta en alerta de primera clase y nadie podía acercarse, especialmente aquí. —Eso es bueno, no quiero que ella entre aquí... Aunque sé que ella no puede verme, el hecho de que no pueda caminar bien y solo respirar me duele horrores será suficiente para que sepa que algo me ha pasado. No quiero que me vea débil. ¿Cómo demonios va a creer que puedo protegerla si ni siquiera he podido protegerme a mi? —Te ves de la mierda—me dice Said desde la esquina de la habitación y yo le regalo un gesto obsceno con los dedos antes de decir: —Empieza a hablar, Said, no estoy de humor y tú pareces la persona perfecta para desquitarme. Mi amigo murmura algo por lo bajo que no alcanzo a escuchar, pero entonces se aclara la garganta