Capítulo 4
Decir que esta isla es hermosa es quedarse corto, para una pareja enamorada debe ser como estar en el cielo, pero para mí se parece más al infierno llegar aquí tres horas y ya quiero regresar a casa, en realidad desearía poder regresar en el tiempo a cuando no conocía a Alan.- ¿puedes dejar de torturarme? - le pregunto a punto de perder la paciencia
- no te estoy torturando, simplemente te trato como lo mereces, además - sigue con sus explicaciones - no te hagas la susceptible, no me creo ese cuento - está haciendo todo lo posible por hacerme sentir mal, lo sé
- sólo te pido tranquilidad Alan, no me tienes que prestar atención. No me tienes que mirar si no lo deseas. Sólo haste a la idea de que no existo - le pido rozando el límite de la desesperación, se levanta de la silla que estaba ocupando en la inmensa y espléndida terraza y camina hasta donde estoy yo
- ojalá pudiera hacer que no existieras, pero si existes - así comienza a que se va a ser una intervención desagradable por su parte - pero sí que existes, y eres mi esposa y tengo que estarte mirando todo el tiempo - me río de forma melancólica
- estoy segura de que preferirías que fuera Cecilia quien estuviera aquí contigo - lo imité y me puse en pie, lo mire de frente - hay algo que no entiendo ¿no se casó contigo porque no te ama o sólo no puede resistir tu carácter - muerde su labio y hace un gesto muy intimidante con su mandíbula
- no te permito que vuelvas a hablar de ella - me sujeta por la barbilla - ¿te queda claro? - di en el punto, no se que sucede entre ellos, pero él definitivamente la ama, me da igual. No me siento celosa porque no tengo ningún sentimiento agradable hacia él.- Suéltame - me separó de él porque me siento más segura en la distancia - no vuelvas a tocarme ¿te queda claro? - trato de parecer firme y de tener valor, pero la realidad es que si él quisiera hacerme daño no podría hacer nada al respecto
- Te toco cuantas veces me dé la gana, eres mi esposa - dice y gracias a Dios se aleja y entra en la habitación del hotel, me alegro aprovecho el momento para salir de allí, alejarme lo más posible.
Bajo desde el hotel hasta la playa, me detengo un instante frente al mar, las olas tienen un vaivén constante que me calma, el color de agua no sé definir si es verde o azul. Les siento allí mismo en la arena, no quiero pensar en lo desastrosa que es mi vida, en cambio, vienen a mi cabeza imágenes de la noche antes del desastre, ya sé que no es en mi mejor beneficio pensar en eso, pero lo quiera o no él fue mi primer hombre, la primera vez que me permití dejarme llevar y mira donde me puso. Poco a poco esos recuerdos van tomando forma en mi cabeza.
Estábamos en el bar, él me invitó a un trago- tenía pensado dejar de beber, pero si me invitas a un trago no voy a negarme - le dije al desconocido
- ¿y si te invito a algo más? - me imagino a que quiere invitarme
- ¿bañarnos en una piscina? - no sé dé donde vino ese comentario, ni reconozco a la mujer que sigue el flirteo descarado del desconocido
- no tengo piscina en casa, pero mi tina es muy grande - me río como una tonta de su comentario, hoy tuve un día pésimo, nunca he querido tener sexo porque quería llegar Virgen al matrimonio, pero para casarme con algún crápula como Ramiro, mejor hacer lo que se me dé la gana antes
- ¿vives muy lejos? - le pregunto de forma desinhibida, el alcohol debe estar haciendo de las suyas
- no, vivo muy cerca - se levanta y me tiende una mano, recojo mis papeles y lo sigo, no me importa si quiere matarme, quizá me haga un favor. Vamos fuera del bar, él me besa, me mareo un poco porque no lo esperaba, me sostiene y dejo caer mi peso en su cuerpo - creo que va a ser mejor dejarlo - propone
- ni sueñes - después de que tome esta decisión no voy a dejar que sea el quién se retracte - vamos a tu casa
- creo que estás demasiado tomada - me hace ver, no lo estoy. En este momento estoy razonando y tengo mis motivos para querer seguirlo, algunos más aparte de que es la mar sé sexy
- nop, estoy aceptablemente tomada - le corrijo - y si te va a hacer sentir culpable puedo formarte un consentimiento - bromeó
- ven aquí - vuelve a apretarme contra él y me besa, sus fuertes brazos casi me separan del suelo - vámonos, de lo. Contrario voy a tomarte aquí mismo - me amenaza
- estaría bien con eso - le digo, él pasa una mano sobre mi hombro y me guía por la calle, cuando veo que seguimos delargo después del estacionamiento supuse que vivía realmente cerca, no me equivoqué, vive como dijo muy cerca, abre la puerta y me comienzo a sentir incómoda, me guía dentro, no pierde el tiempo y se adueña de mi boca, la incomodidad desaparece de inmediato, se comienza a deshacer de mi ropa y a tirarla por todos lados mientras me lleva a algún lugar dentro de la casa, obvio a su habitación. No me detengo en mirar el sitio, trato de quitar su ropa, pero es tan alto que no puedo, él me ayuda y se deshace de la chaqueta y su camiseta, abro su pantalón y sí que puedo quitarlo, también sus bóxer, me asusto un poco cuando veo su dirección, es mi primera vez y no creo que vaya a ser fácil que entre en mi cuerpo. Me empuja sobre la cama aún con mi falda y mis bragas puestas, de inmediato las hace desaparecer y se pone sobre mí, abro mis piernas para darle acceso total a mi parte íntima, él me toca, su mano esparce la humedad que deja escapar mi cuerpo
- estás lista para mí - siento miedo cuando pone su miembro en mi entrada, empuja despacio, sabe que es grande y se toma su tiempo, en el momento en el que comienza a entrar siento una quemazón que me desespera, esperé dolor, pero no algo como esto, llega hasta donde. Mi cuerpo lo permite y luego da un empujón más fuerte que le abre paso por completo, el dolor que me hace sentir no es insoportable; sin embargo, debe haberse reflejado en mi cara
- ¿es tu primera vez? - me pregunta, me asombra que no lo notara antes
- si, lo es - sonrío para no darle importancia, agradezco que no intente detenerse, sólo se queda quieto
- es algo que debiste decir antes, podía haber sido más considerado - al menos no plantea la opción de no haberlo hecho, se mueve despacito - te prometo que vas a disfrutarlo - me dijo, y tengo que reconocer que si lo disfruté, hubiera sido genial que luego de eso no hubiera caído en este embrollo
- señor Nuñes - escucho a alguien decir a mis espaldas y me saca de mis pensamientos - la estoy viendo en este momento, está en el lado norte de la isla - lo escucho y hago como si no existiera, no se mueve y me imagino que tiene órdenes de no perderme de vista me pongo en pie y voy hacia el agua, dejo mis chancletas en la orilla y me adentro en el mar, si quiere seguirme que lo haga a nado. Veo a Alan llegar y el hombre le señala en mi dirección, no puedo evitar reírme ante sus gestos de exasperación.
Capítulo 5 Alan No podía creerlo cuando me dijeron que la loca que está casada conmigo estaba en la playa. Bajé del hotel como alma que lleva el diablo, y cuando llego la veo en el agua - ¿por qué la dejaste ir al agua? - le grito al hombre de seguridad que como yo tuvo la mala suerte de encontrarla, se encoge de hombros y lo comprendo, ¿qué se suponía que hiciera? - puedes irte, yo me encargo - le digo y me quedo mirando donde está ella, sé que también me está mirando - Maite, regresa ahora - le di una orden clara y la ignoró, me quité los zapatos y la camiseta, la voy a sacar del agua aunque tenga que hacerlo a rastras, entro en el agua. Está lo suficientemente caliente como para ser agradable, comienzo a nadar, ella no se mueve de donde se encuentra, es como si quisiera que la atrape.- hola esposo - dice tranquilamente cuando llegué a su lado - te pedí que salieras del agua y me ignoraste - le recriminó
Capítulo 6 MaiteAdemás de tener que lidiar con las locuras de Alan y con sus maniás de trabajo, no suelta la m*****a computadora ningun momento, he pasado un rato agradable, el sol de Italia a bronceado, mi piel y mi cuerpo agradece el reposo, después de la discusión en nuestra habitación me he dedicado a molestarle a cada momento. Si se quiere comportar como un pagan pues yo no tengo problemas en tratarlo como tal. - no pienses que no sé lo que haces, pero se te terminó la fiesta - me dice, está trabajando mientras yo tomo sol en la terraza - mañana se acaba nuestra semana en este hotel y vamos a regresar a la vida real- en casa también hay hombre esposo - lo enfrento - ¿no puedes dejar de trabajar al menos hoy? - le pregunto - como dijiste es eo último día - Maite, cuando llegues a casa vas a estar bastante ocupada con tu nuevo trabajo, difícilmente puedas
Capítulo 7 La casa está en calma, no es de extrañar cuando llegamos a las dos de la madrugada, subimos a la habitación- te recomiendo que duermas en la cama, no puedes dormir en el suelo hasta que se acabe nuestro acuerdo - sé que tiene razón; sin embargo, no pienso admitirlo- no te preocupes por mí, estoy bien - le digo - ¿mañana tengo que ir a mi casa, no tengo nada mío aquí - cambio de tema- hay dos valijas más en el armario - me informa mientras se quita su camiseta dejando su torso desnudo - no son cosas mías, son de mi hermana - antes de irme le heche un ojo y sé que las cosas que quedan don demasiado reveladoras, quien las empacó estaba decidido a que ella lo sedujera, y a mí no me va a quedar más remedio que utilizarlas por hoy - solo úsalas y no seas tan quisquillosa - dice sin saber de qué habla, me voy al armario, tomo el primer conjunto para dormir que veo y voy a cambiarme, cuando salgo de
Capítulo 8 Alan Me levanto a las siete de la mañana, me espera un día largo y me siento agotado por estar despierto hasta las cuatro gracias a mi querida esposa, la veo dormir y prefiero no despertarla, salgo de la habitación y bajo al comedor, o como me gusta llamarlo a mí. El campo de guerra de la familia Nuñes, mi abuelo es el primero en la mesa cada día, a pesar de que está enfermo y de que eso no es un secreto para nadie. - buenos días, abuelo - me acerco o y beso su blanco cabello - no te esperaba todavía - me encojo de hombros, si le digo el motivo de mi regreso estoy seguro de que va a molestarme - ¿dónde está tu esposa? - me pregunta mirándome serio - está durmiendo, ayer llegamos muy tarde - asiente - ya veo - se lleva el vaso de zumo a la boca- espero que ahora que te casaste no te demores en darme un bisnieto- entra directo en el tema, un tema complicado, ya que es difíci
Capítulo 9 Maite Despierto en una cama que huele por completo a él, me trae recuerdos de otra mañana que desperté en su cama y de inmediato caigo en la realidad de la total diferencia entre esta mañana y esa. Me levanto con el ánimo por el suelo, tomo uno de los vestidos de Luci y me lo llevo conmigo al baño me doy una dicha rápida y me visto, hoy debo buscar mis cosas, bajo las extensísimas escaleras que dan al baño.- señora Nuñes - dice una de las empleadas y me demoro en comprender que se dirige a mi, sonrío para mitigar mi desconcierto - ¿si? - le pregunto - el señor Josema quiere verla - me informa- la está esperando en la terraza - ¿la terraza? No tengo idea de donde está la terraza - sígame - ofrece y yo me alegro, me lleva a una terraza que es tan grande que se podría construir una casa en ella, cada lugar de esta casa muestra cuanto dinero tienen, no tratan de ocultarlo, el señor mayor e
Capítulo 10. Alan ¿Amo a Maite? Pues no, obvio no la amo; sin embargo, está casada conmigo, yo fui su primer hombre y no quiero que esté con nadie más mientras esté casada conmigo, principalmente si ese alguien es mi primo, la primera vez que los vi juntos me moleste, pero ahora estoy tres veces más molesto, entro a la oficina, dejo que ella pase y cierro la puerta.- ¿tienes que ponerte esa ropa de prostituta? - le grito, ella se sobresalta.- es todo gracias a ti, está es ropa de mi hermana, acabo de recoger la mía - se justifica.- ¿estás segura de que no es para mostrarle a Gregorio que tan linda eres? - ella niega con descaro. - no creo que lo necesite, él lo ve por si solo - me acerco con paso amenazante hasta donde está. - no juegues conmigo, no me conoces - sonríe a pesar de que se ve asustada. - tu reputación de gánster está bien ganada, no es necesario que te esfuerces más - que
Capítulo 11 Maite Me siento sucia, no fue bonito y satisfactorio como la primera vez que me entregué a él, esto es diferente, esto es denigrante. Todos esos sentimientos se duplican cuando salgo y lo veo hablando con Cecilia - ¿te sientes culpable? - le pregunta para ver si de alguna forma a él le sucede igual que a mí - no - dice con tranquilidad - para los hombres no hay algo como eso, puedo tener sexo contigo amarla a ella - eso duele, más de lo que quiero admitir - ya estoy lista para la entrevista -cambio el tema. porque no me interesa seguir hablando de lo mismo, necesito pensar al respecto, encontrar la forma de sentirme bien con ello, él me mira de arriba abajo como si me analizará - estás aceptable - dice después de un rato, no sé porque tiene que ser tan desagradable - ¿te dolería
Capítulo 12. Maite Han pasado cuatro días desde la entrevista, desde que me di cuenta de que estoy sintiendo cosas que no debo sentir por mi esposo, estoy intentando mantener las distancias con él y para hacerlo tuve que faltar a la cena que planeó mi madre, también procuro no discutir con él y por solo me dispuse a hacer lo que me pida como si se tratara de un empleo, él es mi jefe y yo debo obedecer sus órdenes, hoy comienzo en la empresa, estaré ocupada y tendré menos tiempo para pensar tonterías - vamos - me dice saliendo del baño, no me está mirando, si atención está en los puños de su camisa - ve tu primero, yo tengo un compromiso antes - ledigo, él no sabe de mi cota con el señor Josema cada mañana - ¿vas a llegar tarde tu primer día de trabajo? - me mira - no voy a llegar tarde Alan - bajo la cabeza para que mis ojos no choquen con los suyos - de acuerdo - se acerca y me obliga a mirarlo - no lleg