La habitación estaba en penumbras, por la ventana cerrada ni siquiera penetraba un atisbo de luz, todo permanecía en silencio y a pesar de la oscuridad una silueta era perceptible en la cama.Alguien yacía ahí, tumbado como si durmiese. Camine a paso lento y a medida que me acercaba mis ojos se acostumbraban aún más a la falta de luz y las cosas se podían apreciar mejor.En la cama no había una sola persona, por el contrario eran dos los que descansaban, dormían abrazados como si estuvieran tan cómodos como profundamente dormidos y podía observar sus cuerpos carente de prenda alguna.Mis ojos se abrieron de par en par como si intentaran salirse de mi rostro incrédulos a aquello que veían a la vez que mis pasos se detuvieron y mis lágrimas comenzaban a descender por mis mejillas.Los ojos de la ahora pelinegra se conectaron con los míos mientras abrazaba a su acompañante y una sonrisa burlona se dibujó en sus labios mientras yo negaba rápidamente con mi cabeza incrédula de que Nikolas
—Señorita Andrea dejamos sobre la cama su vestido para esta noche pero…—comenzó a hablar una de mis doncellas mientras me sumergía en la bañera—ha llegado esto de la sastrería pedido especialmente por el príncipe en persona—concluyó con una sonrisa extremadamente pícara mientras me mostraba una lencería a juego con el precioso vestido que iba desde el rojo vino en los hombros hasta el negro de la falda.Mi cara comenzó a arder por la vergüenza lo que aumento las risillas de las chicas enrojeciendo mi rostro más todavía.Pero no puedo negar que aquella lencería extremadamente diminuta resaltaba mis pequeños pechos y mis casi inexistentes glúteos, pero me avergonzaba el hecho de llevarlo puesto o que fuese él quien lo eligiera.—Cambia esa cara—se burló Emily de mi rubor desmedido— el sastre lo hizo para ti el regalo del príncipe no tiene nada que ver con eso—se cortó aún con la sonrisa en el rostro llegando hasta la cama para tomar lo que parecía una pequeña cajita de terciopelo negra
—Esto es para ti—susurre a pocos centímetros de su boca y con su frente aún pegada a la mía extendiéndole mi regalo perfectamente envuelto en papel de colores azul y verde.La extrañeza en su expresión con esa sonrisa nerviosa de niño de 10 años que recibe su primer regalo de cumpleaños… pero que podría llevar en aquella caja rectangular. ¿Qué se le regala a un futuro rey?; al hijo maldito nacido en uno de los reinos más prósperos de esta era.Estoy segura que nada en el mundo estaría a la altura de su ego, sin embargo me dedique a buscar aquello que al menos le fuese relativamente útil a él, mi prometido, mi príncipe maldito.—¿Verde y azul?—sonrió con curiosidad acariciando la envoltura de la caja—quisiera futura esposa conocer el ¿por qué de ello?—fijo sus ojos en los míos.—Como sabes que hay uno—me limité a responderle y solo conseguí que intensificara su mirada como si quisiera arrancarme las palabras con ella—Por favor, obvio que lo hay tratándose de ti—presionó y solté un su
No puedo explicar en qué momento exacto la fiesta había acabado menos puedo asegurar como estábamos de vuelta en la habitación, pero allí estábamos comiéndonos con la mirada a escasos centímetros uno del otro.Una de sus manos comenzó a acariciar mi espalda desnuda a través del escote de mi vestido. Su respiración se mezclaba con la mía en un cálido aliento que erizaba cada bello de mi cuerpo mientras una electricidad llegaba desde su delicado tacto hasta estremecer mi sexo que chorreaba de humedad.Mi espalda topo con alguna pared pero ni eso hizo que su fría mano se apartara de ahí, su voz era un susurro melodioso en mi oído mientras que su otra mano ascendía por mi muslo con aquel aliento cálido golpeando la piel de mi cuello.Nuestros ojos se conectaron con los míos y mi boca dejo escapar un corto gemido que se ahogó en la suya en un beso cargado de deseo e intensidad.Su lengua y la mía danzaban como si de una misma se tratase y sus manos recorrían cada parte de m i cuerpo a la v
Cuando era niña me encantaba imaginarme como sería la boda de mis sueños, ese día al que me entregaría a alguien por amor donde todo sería perfecto tal y como los libros que tanto leía describían y aunque Nikolas había cuidado hasta el más mínimo detalle para que este día fuera perfecto algo en mi me gritaba que tuviese cuidado.No sabría explicármelo a ciencia cierta pero una mala sensación recorría mi cuerpo de pies a cabeza desde que salí de la alcoba rumbo a la ceremonia. Como si alguien estuviese observándome en todo momento o si la peor de las tormentas se avecinara.Mamá me había asegurado que eran los nervios de la boda y que era normal que me sintiera así pero yo comenzaba a preocuparme.Además es bien sabido en el reino que el marido no debe ver a la novia antes de la boda y nosotros claramente no habíamos hecho caso alguno a esa regla. Llegué al vehículo que me esperaba en las puerta de palacio donde mi madre y padre aguardaban con la más amplia de las sonrisas y los ojos
Estábamos en los enormes jardines del palacio donde las flores resplandecían orgullosas de nuestra felicidad. Cada detalle había sido minuciosamente seleccionado para este día. Los invitados esparcían alegría y dicha por todo el lugar con discretas carcajadas y placenteras conversaciones que eran apenas perceptibles sobre la melodía suave que resonaba en los alrededores.Pero aquella desagradable sensación que me había acompañado toda la mañana no abandonaba mi pecho, era un pésimo sabor de boca que no lograba quitarme por mucho que comiera o bebiera.Mis ojos se mantenían alertas recorriendo el lugar a cada dos por tres como si buscara a alguien entre los invitados o si esperase que algo ocurriera de repente.—¿Estás bien mi niña?—la voz preocupada de mi madre me sacó de mis pensamientos y como si acabara de darme cuenta que ella estaba justo a mi lado.La reina, la princesa Nadia, mi padre, Mariantonieta y su prometido también me observaban con la misma angustia, como si intentaran
Si en algún momento de mi vida alguien me hubiese dicho que mi increíble noche de bodas después de esta magnífica celebración sin duda alguna yo hubiese estallado en carcajadas, jamás imaginé que justo este día el ahora mi esposo explotaría en cólera por algo tan absurdo como un vestido...Unas horas antes, justo después del brindis y antes de comenzar con el banquete; subí a nuestra habitación a despojarme del voluptuoso vestido de novia por uno igual de blanco pero mucho más cómodo y sencillo.La gracia del vestido estaba únicamente concentrada en el busto con algunas mariposas blancas con brillos resaltando mi escote, sin mangas o hombreras y con la blanca tela únicamente ceñida en mis pechos y que simulaba una cascada hasta quedar arrastrado por unos pocos centímetros en el suelo con un abierto desde mi entrepierna hasta el dobladillo del vestido mostrando mi pierna derecha completamente.Las doncellas me desenredaron el cabello haciendo dos pequeñas trenzas a los lados de mi cabe
Estamos en los capítulos finales de esta historia y he decidido que ustedes, mis lectores tengan la opción de decidir el desenlace de la misma Aquí les dejo una votación para que mediante a sus comentarios decidan que final quieren: *final trágico con epílogo comenten aquí👉(❤️) *final abierto sin epílogo pero con segunda parte comenten aquí👉(🖤) En mi I***a está de igual manera la encuentra abierta en mi historia destacada Book, pueden hacerlo por allá si desean, aparezco como @janyarletd. Saludos y un fuerte abrazo Jany