—Esto es para ti—susurre a pocos centímetros de su boca y con su frente aún pegada a la mía extendiéndole mi regalo perfectamente envuelto en papel de colores azul y verde.La extrañeza en su expresión con esa sonrisa nerviosa de niño de 10 años que recibe su primer regalo de cumpleaños… pero que podría llevar en aquella caja rectangular. ¿Qué se le regala a un futuro rey?; al hijo maldito nacido en uno de los reinos más prósperos de esta era.Estoy segura que nada en el mundo estaría a la altura de su ego, sin embargo me dedique a buscar aquello que al menos le fuese relativamente útil a él, mi prometido, mi príncipe maldito.—¿Verde y azul?—sonrió con curiosidad acariciando la envoltura de la caja—quisiera futura esposa conocer el ¿por qué de ello?—fijo sus ojos en los míos.—Como sabes que hay uno—me limité a responderle y solo conseguí que intensificara su mirada como si quisiera arrancarme las palabras con ella—Por favor, obvio que lo hay tratándose de ti—presionó y solté un su
No puedo explicar en qué momento exacto la fiesta había acabado menos puedo asegurar como estábamos de vuelta en la habitación, pero allí estábamos comiéndonos con la mirada a escasos centímetros uno del otro.Una de sus manos comenzó a acariciar mi espalda desnuda a través del escote de mi vestido. Su respiración se mezclaba con la mía en un cálido aliento que erizaba cada bello de mi cuerpo mientras una electricidad llegaba desde su delicado tacto hasta estremecer mi sexo que chorreaba de humedad.Mi espalda topo con alguna pared pero ni eso hizo que su fría mano se apartara de ahí, su voz era un susurro melodioso en mi oído mientras que su otra mano ascendía por mi muslo con aquel aliento cálido golpeando la piel de mi cuello.Nuestros ojos se conectaron con los míos y mi boca dejo escapar un corto gemido que se ahogó en la suya en un beso cargado de deseo e intensidad.Su lengua y la mía danzaban como si de una misma se tratase y sus manos recorrían cada parte de m i cuerpo a la v
Cuando era niña me encantaba imaginarme como sería la boda de mis sueños, ese día al que me entregaría a alguien por amor donde todo sería perfecto tal y como los libros que tanto leía describían y aunque Nikolas había cuidado hasta el más mínimo detalle para que este día fuera perfecto algo en mi me gritaba que tuviese cuidado.No sabría explicármelo a ciencia cierta pero una mala sensación recorría mi cuerpo de pies a cabeza desde que salí de la alcoba rumbo a la ceremonia. Como si alguien estuviese observándome en todo momento o si la peor de las tormentas se avecinara.Mamá me había asegurado que eran los nervios de la boda y que era normal que me sintiera así pero yo comenzaba a preocuparme.Además es bien sabido en el reino que el marido no debe ver a la novia antes de la boda y nosotros claramente no habíamos hecho caso alguno a esa regla. Llegué al vehículo que me esperaba en las puerta de palacio donde mi madre y padre aguardaban con la más amplia de las sonrisas y los ojos
Estábamos en los enormes jardines del palacio donde las flores resplandecían orgullosas de nuestra felicidad. Cada detalle había sido minuciosamente seleccionado para este día. Los invitados esparcían alegría y dicha por todo el lugar con discretas carcajadas y placenteras conversaciones que eran apenas perceptibles sobre la melodía suave que resonaba en los alrededores.Pero aquella desagradable sensación que me había acompañado toda la mañana no abandonaba mi pecho, era un pésimo sabor de boca que no lograba quitarme por mucho que comiera o bebiera.Mis ojos se mantenían alertas recorriendo el lugar a cada dos por tres como si buscara a alguien entre los invitados o si esperase que algo ocurriera de repente.—¿Estás bien mi niña?—la voz preocupada de mi madre me sacó de mis pensamientos y como si acabara de darme cuenta que ella estaba justo a mi lado.La reina, la princesa Nadia, mi padre, Mariantonieta y su prometido también me observaban con la misma angustia, como si intentaran
Si en algún momento de mi vida alguien me hubiese dicho que mi increíble noche de bodas después de esta magnífica celebración sin duda alguna yo hubiese estallado en carcajadas, jamás imaginé que justo este día el ahora mi esposo explotaría en cólera por algo tan absurdo como un vestido...Unas horas antes, justo después del brindis y antes de comenzar con el banquete; subí a nuestra habitación a despojarme del voluptuoso vestido de novia por uno igual de blanco pero mucho más cómodo y sencillo.La gracia del vestido estaba únicamente concentrada en el busto con algunas mariposas blancas con brillos resaltando mi escote, sin mangas o hombreras y con la blanca tela únicamente ceñida en mis pechos y que simulaba una cascada hasta quedar arrastrado por unos pocos centímetros en el suelo con un abierto desde mi entrepierna hasta el dobladillo del vestido mostrando mi pierna derecha completamente.Las doncellas me desenredaron el cabello haciendo dos pequeñas trenzas a los lados de mi cabe
Estamos en los capítulos finales de esta historia y he decidido que ustedes, mis lectores tengan la opción de decidir el desenlace de la misma Aquí les dejo una votación para que mediante a sus comentarios decidan que final quieren: *final trágico con epílogo comenten aquí👉(❤️) *final abierto sin epílogo pero con segunda parte comenten aquí👉(🖤) En mi I***a está de igual manera la encuentra abierta en mi historia destacada Book, pueden hacerlo por allá si desean, aparezco como @janyarletd. Saludos y un fuerte abrazo Jany
El silencio en el que habitación de Mariantonieta se había sumido era consolador, sobre todo porque estaba únicamente quebrado por el goteo del agua de la regadera abierta que empapaba mi piel. Las lágrimas se escurrían por mis mejillas camuflándose con el agua y los sollozos se ahogaban en lo más profundo de mi alma. Mi prima no preguntó nada y lo agradecí enormemente. Pero jamás llegue a pensar que el genio de Nikolas fuese a empeorar a tal punto de estallar su vaso con bebida en la pared a tan pocos centímetros de mí. Era como si no fuese él... —No olvides que no es él en estos momentos, el dragón cada vez tiene más influencia sobre él—las palabras de Arthur resonaron dentro de mi cabeza como si el mismo las estuviese repitiendo desde alguna esquina oscura del lavabo. Pero eso no disminuía el miedo que recorría completamente mi cuerpo. ¿Qué pasa si no lo logra controlarlo? ¿Qué pasa si el dragón gana esa batalla interna que Nikolas lleva en lo más profundo de su subc
—¿Pero a dónde se supone que te iras?— logré pronunciar entre sollozos sujetando a Nikolas de su oscura camisa.Sus ojos estaban oscurecidos por ratos, sudaba como si hubiese estado bajo el mayor de los diluvios, se soltó de mi agarre con movimientos bruscos como si no supiese controlar su fuerza en estos momentos provocando que diera algunos pasos atrás.—Es más seguro para ti—gruñó con la voz ronca sin mirarme siquiera.—Nikolas por favor—suplique acercándome nuevamente a él y volvió a apartarse dejándome en el suelo.Comenzó a caminar a las afueras de la alcoba alejándose de mi a paso firme y justo cuando sostenía el pomo de la puerta entre sus dedos detuvo su paso lazándome una corta mirada por sobre sus hombros y no pude evitar ese brillo oscuro que cada vez se intensificaba más en sus diferentes ojos.—No me perdonaría nunca si este monstruo te lastima—pronunciando aquellas palabras se marchó cerrando la puerta tras de sí.La noche trascurrió tortuosamente lenta para mí que me l