Las palabras de Arthur desbloquearon recuerdos que parecían sellados en mi memoria. Recuerdo a aquel niño, recuerdo lo mucho que había llorado por mi libro y todo lo que me había costado reunir el dinero para comprarlo. Sabía perfectamente que el segundo volumen tenía un forro que cubría la portada y contraportada y ahí había una dedicatoria que hacía años no leí.Los pasillos parecían interminables a pesar de ir corriendo lo más rápido que mis pies me permitían. Sentía los pasos de Arthur tras de mí pero en lo único que pensaba era en revisar aquel libro.—¡Señorita Andrea espera!—la voz de Arthur se escuchaba agitada tras de mí pero ni siquiera pensé en mirarlo —¡espera por favor!—casi suplicó sujetándome del antebrazo y me detuve—¿Por qué corres así?—suspiro intentando recuperar su aliento—Necesito…quiero ir a la habitación—mentí tras dudarlo por unos segundos—Andrea, él no debería...—trago grueso—no deberías decirle que te conté—susurró en un tono casi inaudible—¿Qué dices Arth
Estábamos en las puertas del palacio luego de desayunar en un silencio casi sepulcral mientras esperábamos el automóvil. El entreabrió en varias ocasiones los labios como si fuese a decir alguna cosa pero no se atrevió a hablar. En cambio posó su vista con curiosidad en el libro que yacía en mis manos pero yo fingí que no lo notaba.—Majestad, señorita—comenzó a hablar Arthur mientras el coche se estacionaba—ya todo está listo para que la Señorita Andrea viaje—concluyó y ambos asentimos—Andrea—me llamo cabizbajo en apenas susurros —gracias por…—tartamudeo como si le costara lo que estaba a punto de decirme—No tienes que agradecerme nada—lo interrumpí acabando con su sufrimiento y el asintió con una pequeña sonrisa ladeada—seré tu futura reina y mi deber es nunca dejarte solo—mentí para que confiara en mí y mi escape con Nain fuera más fácil— mi príncipe espérame para almorzar—concluí y el asintió mientras yo entraba en el automóvilNo tenía ni idea de cuando Nain planearía nuestra f
—¡Ve a nuestra alcoba!—ordenó una vez que el automóvil se detuvo frente a las enormes puertas del palacio y yo lo encaré lista para replicar—no es el mejor momento para un berrinche de niña consentida—Lástima que decidiste casarte con una—respondí de mala gana sintiendo un nudo en mi garganta y descendiendo del vehículo lo más rápido que podía.—Señorita Andrea—la voz de Arthur me detuvo a pocos pasos de las enormes puertas—Él no quería tratarla…—No lo justifiques más—lo interrumpí mirándolo fugazmente—para él yo soy solo basura como todos los que se encuentran en este palacio—las palabras salieron de mi boca con mi mirada fija en el príncipe.Me adentre sintiendo sus pasos lejos de mí pero negada a observarlo. Dolía su sequedad y esos cambios bruscos por su parte. Pero si creía que podía gobernarme como a todos estaba muy equivocado.Los pasillos estaban desiertos por lo que haciendo caso omiso a su estúpida orden entré en la biblioteca tomando un libro al azar y corrí al jardín com
No se ciertamente por cuanto tiempo dormí, pero la luna se había alzado dejando la habitación sumida en una oscuridad casi tenebrosa. ¿Qué fue ese ruido?—me recordó mi conciencia el verdadero motivo por el que había despertadoTenía algunas mantas sobre mí y a diferencia de lo que recordaba ahora donde había un vestido rasgado estaba uno rosa claro precioso.Caminé hasta la puerta sintiendo cada vez más cerca aquellos gritos.—¿Qué pasa?—le pregunte curiosa a los guardias una vez que estuve frente a ellos en el pasillo pero ignoraron mi pregunta como si de sordos se tratara Perfecto…Llegué a las escaleras con intención de bajarlas pero los gritos resonaron nuevamente por todo el palacio y ahora sabía perfectamente que provenían del piso superior.La curiosidad siempre lo he considerado el más grave de mis defectos, pero jamás me ha metido en problemas demasiado graves por lo que espero de todo corazón que este no sea la primera vez. Yo también espero—me apoyo mi conciencia m
Estoy a tan solo un año de cumplir 18, seré lo suficiente mayor para poder tomar mis propias decisiones y lograr estudiar medicina ,tener el conocimiento para salvar o dar vida me da la fuerza que necesito para luchar por mi vocaciónA decir verdad me niego a terminar rodeada de zapatos en la famosa fábrica de papá o adnegada a la casa como mamá Pero llegar a esa edad también traía consigo una responsabilidad mayor ,mantener el honor de mi familia , siendo la única hija de una familia distinguida de clase alta y viviendo en un reino tan conservador con tradiciones tan marcadas ,al cumplir los 18 años significaba contraer matrimonio como dicta la costumbre El sr Sabash ,mi padre , eligiria un candidato de buena familia sin importar si lo amo o no ,al igual que hicieron con mi madre a mi edad A decir verdad la idea de tener un compañero de vida ,según la experiencia que había tenido desde pequeña en mi hogar ,me encantaba ,el poder tener a alguien con quien platicarle tus problemas y
**Un año después***Eran cerca de las 2 de la madrugada la frialdad de la noche unida la fuerte lluvia que caía y la oscuridad de mi habitación me hicieron acurrucarme aún más bajo mis mantasPero algo llamó mi atención era una sensación extraña a mí nunca y sin saber a ciencia cierta el por qué mis ojos viajaron por toda la recámara hasta posarse en la silueta que ella hacía en el sillón del escritorio sobresaltándome a tal punto de caer sentado en la cama y encendiendo con rapidez el candelabro de la mesita de nocheNi siquiera con la luz de las velas se podía distinguir bien pero puedo asegurar que era un hombre totalmente vestido de negro-¿Quién eres? -fue lo único que pude decir entre tartamudeos tragando en seco-soy un asesino despiadado y venga por usted damiselaNo ayudas - recriminé para mis adentrosPero él no respondió nada , un inquietante silencio me erizó los bellos de pies a cabeza y por unos segundos se mantuvo inmóvil con una sonrisa muy bien colgada y con una chisp
De los muchos libros románticos que he tenido el placer de leer a lo largo de mi vida; puedo asegurar que en ninguno describían al amor como esa sensación amarga que te corta el apetito y te estruja el corazón dejándote sumida en una tristeza desgarradora. Jamás existieron en ellos un final tan fatídico como el mío, pero a decir verdad solo en las fábulas podía existir ese felices para siempre que inconscientemente todos buscamos, es técnicamente impensable que la caperucita terminara devorada por el lobo y menos aún que ella lograra enamorarlo.Nikolas Crons era ese lobo feroz que esperaba cada noche a caperucita por la simple satisfacción de asustarla. Él había sido ese niño malcriado al que le cumplían cada uno de sus caprichos, el príncipe que el rey mostraba orgulloso y el que lograba sacar suspiros de cada doncella de este reino.Pero toda regla tiene su excepción y yo era la de Nikolas.Él se convertiría en mi verdugo pero yo no sería otra de sus esclavas que hacen lo que dice
Mi vestido color pastel rosaba el frio suelo una vez que mis pies entraron en contacto con el mismo por lo que me apresuré a colocarme mis sandalias doradas, tenía los hombros caídos y un discreto escote lleno de pequeñas mariposas que desaparecían a medida que se alargaba la falda. Mi cabello suelto bailaba sobre mis hombros mientras caminaba apresuradamente tras una Mariantonieta hambrienta que corría suplicante de comida hacía la cocina. —Aunque esa decisión te afecte es la mejor para tú familia — el padre de Mary le decía a mi padre cuando entramos al comedor mientras este negaba con la cabeza clavando sus ojos en mí y por consiguiente su hermano se giraba notando finalmente mi presencia zanjando el tema con un ligero golpe de hombros. —¿Entonces es cierto?—preguntó mi conciencia quien aún no se quería creer del todo lo que mi prima me había contado y supongo mi cara delato mi decepción por la mirada fugaz que papá me lanzó. Sus labios se separaron como si fuese a decirme algu