—Tú eres la mujer de mi hermano—dijo con pesar alejándose de míAllí donde sus manos estaban sentí un frio terrible, como si mi cuerpo se hubiese acostumbrado a él, pero era ilógico. ¿Cómo alguien como nosotras querría a alguien como él? —repitió mi conciencia y algo muy en mí interior se rompió—¿Por qué no me lo dijiste?—logré pronunciar observándolo a unos pasos de mí con la mirada fija en su espalda—Pero tú, entre tantas chicas en el reino, me notaste a mí, dejaste que calmara tu llanto, sin importar mi rostro sonreíste y…—Príncipe Nikolas—nos interrumpió Arthur— el rey solicita su presencia de inmediato—concluyó mientras los ojos de mi futuro esposo me observaban—¡Yo me quedó con ella!—se apresuró a decir y el trigueño asintió desapareciendo por los pasillosEl silencio reino por unos segundos, como si pensara las palabras correctas o el gesto adecuado para dirigirse a mí.—Escuche lo que pasó con el príncipe Nain—habló el primero y yo lo miré sin saber que decirle—No la
El camino a Dafferin me pareció eterno, quizás influyera el sepulcral silencio que nos acompañó todo el recorrido o que realmente era una larga distancia.Llegamos a un reino pequeño cuando la luna comenzaba a elevarse. Las calles perfectamente iluminadas que resaltaban las modestas casas con preciosos jardines que provocaba alucinar a todo el que lo mirase.El palacio era mucho más pequeño que habíamos dejado atrás pero no por ello dejaba de ser aún más hermoso. Sobre todo por estar minuciosamente pintado de blancoLa boda sería mañana en la tarde pero gran parte del palacio ya estaba decorado con rosas blancas que le daban un aire puro y elegante al lugar.—La boda será en la sala de bailes—comentó uno de los hombres que nos había recibido en la entrada y en cuanto lo miré noté que hablaba con Nikolas—Preferimos nuestra habitación—lo interrumpió fijando sus ojos en mi y yo me limité a asentirle—Por supuesto acompáñenme—se apresuró a responderle con una cálida sonrisa mientras nos
La tensión en la habitación era tan grande que podía ser palpada. Pero mis ojos se negaban a abandonar los de Nikolas a pesar de los constantes carraspeos de su hermano.—Cariño —la voz de una mujer llegó a la habitación y todos dirigimos nuestra mirada a ella —el sastre te espera para la última prueba de tu traje—añadió acercándose a Nain y una vez estuve junto a él recorrió la habitación con la vista deteniéndola en míUna sonrisa fingida se dibujó en su rostro y en sus ojos me dejaba ver un claro ¿Qué haces aquí?—Dalila él es mi hermano mayor Nikolas y su prometida—rompió finalmente el rubio aquel incomodo silencio apretando la mandíbula—Nikolas, Andrea ella es mi futura esposa Dalila—concluyó ahogándonos por unos minutos en otro agobiante silencio—Un placer—soltó indiferente mi prometido y yo asentí con una pequeña sonrisa amarga.—Lo mismo digo—colocó su mano por sobre los hombros de Nain sin apartar la mirada de mí—¿Andrea cierto?—indagó con aquella sonrisita falsa y yo asentí
Lo único interesante de esta boda era la magnífica y gigantesca mesa llena de apetecibles bocadillos y frutas frescas. Había gran variedad de cocteles que para ser sincera no me agradaban del todo y si a eso le sumamos a Nain y Dalila pavoneándose y alardeando solo podía pensar en comer o vomitar; lo que pasase primero.—Señorita Andrea no debería comer nada hasta que no lo pruebe antes—susurro Arthur a mi lado mientras me deleitaba con todo aquella comida que yacía ante mí.Mi vista viajo a él unos segundos mirándolo como si me contara el mayor de los chistes y él se limitó a encogerse de hombros.—Fue una orden—Si pregunta tu dile que la cumpliste—murmure dándole unas palmaditas en la espalda mientras tomaba algunos de los bocadillos para comenzar a devorarlos.Después de unos minutos regresé oronda con mi plato repleto a la mesa donde Nikolas me observaba con el entrecejo fruncido incrédulo.—¿En el palacio no comes tanto?—se animó a decirme luego de unos minutos inclinándose para
Entrelazo su mano con la mía y comenzó a guiarme entre la multitud de invitados. Estábamos a punto de salir del salón cuando Nikolas se detuvo y yo por consiguiente choque con su espalda.—¡Ah!—me frote la frente y me coloque a su lado—¿Qué p…—me corte a mí misma cuando mis ojos se fijaron en el menor de la dinastía Crons—Ya se aburrieron —rompió el silencio con su mirada perdida en el lugar exacto donde mi mano y la de Nikolas se unían.Al instante que lo noté hice un amago de separarme pero mi prometido apretó su agarre.—Sí, de hecho—habló y dirigió su vista de mi a Nain—a mi futura esposa no le gusto para nada tu boda—comenzó a caminar conmigo detrás y cuando estuvo a su lado se detuvo para susurrarle—de hecho me pidió que la nuestra no fuera asíNain separo ligeramente sus labios dispuesto a decir alguna cosa pero Nikolas no se lo permitió marchándose y llevándome con él. No pude evitar mirar a Nain por sobre mi hombro y en ese instante en que nuestros ojos se cruzaron—Te amo—g
—¿Podemos hablar de lo que acaba de suceder?—le susurré mientras llegábamos al automóvil—No tenemos nada de qué hablar—sentenció sin mirarme soltando mi mano y eso fue lo último que me dijoBusque su mirada durante todo el camino de regreso pero el simplemente pareció olvidar mi existencia dentro de aquel vehículo.Intenté frenar mis nervios durmiendo pero me fue imposible conciliar el sueño. Cada que cerraba los ojos solo volvía a ese momento, a ese beso que había revolucionado todo mi ser.Sentía frio en el lugar exacto que sus manos me habían tocado y necesitaba de sus labios con desesperación.Sentía un torbellino de emociones agitando cada pieza de mi cuerpo y una sensación rara en mi estómago.Los nervios se apoderaban tanto de mí que para distraerme me obligue a tronarme los dedos mientras perdía la vista hacia el exterior negada a intentar conectar mis ojos con los suyos. ¿Por qué lo besaste?Me beso él—le respondí a mi conciencia mordiéndome el labio inferior y obligando
Me mire en el espejo unos segundos antes de salir de la alcoba y con una amplia sonrisa debo admitir que Nikolas tenía razón, aquel oscuro vestido se ceñía a mi cuerpo resaltando en mi pálida piel y mi dorada melena. A pesar de ser muy sombrío para mi gusto verdaderamente me veía elegante con él. Espero no lo decepciones cuando te lo vea puesto—me acomplejo mi conciencia y negando con la cabeza aleje aquel pensamiento saliendo de la habitación para ir a su encuentro.Como de costumbre ya iba con varios minutos de atraso por lo que corrí escaleras abajo sujetando con cuidado la falda de mi vestido para evitar romperla o caerme de narices en el suelo y pasar la vergüenza de mi vida.Cuando llegué al comedor me llevé un golpe de realidad. Algún día tenía que pasar preciosa—me recordó mi conciencia pero preferí ignorarla.El rey, la reina y la princesa había regresado de la boda del menor de los Crons y para mi desgracia acompañaban a mi futuro marido reclamándole por mi tardanza.E
—Tengo algo para ti—sacó su otra mano del bolsillo sin apartar sus ojos de los míosMe extendió un puñado de uvas y no pude evitar cambiar mi vista de ellas a él.—Tengo más en aquel pañuelo—apuntó con la cabeza a la cómoda—Él dijo que no podían darme nada—cuestioné con cierto aire divertido y el simplemente se limitó a encogerse de hombros soltando finalmente mi mano y llevando la primera de las uvas a mi boca—Mañana debo salir de viaje —susurro después de unos minutos con pesar o más bien algo de preocupación—¿A dónde? ¿Cuándo regresas? ¿Puedo ir contigo?—las preguntas escaparon de mi boca sin ni siquiera darme cuentaY de repente un miedo recorrió mi cuerpo obligándome a voltearme y darle la espalda.—No sé cuándo volveré, pueden que sean solo unos días— comenzó a hablar sujetándome por los hombros y colocándome frente a él—No te preocupes te dejaré con tus padres mañana antes de partir—asintió esperando una aprobación de mi parte lo cual calmo mis nervios y finalmente asentí.—