Lo único interesante de esta boda era la magnífica y gigantesca mesa llena de apetecibles bocadillos y frutas frescas. Había gran variedad de cocteles que para ser sincera no me agradaban del todo y si a eso le sumamos a Nain y Dalila pavoneándose y alardeando solo podía pensar en comer o vomitar; lo que pasase primero.—Señorita Andrea no debería comer nada hasta que no lo pruebe antes—susurro Arthur a mi lado mientras me deleitaba con todo aquella comida que yacía ante mí.Mi vista viajo a él unos segundos mirándolo como si me contara el mayor de los chistes y él se limitó a encogerse de hombros.—Fue una orden—Si pregunta tu dile que la cumpliste—murmure dándole unas palmaditas en la espalda mientras tomaba algunos de los bocadillos para comenzar a devorarlos.Después de unos minutos regresé oronda con mi plato repleto a la mesa donde Nikolas me observaba con el entrecejo fruncido incrédulo.—¿En el palacio no comes tanto?—se animó a decirme luego de unos minutos inclinándose para
Entrelazo su mano con la mía y comenzó a guiarme entre la multitud de invitados. Estábamos a punto de salir del salón cuando Nikolas se detuvo y yo por consiguiente choque con su espalda.—¡Ah!—me frote la frente y me coloque a su lado—¿Qué p…—me corte a mí misma cuando mis ojos se fijaron en el menor de la dinastía Crons—Ya se aburrieron —rompió el silencio con su mirada perdida en el lugar exacto donde mi mano y la de Nikolas se unían.Al instante que lo noté hice un amago de separarme pero mi prometido apretó su agarre.—Sí, de hecho—habló y dirigió su vista de mi a Nain—a mi futura esposa no le gusto para nada tu boda—comenzó a caminar conmigo detrás y cuando estuvo a su lado se detuvo para susurrarle—de hecho me pidió que la nuestra no fuera asíNain separo ligeramente sus labios dispuesto a decir alguna cosa pero Nikolas no se lo permitió marchándose y llevándome con él. No pude evitar mirar a Nain por sobre mi hombro y en ese instante en que nuestros ojos se cruzaron—Te amo—g
—¿Podemos hablar de lo que acaba de suceder?—le susurré mientras llegábamos al automóvil—No tenemos nada de qué hablar—sentenció sin mirarme soltando mi mano y eso fue lo último que me dijoBusque su mirada durante todo el camino de regreso pero el simplemente pareció olvidar mi existencia dentro de aquel vehículo.Intenté frenar mis nervios durmiendo pero me fue imposible conciliar el sueño. Cada que cerraba los ojos solo volvía a ese momento, a ese beso que había revolucionado todo mi ser.Sentía frio en el lugar exacto que sus manos me habían tocado y necesitaba de sus labios con desesperación.Sentía un torbellino de emociones agitando cada pieza de mi cuerpo y una sensación rara en mi estómago.Los nervios se apoderaban tanto de mí que para distraerme me obligue a tronarme los dedos mientras perdía la vista hacia el exterior negada a intentar conectar mis ojos con los suyos. ¿Por qué lo besaste?Me beso él—le respondí a mi conciencia mordiéndome el labio inferior y obligando
Me mire en el espejo unos segundos antes de salir de la alcoba y con una amplia sonrisa debo admitir que Nikolas tenía razón, aquel oscuro vestido se ceñía a mi cuerpo resaltando en mi pálida piel y mi dorada melena. A pesar de ser muy sombrío para mi gusto verdaderamente me veía elegante con él. Espero no lo decepciones cuando te lo vea puesto—me acomplejo mi conciencia y negando con la cabeza aleje aquel pensamiento saliendo de la habitación para ir a su encuentro.Como de costumbre ya iba con varios minutos de atraso por lo que corrí escaleras abajo sujetando con cuidado la falda de mi vestido para evitar romperla o caerme de narices en el suelo y pasar la vergüenza de mi vida.Cuando llegué al comedor me llevé un golpe de realidad. Algún día tenía que pasar preciosa—me recordó mi conciencia pero preferí ignorarla.El rey, la reina y la princesa había regresado de la boda del menor de los Crons y para mi desgracia acompañaban a mi futuro marido reclamándole por mi tardanza.E
—Tengo algo para ti—sacó su otra mano del bolsillo sin apartar sus ojos de los míosMe extendió un puñado de uvas y no pude evitar cambiar mi vista de ellas a él.—Tengo más en aquel pañuelo—apuntó con la cabeza a la cómoda—Él dijo que no podían darme nada—cuestioné con cierto aire divertido y el simplemente se limitó a encogerse de hombros soltando finalmente mi mano y llevando la primera de las uvas a mi boca—Mañana debo salir de viaje —susurro después de unos minutos con pesar o más bien algo de preocupación—¿A dónde? ¿Cuándo regresas? ¿Puedo ir contigo?—las preguntas escaparon de mi boca sin ni siquiera darme cuentaY de repente un miedo recorrió mi cuerpo obligándome a voltearme y darle la espalda.—No sé cuándo volveré, pueden que sean solo unos días— comenzó a hablar sujetándome por los hombros y colocándome frente a él—No te preocupes te dejaré con tus padres mañana antes de partir—asintió esperando una aprobación de mi parte lo cual calmo mis nervios y finalmente asentí.—
—Te dije que no Nikolas—la voz del rey resonó por la habitación provocando que nos separáramos de inmediato.Trague en seco llenando mis pulmones de aire con la respiración agitada. Mis labios ardían por el roce de los suyos y fije mi vista en el rey después de una mirada rápida al príncipe solo para notar que su respiración estaba excitada como la mía.El rey también tenía algunos golpes en el rostro y la comisura de su labio superior partida.—Es que no se podía esperar otra cosa de un maldito como tú—espetó cruzándose de manos en su pecho ante la mirada furiosa de su hijo—No sabes lo que dices—me defendió mi prometido y solo logro empeorar el genio de su padre—Ahora te comportas de ese modo—dio algunos pasos al interior de la alcoba—desde que naciste has un caso perdido—apuntó con despreció el lunar de su mejilla—a decir verdad después de Rainnet pensé que jamás volverías a flaquear y al parecer me equivoque.>>Menudo rey le espera a este pueblo, para lo único que sirves es para
Apenas habíamos terminado de saludarnos cuando las puertas de la entrada resonaron con pequeños toques en la misma. Mamá y yo miramos al mayor de los Sabash expectantes pero su expresión de sorpresa nos dejaba claro que quien fuese no era un invitado de mi padre.A decir verdad no era un invitado de nadie en aquella sala. En el momento exacto que aquel hombre perfectamente vestido con el uniforme real se adentró en la sala ante la atenta mirada de los presentes.Sus ojos recorrieron a cada uno de nosotros hasta que chocaron con los míos.—Señorita Andrea vengo a llevarla a palacio—me informó y no pude evitar mi emoción. Nikolas ha regresado—estalló de alegría mi conciencia y ni yo sabría explicar el verdadero por qué de tanta emoción. ¿Y si es una trampa y el rey cumple su promesa de castigarte?Mis ojos se abrieron de par en par y mi mirada que aún se mantenía en el guardia cambio de emoción a duda en menos de un segundo.—Lo siento pero tengo planes con mi familia. Después de
En cuanto Arthur se marchó con desesperación abrí la carta que me había entregado. No pude evitar que se me comprimiera el corazón con las minúsculas gotas de sangre que se divisaban en el papel; quizás pasarían inadvertidas para muchos pero ese no fue el caso para mí.Carta de Nikolas:Andrea:Estoy tan lejos como para asegurarme que estés bien, la distancia me está enloqueciendo y por mucho que intente enfrascarme en las estrategias de guerra solo logro pensar en ti, en ese cabello dorado, las pequeñas pecas que adornan tu pálido rostro o ese tono rojizo que tienen tus mejillas cuando te avergüenzas…si supieras lo bella que te vez cuando te avergüenzas.Prométeme que no iras al castillo hasta que vuelva. Espérame en tu habitación, regresaré una de estas noches, deja tú ventana abierta, yo iré por ti… como un ladrón a por su tesoro ¿Puedes esperarme mi futura reina? T.F.E(tú futuro esposo)—Todo estará bien; él está bien—Todo estará