En cuanto Arthur se marchó con desesperación abrí la carta que me había entregado. No pude evitar que se me comprimiera el corazón con las minúsculas gotas de sangre que se divisaban en el papel; quizás pasarían inadvertidas para muchos pero ese no fue el caso para mí.Carta de Nikolas:Andrea:Estoy tan lejos como para asegurarme que estés bien, la distancia me está enloqueciendo y por mucho que intente enfrascarme en las estrategias de guerra solo logro pensar en ti, en ese cabello dorado, las pequeñas pecas que adornan tu pálido rostro o ese tono rojizo que tienen tus mejillas cuando te avergüenzas…si supieras lo bella que te vez cuando te avergüenzas.Prométeme que no iras al castillo hasta que vuelva. Espérame en tu habitación, regresaré una de estas noches, deja tú ventana abierta, yo iré por ti… como un ladrón a por su tesoro ¿Puedes esperarme mi futura reina? T.F.E(tú futuro esposo)—Todo estará bien; él está bien—Todo estará
Decir que caminar descalza por la multitud de piedrecitas que rodeaban el palacio era incomodo pero hacerlo con aquellas pesadas cadenas que apenas te permitía mantenerme erguida y mucho menos separar un pie del otro. Estaban tan ajustadas que el roce comenzaba a ser insoportable.Me llevaron al patio trasero el castillo, allí donde el pasto no era tan valiente para crecer o quizás se debiera a las innumerables manchas de sangre alrededor de las horquetas con aros de hierro que yacían gastadas a mi espera. Habían alrededor de 6 de ellas y solo estaban ocupadas 2 por una mujer que era castigada en ese preciso momento y un joven que permanecía tan inmóvil que podía asegurar que había muerto.Me pusieron de frente a la sucia madera, elevaron mis manos por encima de mi cabeza enganchando las cadenas en el aro provocando que me parara con la punta de los pies para intentar apaciguar el dolor por la extensión de mis brazos.Unas manos encalladas rasgaron con torpeza la tela de mi vestido de
Una vez abandonas las tierras del reino nos adentramos en el temido bosque de Trentus, portador de árboles preciosos que nadie se atreve a visitar y lleno de animales salvajes que alimentaba cada fabula de este misterioso lugar. La vista era hermosa pero por alguna extraña razón todo aquel que se adentraba en estas tierras jamás volvía a ser visto.Las leyendas corrían de boca en boca por todo el reino, susurros contados por generaciones sobre mágicos arboles curativos, hombres tan hermosos que te envenenan el alma con solo mirarte, animales que podían hablarte; pero nada de eso era suficiente para que alguien se adentrara a él, porque nadie era capaz de explicar aquellos desgarradores gritos, suplicas susurrantes o los lamentos contantes que aparecían a media noche.Las historias comenzaban igual, pero ningún final era bueno para sus protagonistas. Aquellos rumores cuchicheados por cada habitante del reino únicamente coincidían que las almas de los desdichados o muy valientes que ent
Sentí un alón en mi pelo como si intentaran arrancarlo de un solo tirón pero mis ojos estaban aún muy pesados para ser abiertos y a mi alrededor las voces solo eran un murmullo lejano del que no distinguía prácticamente nada solo una que otra carcajada.Lo que realmente me obligo a despertar fue aquella agua que impactó sobre mi rosto obligando a mis ojos a abrirse acostumbrarse nuevamente a la luz.—Princesita, pensamos que te habías ido y créeme la orden es no dejarte morir—el rostro de Dack, el que dirigía a los guardias llegó a mi alzando mi cabeza por mi cabello para que pudiera mirarlo—Además nos debes un encuentro—susurro con picardía otro de ellos estallando finalmente en una estruendosa carcajada que contagió al resto y provoco que Dack me soltara el cabello.Mire rápidamente a mi alrededor notando que ya no estábamos en el rio y de hecho ya no estábamos en el bosque. El sol parecía estar descendiendo para dejar pasar a la luna y a con ella la llegada de la noche. Habían mon
Mi cuerpo estaba agotado, apenas conseguía respirar pero mis brazos se aferraban a su cuello como si algo dentro de mi temiera que solo fuera un sueño o una ilusión que mi mente creara para zafarme de esta aterradora realidad.Pero su olor era un abrazo protector que llegó a mi nariz desde el segundo que me cargó entre sus brazos para sacarme de aquella asquerosa carpa, no podía ser un sueño; no se sentiría tan bien de serlo.—¿La encontraste?—la voz de Nain me obligó a abrir los ojos incrédula pero incapaz de separarme de Nikolas—¿Nos vamos?—¡No!—un gritó ronco los asombro a ambos pero se limitaron a mirarme con el ceño fruncido sin decir palabra alguna—Hay que liberarlos—susurré fijando mis ojos en mi prometido buscando su apoyo—¿Por qué te importan estos vagabundos?—la voz de Nain fue un puñetazo en mi estómago y lo fulminé con la miradaComo pude me puse de pie sujetándome de Nikolas pero atravesando con la mirada como si estas fuesen dagas.—¿Vagabundos?—repetí incrédula con la
>>Estaba en ese claro en medio del boque, había algo diferente; la luz tal vez, la gran cantidad de flores que ahora decoraban el lugar o aquellos árboles frondosos que no recordaba haber visto antes. Una suave melodía llegó a mis oídos unida a una brisa fresca que despeinó mi cabello carente de algún pasador. Mi cuerpo lucía un vestido rosa pastel con una fina seda que caía arrastrando al suelo, sin mangas, con un escote pronunciado y un pequeño lazo en la cintura. De repente como por arte de magia, una muy oscura de hecho, el cielo que se había mantenido despejado hasta ese momento se tornó completamente gris y varias gotas comenzaron a caer precipitadamente. Los arboles perdieron todas sus ojos dejando a la vista un aterrador paisaje y de entre la oscuridad dos figuras masculinas surgieron.Nain estaba vestido de blanco de pies a cabeza en contraste con aquella melena rubia que ya se había empapado al igual que sus ropajes por la lluvia y sujetaba en sus manos una ballesta apuntan
—Majestad, los prisioneros esperan sus sentencias desde hace días—le informó Arthur a Nikolas mientras bajábamos las escaleras—Ya fue anunciado la muerte del rey—preguntó obviando lo que acababa de decir y este se limitó a asentir—la fecha de la boda la decidirá Andrea y la coronación será un día después como se había planeado—volvió asentir regalándome una de sus miradas cómplices y entreabrió los labios para decirle algo a mi futuro esposo pero este no le dio la oportunidad—Prometí desayunar con mi futura reina y eso haré, luego de eso estoy disponible para el resto de mis tareas—concluyó llegando al último escalón y yo no pude evitar sonreír siguiéndole el paso.Al llegar al comedor la princesa y su madre nos esperaban; pero en lugar de rostros tristes o miradas dolidas a Nikolas solo había un particular brillo de alegría en los ojos de ambas y una sonrisa de alivio.—Buenos días hijo—hablo la reina en cuanto noto su presencia—O querida no te había visto—su sonrisa se amplió cuand
—¡Solo la estás usando!—la voz de Nain resonaba por los pasillos desde alguna de las habitaciones de esta planta—No sabes de lo que hablas—bufó mi prometido mientras yo me acercaba a la puerta desde donde provenían las voces—¡Si! ¡si sé de lo que habló!—En serio, ilumínameMe acerque lo suficiente para observarlos por la rendija de la puerta, estaban en el estudio de Nikolas. Este miraba con rabia a su hermano detrás del buro con los puños cerrados apoyando todo el peso de su cuerpo en ellos, mientras que el rubio dibujaba una muy fingida sonrisa observando con soberbia al pelinegro.—La utilizas para romper la estúpida maldición, pero sabes que por mucho que se aparezca a la chica de la profecía ¡Ella no puede arreglar tu maldito corazón!—el enojo aumentaba en cada palabra que decía mientras que en mi pecho algo comenzaba a romperse.—Eso es lo que crees, en serio—se carcajeo sentándose de un tirón en su butaca y despeinándose aún más con las manos—Esa es la verdad—camino hasta e