Las sirvientas no solemos soñar con romances. Vivimos detrás de una cocina, detrás de una escoba y nunca esperamos por más.Vemos a nuestros patrones por lo que son, las personas que nos pagan para que hagamos tareas para ellos. Nunca miramos a nuestros jefes como nuestro primero amor, pero mientras el agua cae afuera y los vidrios se empañan, no puedo dejar de pensar en lo que acababa de pasar.La chimenea esta prendida, mientras mi cabeza esta sobre su pecho desnudo. Un pecho que se siente bastante cálido mientras escucho el palpitar de su corazón.Lentamente siento que me toca la espalda, así que abro los ojos, encontrándome con su mirada que me mira enternecida.–Nunca la había visto tan tranquila. –Me comenta pasando sus manos por mi espalda desnuda.–Nunca me había sentido de esta forma. –Le confese para después volverlo a mirar. Era tan bello con su nariz respingada y ojos grandes, mientras que sus pestañas eran largas. –Nunca me había sentido tan bien.–Al parecer el sexo le v
Me levanté del sillón lo más rápido que pude, quería salir de la habitación. Pero la puerta estaba cerrada con seguro. Entre el llanto me di media vuelta para mirarlo, su cuerpo lucía bastante musculoso mientras lo miraba, sus músculos se endurecían ante mí, como si fuera una clase de monstro y a la vez una visión del hombre perfecto. En este momento no sabía quién era quién.No sabía si creer en él o en la venganza, ya que a pasado por mucho dolor.–Solo vino a los Estados Unidos a vengarse de mi hermana, ¿verdad? –Pregunté entre lágrimas.El joven de cabellera castaña y ojos cafés, empieza a caminar hacía mí con respiración pesada, hasta llegar a acorralarme entre la puerta y su cuerpo. Su torso desnudo me excitaba como nadie más, mientras su corazón palpitaba como nunca antes. Lentamente posa su cara a centímetros de la mía, mirándome con detenimiento.–Quería venganza. –Comenta con una pronunciación perfecta, después de oír su silencio. –Pero… –El musculo de su brazo se endureció
Mi hermana iba a ser la heredera de toda esta casa, que ahora estoy limpiando desde el detalle más grande al más pequeño, mientras que yo siempre seré la sirvienta. Ningún milagro aparece para personas como yo, que simplemente no merecemos tener un buen final.Mis privilegios acabaron cuando decidí no ser más la sirvienta personal del jefe, lo que me costo bastante, ya que me estaba acostumbrado a su cuerpo, a su toque y a sus labios. Pero ahora en vez de esas cosas, estaba haciendo tareas difíciles que Jackson me daba, realmente se estaba vengando de mí.–¿Ya has terminado? –Me pregunta Jackson bien vestido, mientras trae consigo una libreta.–Sí. –Respondí sin aliento, ya que había hecho la limpieza de toda la masión, sin ayuda de mis compañeras. Y quizás piensen que fue apropósito, pero Jackson les prohibido ayudarme. Ellas le tenían pavor, así que no pudieron hacer nada.No puedo negar que ha sido duro, ya que en la mañana pude ver a Maximo mirarme mientras estaba limpiando las es
Había tomado una decisión, era hora de acabar con esto.Mi cuerpo se había vencido por completo, el doctor nos comunico que había tenido una crisis de agotamiento, anemia y gripe, así que necesitaba descansar. No me sorprendía por el resultado, ya que sabía que Jackson se había vengado de mí y lo había hecho con éxito, así que ¡tú ganas!Decidí no quedarme en el hospital, así que salgo de la habitación del hospital con una muda de ropa, que mi hermana me había traído. La persona que me ayuda a salir de la habitación es Lilian, quien se tomo la molestia de venir a verme porque estaba preocupada por mí.–Llegando a casa te hare mi famosa sopa caliente. –Me dice la mujer mayor mientras me deja recargar en su cuerpo.–Sería lo mejor, pero no pienso quedarme. –Le hice saber mientras sentía mucha tristeza.–Espera, ¿Por qué? –Me pregunta preocupada, pero somos interrumpidas por la presencia de Maximo. Era imposible no quedar muda cuando lo ves caminar hacía ti.–Pensé que te había ido. –Le
Sentía como su corazón latía con tranquilidad mientras estoy dormida encima de su pecho. El duerme con tranquilidad después de pasar la mejor noche al lado mío. Aun puedo sentir sus dedos pasando por mi piel desnuda, mientras que el calor de la chimenea entra por mis cansados pulmones.Me levantó lentamente para poder ir al baño, sin despertarlo, no quería molestarlo, pero mientras camino con pies descalzos, puedo escuchar el sonido de su celular sonando con fuerza. Y al ver que Maximo esta muy cansado, decido tomar su celular que estaba en el bolsillo trasero de su pantalón, viendo que era Lilian. ¿Por qué Maximo tenía el número de Lilian?–¿Hola? –Contesté con rapidez.–Señor, se la ha llevado.–¿A quién? –Pregunté con interés mientras podía escuchar, que había algo de preocupación en su voz. –Sofía, ¿eres tú? –Me pregunta la mujer.–¿Qué paso? No me asuste.La mujer tardo en responderme, pero al final lo hace.–Tiene que regresar a la casa de inmediato, junto con el amo Madison.
Los elementos de policía empezaron a llegar a la mansión, revisando cada detalle de esta, por si podían encontrar más pistas.–Al parecer esta en su mansión, pero se niega a cooperar. –Nos avisa el jefe de policía.–¿No pueden pedir una orden y entrar? –Pregunta Maximo de pie, mirando el plan que tiene el jefe de policía con recelo.–No es tan sencillo. –Contestó el jefe de policía.Pero mientras el hombre intenta darnos un poco más de información, el sonido del celular de Maximo nos distrae. Él de inmediato, lo saca de su pantalón, para encontrarse con una sorpresa.–¡Es ese maldito! –Y sin preguntar si estaba bien o no, contesto el teléfono para ponerlo en altavoz. –Es un descaro que me estes llamando después de lo que hiciste.Podemos escuchar una risa tremendamente malvada, Víctor se estaba riendo de nosotros.–Digamos que siempre me han gustado las sorpresas, que te puedo decir, desde niño me ha encantado la atención y ahora que la tengo, quiero pedirte un pequeño favor por la he
Vamos en una camioneta negra blindada hacía la casa de Víctor, mientras la noche es más oscura que nunca. Máximo no suelta mi mano, mientras el jefe de policía y creador del plan, que estaremos ejecutando me habla y me explica cada detalle de este.–Tendrás un micrófono en tu ropa, lo estaremos escuchando a él y a ti. También tendrás un micrófono en el oído, para que nos escuches.–Bien. –Me pongo el micrófono en mi ropa.–Cuando nos entregue a tu hermana, iremos dentro.–No te preocupes, yo iré por ti si es necesario. –Me asegura Maximo por completo. –Quiero que me de un arma y también que me dé un chaleco. –Le exige al policía.–No podemos dejar que entre.–Es mi mujer y mi hermana de las que estamos hablando, participare en esto. –Le recalca Maximo. El jefe de policía no podía contra Maximo.–Si lo lastiman, no nos haremos responsables de lo que le pase. –Saca una pistola de su traje, para aventársela a Maximo, quién de inmediato la atrapa con astucia.–No puedes arriesgarte a qu
Las cosas dejaron de tener sentido para mí desde ese momento.Solo recuerdo haber subido a una ambulancia, mis manos estaban rojas mientras que no podía dejar de gritar. Maximo estaba en la otra ambulancia, que arranco con rapidez por la noche. Yo me quede en otra junto con Alison, quién trataba de tranquilizarme, pero realmente no lo logro.Al llegar al hospital puedo ver como lo bajan de la ambulancia, conectado a diferentes aparatos. Al estar dentro lo meten de inmediato al quirófano, parecía ser que le habían apuntado en el pulmón, pero en realidad nada parecía tener sentido. Así que cuando me encuentro con el jefe de policía, le empiezo a pedir respuesta.–¿Qué demonios pasos? –Le grité llorando sin poder parar.El hombre se veía tan nervioso mientras sudaba, parecía no tener respuestas.–¿Por qué le dieron? –Pregunté una vez más, pero al ver que no me responde, no puedo evitar ponerle las manos encima, pidiéndole por una respuesta mientras golpeaba su pecho con mis manos llenas