—¿A quién llamas loco? —La lengua afilada de Francisco provocó a Félix, quien estaba a punto de lanzarse hacia él.—Félix, ¿qué te pasa? Si sigues así, informaré a tus superiores y te alejarán de este caso —Isabel le sujetó la mano con fuerza.Isabel estaba furiosa, con la cara enrojecida, y le miraba a Félix con rabia contenida. Al escuchar que iba a hablar con sus superiores, Félix se detuvo, pero aún nos miraba con desdén.—Camila, no creas que tener cáncer te salvará de las consecuencias legales. No me obligues a encontrar algo en tu contra, porque de lo contrario...—¿De lo contrario qué? ¿Quién te crees? —Natalia irrumpió en la habitación, casi pateando la puerta. Entró con paso firme y empujó a Félix con fuerza.—Ella no ha hecho nada malo, ¿dónde vas a encontrar algo en su contra? ¿Eres policía? ¿Tienes un título? ¿Te graduaste? ¿No has hecho prácticas? No sabes cómo manejar un caso, y ya vienes a acosar a mi hermana. Prepárate, porque vas a recibir una queja.—¡Tú! —Félix avan
Esa noche, Isabel me envió un WhatsApp para decirme que, a partir de ahora, Félix no investigaría más mi caso. Supuse que también había informado a sus superiores y, con la presión de Rafael, seguramente cambiarían al policía.No temía a la investigación, pero que me atacaran de esa manera no era aceptable. Pensé que no tendría más encuentros con Félix, pero al día siguiente regresó a la habitación.Mostró su placa de policía, pero los guardaespaldas aún intentaron detenerlo. Al ver que solo venía él, finalmente le permití entrar.—Señorita Camila, necesito hablar contigo a solas —Miró fríamente a mi enfermera, Nuria.—Nuria, sal un momento, este oficial tiene algo que discutir conmigo.Nuria dudó y me miró, pero al ver mi asentimiento, salió de la habitación.Me senté erguida, tratando de ocultar el teléfono que estaba grabando detrás de mí.Desde que supo que estaba en la puerta, me preparé para su visita. Con locos como él, siempre hay que usar métodos especiales.—¿Este oficial bus
—¿Alguien llamó a la policía y eso ya es suficiente? Ella agredió a una persona, ¡casi mata a una madre y a su hijo! ¿Así de fácil se va a dejar pasar? —Félix claramente había perdido la razón; ni siquiera los dos guardaespaldas podían contenerlo.—Félix, si sigues así, tendré que reportarlo. Que sean tus superiores quienes determinen si estás violando alguna norma —Isabel sacó su teléfono mientras hablaba.Noté un destello de pánico en el rostro de Félix, pero rápidamente recuperó la compostura.—Lo siento, me dejé llevar. Solo quería actuar conforme a la ley, eso es todo —Su tono seguía siendo tenso, pero se había suavizado un poco.—¿Y cuál ley estás siguiendo? ¡Parece que tienes un problema? —Isabel lo reprendió con firmeza antes de volver su mirada hacia mí con una expresión de disculpa.—Lo siento, ayer lo regañaron y está un poco alterado. ¿Ves...? Te pide disculpas, ¿está bien?Esta vez no necesitó reprenderlo, pues Félix me miró con rabia contenida.—Lo siento, por favor, perd
En el tercer aniversario de bodas, Daniel Castillo estaba con Sofía Moreno lanzando fuegos artificiales en una playa, mientras yo, acurrucada en el sofá, lo llamaba por teléfono insistentemente.El repetitivo mensaje de la operadora telefónica se me fue haciendo cada vez más lejano: —El suscriptor no responde... —y, mientras veía la pantalla, todo a mi alrededor se fue desvaneciendo. Cuando volví a abrir los ojos, estaba en la cama de un hospital. El médico, pensativo, me miraba fijamente. —¿Cuánto tiempo me queda? —pregunté con calma.—Si te operas ahora y sigues un tratamiento de quimioterapia, aún puedes sobrevivir —respondió.Miré el techo sin expresión. Un fuerte dolor punzante atravesó mi pecho y la frente se me cubrió de sudor frío. —Es la segunda vez que recaigo.—Señorita Álvarez, actualmente hay un tratamiento con un nuevo medicamento que puede acabar con las células cancerosas, solo que la dosis es muy costosa, unos cincuenta mil dólares, y tendría que tomarla durant
Aquel día, me encontraba realmente en un estado lamentable. Hacía tres meses que el cáncer había reaparecido y ahora estaba tan delgada que parecía que sólo me quedaba la piel y los huesos.Al mirar a Sofía, me recordó como era yo en la universidad. Su rostro redondeado y ojos grandes e inocentes. Vi claramente lo poco atractiva que me veía ahora ante ella, pero que podía hacer, yo sentía mi final cerca. Un compañero de trabajo susurró a Sofía: —El señor Castillo ama mucho a su esposa, así que no te metas en problemas, no vaya a ser que lo pagues caro.Todos pensaban que Daniel realmente me amaba, ni siquiera imaginaban que él solo deseaba que yo muriera. Sofía, sopló fastidiada y después sonrió espléndida.—Camila, el señor Castillo está en una videoconferencia muy importante y no quiere que lo distraigan.—Si es importante, dime de que se trata, yo puedo entrar y decirle al señor Castillo. Era evidente que estaba presumiendo de su acceso privilegiado a la oficina de Daniel. Su so
Daniel estaba convencido de que yo era una interesada, ya que lo había dejado para irme al extranjero con un multimillonario. Él aún no sabía quién era el supuesto multimillonario. Esta era la segunda vez que le pedía dinero, pues la única vez que lo había hecho fue cuando murió mi madre y, en ese momento, él me dio un millón y medio sin siquiera pensarlo. Ahora, motivado a lo costoso de los medicamentos y los exámenes continuos, necesitaban más dinero y eso era indispensable para acabar el cáncer de mi cuerpo. Pero esta vez, simplemente bajó la mirada, enredando con suavidad el cabello de Sofía, consolándole con dulzura, como si no me hubiera escuchado. Sofía dejó de llorar, y entonces me miró fríamente. —Quieres dinero, ¿eh? Entonces arrodíllate y pide disculpas. ¡Has herido a Sofía, así que debes disculparte con ella!Sofía, altiva, tiró del brazo de Daniel.—Daniel, no importa, tal vez no lo hizo a propósito.—No importa si fue intencional o no, ella debe disculparse contigo,
Daniel esa noche no regresó a casa, se quedó con Sofía. Vi los chismes en el grupo de la empresa:[El señor Castillo es demasiado protector. Mira que llevar a Sofía al hospital por ese pequeñez][¿No saben que es su amorcito? ¡Está preocupado por su tesoro!]Cerré WhatsApp en silencio, esbozando una sonrisa burlona. Que la esposa del presidente fuera considerada lamentable. Realmente ridículo.Despertada por el escándalo, ya no pude volver a dormir, así que comencé a organizar mis cosas. Esa no era la primera vez que me sometí a una operación, así que manejaba con soltura la preparación de mis cosas personales. Las cosas de la casa eran de la mejor calidad, Daniel era exigente con el estilo de vida, las sábanas, las fundas, e incluso los pañuelos de papel eran los más caros.Metí todo lo necesario, ya que en el hospital todo era costoso y no podía derrochar dinero, aunque ahora lo tenía no sabía que podría pasar en la operación, así que era mejor estar preparada por si acaso. Tenía m
El médico suspiró, resignado, y sacó el formulario de consentimiento para la cirugía.—¿Está segura de esto? Si durante la operación surgen problemas, podría ser complicado.—Doctor, confío en usted. De verdad.Tomé el bolígrafo y firmé rápidamente. 《Mi vida, yo puedo decidirla.》El médico aún quería decirme algo más, pero en ese momento se abrió la puerta de la consulta y un grupo de personas irrumpió gritando.Alguien me empujó con fuerza y perdí el equilibrio, golpeándome la frente contra la esquina del escritorio. Todo se volvió oscuro y sentí un líquido caliente deslizándose por mi rostro.Hemos pagado un dineral para que extirparan el tumor y ahora resulta que volvió a aparecer y necesitan realizar otra cirugía. ¡mentirosos, solo buscan obtener dinero!Intentaba levantarme, pero alguien pisó mi ropa y no podía soltarme. La oficina era un completo desorden hasta que, finalmente, llegaron los guardias de seguridad y lograron calmar la situación.De pronto, se oyó un grito: —¡Está