La frente de Evangelina estaba empapada. Sudaba frío y el pulso de su corazón era agitado.—¿Por qué me sigues al baño? —le preguntó a Santino con el ceño fruncido, tratando de que no notará sus nervios.San Román entró al baño para ver si Eva estaba sola. Después de echar un pequeño vistazo, la jaló del brazo para llevarla con él.—¿Nos vamos? —preguntó ella agitada.—Si, nos vamos de esta m****a, tú y yo tenemos que hablar —escupió con las manos empuñadas de la molestia.Apenas llegaron a la casa, Santino lanzó a Eva al piso. Eva lo observó con terror, estaba bastante ebrio.—¡¿Quieres el divorcio, no?! —le gritó desesperado.Eva lo miró con miedo. No podía creer que estaba tan fúrico, jamás lo había visto de aquella manera.—¡Es lo mejor Sam, nosotros no estamos juntos, tú me tienes como una prisionera y además siento que no te amo! —gritó poniéndose de pie. Rosa bajó con los niños enseguida para ver qué pasó, pero Santino la interrumpió.—¡Largo de aquí, no te metas! —le gritó
Hay personas que llegan a tu vida como estrellas fugaces; pasan tan rápido que no te da tiempo a nada. Cuando Eva, vio a Rosa en el piso llena de sangre, sintió que la razón salía de su cuerpo. Se lanzó contra ella para tomarla entre sus brazos mientras lloraba desconsolada. La opresión en su pecho no salía, y las lágrimas se atragantaban en su garganta. Demetrio trataba de agarrarla, pero Eva estaba pegada al cuerpo sin vida de su sirvienta, su dama de compañía, su amiga. Una mujer que se lo jugó todo por ella, sabiendo que podía acabar así.Santino, se había dado cuenta esa misma noche que Rosa había cambiado las pastillas de Eva, por la actitud de Anderson, que era obvio que poco a poco había estaba recuperando la memoria, y por esa razón, le permitió a Evangelina salir, la siguió y se dio cuenta de que Demetrio estaba con ella. Se vio perdido y frustrado y no se le ocurrió más nada que llevarse a los niños, no sin antes hacerle pagar a Rosa su traición.—Eva, dime si tienes una ide
Cuando Demetrio llegó a la dirección, no podía respirar, desesperado. Algo le decía que algo muy malo estaba pasando. Caminó presuroso al escuchar el llanto de sus hijos.«Dios mío que estén bien», pensó sudando.Entró por unos pasillos hasta llegar a una habitación. Se quedó estático al ver el cuarto. La ropa de Eva, esparcida en el piso, y a diferencia tenía puesto un vestido rojo. Santino estaba a su lado, y parecía que habían tenido una cena romántica.Los celos invadieron en ese momento su mente. Pero, al ver a Santino y Eva sudar, le indicaron de que se trataba todo aquello. Se acercó a Eva presuroso; estaba fría como el hielo y no respiraba. Su corazón se agitó en ese momento, una opresión en el pecho no le dejaba respirar.—¡Eva! —movió su cuerpo que estaba temblando—. Eva, mi amor, por favor, despierta —exclamó de nuevo sin ninguna respuesta. Por más que la movía, el cuerpo de Anderson no reaccionaba. Una cantidad de espasmos retumbó en su cuerpo al darse cuenta de que habían
Massimo se había quedado en Italia. Había solicitado una prueba de ADN para saber si Santino era su hijo. Estaba esperando en la sala del hospital los resultados. Su frente sudaba en el momento que el médico le entregó en sus manos los resultados. Tomó el papel con un nudo en la garganta y las manos temblorosas, aunque, pensaba estar seguro que no era su hijo, por qué según los que sabía, era que Santino era casi de la misma edad de Demétrio, solo se llevaban unos cuantos meses.Parpadeo varias veces cuándo vio el resultado; 99% de paternidad. Se quedó inmóvil y sin comprender el porqué, su corazón se contrajo y las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos como manantial.¿Pero como?No sé se supone que Santino era de la misma edad que Demétrio, y sin embargo, el hijo que tuvo debería tener unos cuatro o cinco años mayor.Se quedó pensativo totalmente ido, sin comprender nada aún de lo que estaba pasando.Al siguiente día, había mandado a hacer un funeral. Solo estaba él con San Román
Eva sentía su corazón palpitar con fuerza. Se agachó a la altura de los niños que la veían con admiración, para tomarlos en sus brazos.—¡Mami, mami, te extrañamos tanto!—se aproximaron los trillizos con ternura.Eva acarició su pequeña cabeza con amor. Mientras los apretaba en su pecho con fuerzas. Las lágrimas caían por sus mejillas, y su respiración se agudizó un poco.Suspiro para ver a sus primogénitos, esos que le dieron la dicha de ser mamá.—Los extrañe tanto mi amor, los extrañe con locura—Eva miró sus tiernos ojos y acarició sus mejillas con ternura. La alegría que sentía en su corazón era grande—. No se imaginan cuánto los amo, con el alma.Fernanda que era las más perspicaz, tomó a su madre con ambas manos para besar su frente en una demostración de amor. Sus ojos estaban aguados.—Te amo mami, te extrañe demasiado. Papi, todas las noches dormía con nosotros para que no te extrañaremos tanto, pero, yo siempre pensé en ti cada día—Eva miró a Fernanda. Estaba más grande y mu
Eva se miraba en el espejo con orgullo, por fin iba a casarse con el hombre que amaba. Se sentía feliz, tocó su anillo mientras veía su figura en el espejo. Demetrio era el amor de su vida, y no solo eso, era el padre de sus hijos.—Estás hermosa. —dijo su madre detrás de ella como la vez anterior.Está vez, habían decidido casarse en la playa. Los negocios del italiano iban excelente, y había adquirido una que otra propiedades. Por esa razón quiso hacer algo más íntimo que la vez anterior, solo amigos y empleados de confianza. Ahora que las empresas eran la número uno en aplicaciones y máquinas de Android y iOS tenían muchos enemigos en todas partes.—Así me siento mamá. —respondió Eva mirándose con devoción..Un hermoso vestido blanco, con una enorme cola, adornaba su cuerpo, sus cabellos negros tenían varias florecita pegadas, su rostro maquillado delicadamente y sus labios pálidos eran cubierto por un delicado labial rosa.Juntas salieron al jardín de la casa, que estaba adornado
Demetrio me llevó entre sus brazos al yate mientras la brisa movía mi cabello haciendo un alboroto en ellos. Sentía mi vientre contraído y unas inmensas ganas de gritar por la felicidad que estaba experimentando en ese momento. Estaba tan feliz , que no podía creer la dicha que sentía.Cuando entramos al interior, me quedé maravillada por todo lo que había dentro de ese pequeño perol de unos cuantos millones de dólares. Un enorme sofá curvado, dónde estoy segura que me vería perfecta desnuda mientras mi italiano me da por detrás me esperaba.Miré a mi esposo con una ceja alzada y pude ver cómo subía la ceja con picardía.Seguí mirando todo a mi alrededor, sintiendo un fresco al ver un pedazo de la sala lleno de alfombras negras con vinotinto. Una mesa de desayuno en una esquina con una lámpara, me indicó donde podía ver el mar mientras comía un aperitivo delicioso.Demetrio me puso de pies y escuché el chillido de mis tacones al tocar el suelo.—Ponte un traje de baño, quiero mostrart
Eva se quedó estática junto a la escalera. Unas horribles ganas de vomitar llegaron a su cuerpo ¿Acaso había estado viviendo un mundo de mentira? ¿Y ahora qué más tendría que sufrir? Demetrio volvió a verla, estaba pálido y casi no podía respirar en ese momento.—Eva mi amor —susurro.Una lágrima cayó sobre el rostro de Evangelina, mientras Mónica se regocijaba de alegría. ¿Acaso todo estaba planeado?—¿Qué dijo ella? —preguntó con la voz atragantada.Había pasado solo un día desde su boda, solo el día de ayer habían estado de luna miel viviendo los mejores días juntos, y ahora eso.—No es lo que crees puedo explicarte —fue lo único que salió de los labios del italiano.—Estoy embarazada Eva, siento mucho que te hayas enterado de esta manera, pero, no podía permitir que mi hijo se quedará sin padre por el simple hecho de que Demetrio no tenga las bolas de decir que se acostó conmigo cuando tú estabas secuestrada —escupió Mónica victoriosa, al ver que el mundo perfecto de Demetrio se e