Demetrio me llevó entre sus brazos al yate mientras la brisa movía mi cabello haciendo un alboroto en ellos. Sentía mi vientre contraído y unas inmensas ganas de gritar por la felicidad que estaba experimentando en ese momento. Estaba tan feliz , que no podía creer la dicha que sentía.Cuando entramos al interior, me quedé maravillada por todo lo que había dentro de ese pequeño perol de unos cuantos millones de dólares. Un enorme sofá curvado, dónde estoy segura que me vería perfecta desnuda mientras mi italiano me da por detrás me esperaba.Miré a mi esposo con una ceja alzada y pude ver cómo subía la ceja con picardía.Seguí mirando todo a mi alrededor, sintiendo un fresco al ver un pedazo de la sala lleno de alfombras negras con vinotinto. Una mesa de desayuno en una esquina con una lámpara, me indicó donde podía ver el mar mientras comía un aperitivo delicioso.Demetrio me puso de pies y escuché el chillido de mis tacones al tocar el suelo.—Ponte un traje de baño, quiero mostrart
Eva se quedó estática junto a la escalera. Unas horribles ganas de vomitar llegaron a su cuerpo ¿Acaso había estado viviendo un mundo de mentira? ¿Y ahora qué más tendría que sufrir? Demetrio volvió a verla, estaba pálido y casi no podía respirar en ese momento.—Eva mi amor —susurro.Una lágrima cayó sobre el rostro de Evangelina, mientras Mónica se regocijaba de alegría. ¿Acaso todo estaba planeado?—¿Qué dijo ella? —preguntó con la voz atragantada.Había pasado solo un día desde su boda, solo el día de ayer habían estado de luna miel viviendo los mejores días juntos, y ahora eso.—No es lo que crees puedo explicarte —fue lo único que salió de los labios del italiano.—Estoy embarazada Eva, siento mucho que te hayas enterado de esta manera, pero, no podía permitir que mi hijo se quedará sin padre por el simple hecho de que Demetrio no tenga las bolas de decir que se acostó conmigo cuando tú estabas secuestrada —escupió Mónica victoriosa, al ver que el mundo perfecto de Demetrio se e
Habían pasado unos cuantos meses desde que Eva se enteró del embarazo de Mónica. La había despedido, y había continuado con su vida como si no doliera. Pero dolía, dolía en el alma, y más por la sencilla razón de que Mónica si estaba embarazada ahora, solo faltaba saber quién era el padre de su hijo.Eva se sentó en el jardín mientras acariciaba su ya grande panza. A fin de cuentas ella también estaba embarazada, de su sexto hijo.—¿Ya desayunaste? ¿te tomaste los remedios? —pregunto Laureti con duda. Desde que su esposa estaba embarazada no se había despegado de su vientre. Incluso, se la pasaba pegado a ella en todo momento.Eva miro a Demetrio con molestia. No había tenido la dicha de que sus embarazos fueran acompañados por Laurenti, pero, ahora que lo veía de esa manera el hombre era un dolor de culo.—Si, ya he hecho todo eso, deberías preocuparte más por el embarazo de Mónica, a fin de cuentas es tu primer hijo con ella—susurro con desdén.Demetrio rodó los ojos. Pagaba las fac
Cuando llegaron a la sala de urgencias. Demetrio corría de un lado para otro nervioso. Era la primera vez que estaba en un parto de uno de sus hijos, y más, que la pequeña Lili, se había adelantando unas cuantas semanas antes de lo previsto, y había causado que el parto no fuera por cesárea como estaba previsto sino normal.—¡No me toques,eres el culpable de mis desgracias! —lloraba Eva, inhalando y exhalando como le había dicho el médico hace unos minutos—Todo va estar bien, todo va a estar bien pequeña —decía Demetrio acariciando la panza de Eva, que estaba irritada,en una habitación, con las piernas abiertas.—No digas que todo va estar bien, tu ni sabes el dolor tan enorme que siento —exclamó Anderson con los ojos rojos del dolorDemetrio comenzó a caminar de un lado para otro desesperado. Había visto videos en internet de como actuar en esos casos, "era fácil" infundir seguridad a la futura madre y llevar el control. El único problema, el no llevaba ninguna de las dos.Un médico
Unos días después dieron de alta a la bebe. A pesar de que Eva no se sentía su madre cuidaba de ella como si lo fuera. Al verla tan desprotegida y débil Eva, procuraba su atención.—Eva, podemos hablar de todo lo que está pasando.— preguntó Demetrio con el ceño fruncido.Eva lo miró con una ceja alzada. Estaba cansada de decirle que esa no era su hija.—No puedo hablar con una persona que no me cree en mí.Demetrio tomó su rostro con dolor.—Lo sé amor, es solo que me parece absurdo que digas que la niña no es tuya, y si así fuera ¿dónde está mi hija? —Preguntó con desconcierto.—No lo sé Demetrio — Eva se arrodilló de una manera que jamás había hecho a los pies el italiano—. Por eso estoy así, me preocupa que algo le haya pasado a la niña, aunque pensándolo bien— Eva se quedó pensativa. Había estado pensando muchas cosas, pero, no estaba segura de ella, y no quería que Demetrio enloqueciera con su idea.—Deja de arrodillarte mi amor, me duele verte así —la levanto del brazo con amor—
Metieron a Demetrio a quirófano para extraer la bala que había perforado su pulmón y se estaba agravando.—Tiene que salir la señora, y dejar al paciente en nuestras manos.—Pero…—No puede estar aquí, lo siento señora —exclamó la enfermera.Eva estaba nerviosa en la sala del hospital, caminando de un lado a otro.—¿Cómo está mi hijo?—preguntó Massimo agitado entrando al hospital.—Massimo, esa tipa le disparó —Eva se abalanzó en los brazos de su suegro y reventó en llanto con desconsuelo.Mass subió la mirada de Eva.—Lo sé —exclamó y la cara de Anderson fue de miedo a asombro en cuestión de segundos.—¿Qué sabes? —pregunto desconcertada.—Mónica era la hermana de Santino —Eva se quedó estática.—¿Cómo así? Conocí a Santino desde hace mucho y nunca le conocí una hermana —explico aún sin poder creerlo.—Es la hija que tuvo la madre de Santino con otro hombre —explicó.—¿Y cómo sabes tú eso Massimo? ¿ y por qué no me lo habías dicho? —entró en pánico Evangelina.—Cálmate hija, déjame e
Final.Habían organizado una enorme fiesta donde iban a asistir todos los empresarios de las distintas empresas Laureti. Demetrio tenía tres empresas, una de máquinas Android y iOS y otras de aplicaciones y videojuegos.Eva se estaba terminando de vestir, cuando Demetrio entró a la habitación y nalgueo su glúteos con fuerza.—Me debes una revancha —masculló arqueando una ceja…Eva sonrió para besar a su italiano. Llenando su vista de esos ojos azules que tanto la enloquecía.—Señor arrogante —susurro en sus labios.—Señorita Evangelina —dijo Demetrio con una sonrisa de lado como él solo lo sabía dar.—Creo que está noche puede ser que le dé esa revancha, ahora, que no puedo dar a luz, me siento libre en tus brazos, libre de pecar y gritar tu nombre —Demetrio sonrió para besarla. Amaba sus ocurrencias y su manera tan hermosa de decir las cosas, se veía sexual.—Vamos mi amor, no me hagas que deje botada la dichosa fiesta y me lance a tus brazos desesperado —respondió metiendo sus manos
Epílogo.Los hijos del gran empresario Demetrio Laurenti, eran los más cotizados de la ciudad, no solo por su dinero, también por su belleza y eso hermosos ojos azules que resaltan..Fernanda, era la hija más inteligente, esa que organizaba todo y guiaba a sus hermanos, también la debilidad del italiano. Cuando, Demetrio decía que no, solo bastaba con Fernanda insistiera con ojos de perro y ahí estaba Demetrio cediendo a sus caprichos.Después de un tiempo se habían ido a Italia a su tierra de origen. Demetrio tuvo que dejar la empresa en Florida en manos de António, era un excelente líder y eso le complacía..—¡Demetrio! —grito Eva desde la puerta del despacho.Demetrio subió la mirada, para encontrarse con los ojos grises de Evangelina, esos ojos que no dejaban de causar estragos.—¿Qué pasa mujer? —agarró su cabeza. Tener seis hijos adolescentes no era del todo fácil.—Fernando y Andrea se pelearon en el colegio — dijo la mujer de baja estatura, molesta.Demetrio rodó los ojos para