Como Eva había dicho, había viajado ese mismo día en la noche con Demetrio, los mellizos habían ido a casa del tío Antonio, y Fernando y Andrea estaban en el trabajo. Puesto que Amber se había quedado en casa sola con los niños y Ramona. Se había levantado ese día con mucho entusiasmo. Andrea la noche anterior le había dicho que en dos semanas sería la boda y que luego de eso se iban a tomar un tiempo fuera de todos para pasar la mayor parte del tiempo solos. Así que decidió darle en la noche una sorpresa, no quería que por causa de la llegada de Chiara Andrea siempre la viera desarreglada y fea. Ella sabía que su futuro esposo era un hombre importante, atractivo y que había muchas mujeres por ahí esperando un descuido para atraparlo, y si eso ocurría jamás lo soportaría.—¿A dónde vas hermanita? —preguntó Angélica recostada del marco de la puerta.Amber sonrió en su dirección y respondió:—Voy a salir a comprarme algo lindo, para hoy en la noche prepararle a mi futuro esposo una divi
Mis senos estaban muy llenos, y me dolía, las venas se marcaban alrededor de ellos por la leche materna acumulada. Realmente me dolía todo, no solo eran mis pechos, también era el alma, me dolía el alma grandemente como si me fueran arrancado la mitad de mi corazón, me sentía ahogada, quebrada, rota. Sentía que una parte en mí se había ido y estaba aterrada, aterrada de que no volviera, no volvieran.Hacía una hora que Andrea y Fernando habían entrado al despacho mientras yo cambiaba mi ropa, por suerte Eva había implementado un dispositivo GPS en todas las pertenencias de Angélica, y ellos estaban configurando la información de ella a sus móviles para ir hasta ella.¿Es que como no lo vi antes? Ella me lo dijo, Eva me dijo que Angélica era una mala mujer, que no todo el mundo cambia. Esto es mi culpa, me siento culpable, si algo le pasa a mis hijos moriría con ellos moriré.—Listo tenemos la ubicación, Fernando toma varios guardaespaldas y vámonos de inmediato, tú te quedes aquí mi am
Andrea.Amo a Fernando con mi vida, siempre ha sido mi apoyo y mi motivo de alegría, es como un flor colorida en medio de la oscuridad, porque en los momento más difíciles ha estado ahí, conmigo, sin importarle nada, y eso, lo valoro, lo valoro mucho, por eso no puedo soportar lo que pasó.Alek apunta con el arma directo a mí, en el mismo momento que el guardaespaldas le disparó a Alek. Escucho dos detonaciones, una, directo a Alek, matándolo instantáneamente porque fue en una parte letal, pero la otra que iba directo a mí, fulmina a mi hermano, porque como cosa rara en él se interpuso en medio, para ser lo que él siempre ha sido; un héroe, uno héroe que estuvo con Amber cunado yo no, un héroe que me alejó de Astrid, un héroe real, uno que arriesgó su vida para salvar la mía, mi héroe.—¡¡No!! —grigo lleno de dolor.Tomó a Fernando entre mis brazos antes de que caiga al suelo, y este toca la parte baja de su vientre con ambas manos. Mi cuerpo se parte en miles de pedazos, y mi alma, du
Andrea:Ver a once mujeres en la sala de estar de la clínica, fue lo más extraño que pasó en los siguientes días, había rubias, morenas, pelirrojas y pelinegras, excepto castañas. Todas parecían modelos de revistas, con rostros diferentes, pero sin duda muy hermosas. Pero eso no fue todo, la cuestión era que mi madre estaba que le daba un infarto cuando le preguntó a una de ellas qué hacían ahí, y la chica respondió:«Queremos saber cómo está nuestro amo»El rostro de Eva fue una gracia gigante, por lo menos para mí, que ya sabía a lo que se dedicaba mi hermano, pero sin duda para mi madre fue una gran sorpresa.—Creo que tuviste suerte de que mamá se enterará contigo de esta manera, porque del resto querido hermano, usted hubiera pasado a la otra vida de a de veras —dije acomodando sus almohadas.Fernando me mira en medio de una mueca y luego sube la mano para sacarme el dedo. Yo sonreí en su dirección. Pues si, mi hermano se salvó de esa bala, los doctores dijeron que había perdido
La iglesia estaba rodeada por paparazzis. Demetrio había anunciado la boda de su hijo en una rueda de prensa que le habían hecho unos días antes, y como no era presumido, invitó a todos los medios de comunicación. Por esa razón, además de todos los periodistas, había una cantidad de guardaespaldas rodeando el lugar, y sobre todo estaban a los lados de la alfombra roja que había dispuesto Demetrio para recibir a su nuera. —Quédate quieto hombre, deja de moverte —exclamó Fernando arreglando la corbata de su hermano. Andrea parecía, nervioso. Sus manos temblaban, y su corazón saltaba desbocado, tanto que podía oírlo.—¡En sus lugares, ya llegó, ya llegó la novia! —dijo con emoción Eva.Cuando Amber descendió de la limusina negra que había estado dispuesta para ella, casi lloraba al ver las cámaras firmarlas. Todo el país estaba enfocado en la mujer que había logrado que la familia Laureti hiciera semejante escándalo. En ese momento ella era la envidia de todo Estados Unidos, y hasta de
CAPITULO 1Eva miraba el eco con lágrimas en sus ojos sin poder creerlo. No sabía si llorar de felicidad o de dolor en ese momento.—¿Está segura de lo que dice aquí? —preguntó al médico que la miraba con una sonrisa—.—Sí, son trillizos —se quedó inmóvil—.Con el eco en la mano, aún sorprendida, salió a la sala de espera. Su mejor amigo Santino la esperaba sentado con impaciencia.—¿Qué te dijeron? —Estoy embarazada de trillizos —explicó Eva bajando la mirada—.—¡Joder, Eva! ¿Por qué no te cuidaste? ¿Cómo fuiste a salir embarazada de tu jefe?Bajo los rascacielos de Florida, para ser exactos, a la hora alba de un lunes primaveral, se encontraba Evangelina alistándose para presentarse en su primer día de trabajo. Se miraba en el espejo con desagrado y comenzó a aplastar su cabello hacía atrás, sin dejar ni un solo mechón suelto. Sus largas piernas son tapadas por unas horribles faldas desteñidas de color gris; y su enorme busto era cubierto por un suéter negro de cuello alto que no de
Demetrio abrió sus ojos de par en par al ver a la mujer frente a él; la sonrisa que llevaba en su rostro se fue convirtiendo en una mueca al darse cuenta de lo fea que era.—¿Y tú quién eres? —preguntó con una ceja alzada, haciendo que Eva apretara los puños detrás de su espalda—.—Mucho gusto, señor, mi nombre es Evangelina Anderson, y soy su nueva secretaria ejecutiva —Eva sonrió mostrando sus dientes atados a los alambres de su ortodoncia, mientras Demetrio parpadeó con asombro—.«Mi abuelo me va a oír» pensó.—¿Me permite su identificación, por favor? —pidió, aún incrédulo de lo que ocurría—.Definitivamente los planes de llevar a la mujer a la cama se habían ido a la basura en aquel momento.Eva abrió su anticuado bolso con nerviosismo bajo la mirada del italiano, que la detallaba de pies a cabeza.El cuerpo de Evangelina estaba estremecido, el hombre al frente de ella era tan hermoso que causaba que sus piernas temblaran como gelatinas. Con las manos temblorosas le tendió su iden
La expresión en la cara de Eva era de nervios, impresión, incredulidad.—Señor, yo...—susurró muerta de miedo, jamás en su vida había sentido la respiración de un hombre tan cerca, y más un hombre como Demetrio Laureti, sexi, hermoso, y con ese aliento de fresa mentolada.—Tranquila señorita Anderson —dijo Demetrio, acomodando un botón de su traje y sentándose en su enorme escritorio, ante la mirada de Evangelina, que parecía que había visto un espanto—. No sería capaz de tocarla, usted… —pensó por un momento para luego mirarla —. No es de mi tipo.Eva apretó los puños, molesta, ella no quería ser de su tipo. ¿ O si? Parpadeó varias veces y salió casi corriendo de la oficina de su jefe a la de ella.«¿Qué era eso?» Definitivamente muchas sensaciones en un solo día de trabajo.Se sentó en su escritorio y terminó de organizar los pendientes de ese día, realizando un informe detallado de todo lo que había hecho en aquel día, incluso, colocando los sentimientos y emociones que sintió al es