CAPÍTULO 7Su lengua y las paredes internas de sus mejillas comenzaron a succionar suavemente la sangre que salía de mi dedo, mi cara me ardía demasiado, así que aparté mi rostro para no hacerle ver la vergüenza que sentía por todo esto. Los ojos azules del señor Harper barrieron cada una de mis facciones y terminó alejándose apenas la hemorragia se detuvo.—¿Qué acaba de hacer?Pregunté llevando aquella mano herida hacia mi pecho.—¿Ayudar?Soltó como si nada.—¿Eres así de descarado siempre? —Indagué cubriendo mi cuerpo con una toalla que encontré sobre la cama, —Señor Harper… Como verá, yo…—No te hagas ideas equivocadas, Parker…El castaño masculló en un tono de voz sombrío, cortando nuestra conversación.—¿Qué?Lo que tenía que decir se atoró dentro de mi garganta, deseaba decirle todo lo que estaba pensando ahora mismo dentro de mi cabeza, pero aquella expresión oscura en su rostro me obligó a tragarme mis palabras.—No me interesas en lo más mínimo, así que, si piensas que te e
CAPÍTULO 8Los ojos del castaño se desorbitaron, sus pies dieron un par de zancadas enormes que lo guiaron hasta la problemática chiquilla, el señor Harper alzó una de las muñecas de Luciana provocándole un dolor tan intenso, que esta terminó cayendo de rodillas contra el húmedo piso. Los ojos color café de la única hija de los Baker se abrieron desesperados y rogando por clemencia.—¡Detente! —Gritó con fuerza logrando que cada vello de mi piel se erizase, —¡Lo lamento! ¡Lo siento! —Vocifero con su voz agotada, las lágrimas comenzaron a deslizarse por sus rojizas mejillas, —¡Bruno! ¡Me vas a romper la maldita mano! —La rubia comenzó gritar en el justo momento en que el empresario intensificó su agarre.—Sabes cuánto odio las malas palabras… Sabes que las detesto y aun as&ia
CAPÍTULO 9Con algo de cuidado bajé las escaleras, el frío de la noche calaba mis huesos, sin embargo, era eso o seguir asfixiándome en aquella habitación que me hacía sentir como la invasora que soy. Cuando por fin llegué a la sala principal mi sangre se heló. Bruno Harper era más estúpido y derrochador de dinero de lo que pensé, una enorme pintura reposaba sobre la pared del costoso sitio, pero ese no era el problema, ¡el dibujo era de Bruno junto a su hermana!—Debe de tener la polla pequeña… —Murmuré despacio sabiendo que todos en la mansión debían de estar dormidos; mi amiga Carolina decía que el ego de un hombre se volvía demasiado grande cuando carencia de personalidad «Allí abajo». Mordí mi labio inferior para no reírme.Di un par de pasos más
CAPÍTULO 10El hombre asintió ante una empleada que le sugirió empezar a servir el desayuno, una joven de aspecto latino, cortó un trozo de sandía dejándolo reposar rápidamente sobre la vajilla de porcelana a un costado de mí, el sonido del jugo de naranja cayendo dentro de un vaso de vidrio que notoriamente se veía costo, provocó qué mi estómago comenzara a rugir de hambre.—Hoy necesito organizar unos documentos importantes para una reunión que tengo el día lunes a primera hora. Como sabrás, como mi nueva secretaria tendrás mucho trabajo, y seré honesto contigo, Parker… —Llevé un trozo de beicon dentro de mi boca—, no es fácil trabajar conmigo. Mi temperamento es fuerte, y muchas veces te haré sentir como la peor persona en el mundo si no haces tu trabajo bien.—Lo entiendo, señor.
CAPÍTULO 11Bruno HarperLas mejillas de April Parker se tiñen de rojo apenas sus ojos se fijan en aquella zona prohibida de mi cuerpo. Sus manos viajan rápidamente hacia sus carnosos labios, quizás para ocultar aquella descarga eléctrica por la cual todo su sistema debe de estar atravesando. La pelinegra mujer es tan inocente qué este tipo de cosas son poco frecuentes para ella, y por alguna extraña razón me siento feliz por eso.Jamás en mi vida había conocido a una chiquilla como lo era la mujer delante de mí, desde su ropa hasta su forma de caminar eran un completo desastre, pero raramente eso era lo que más me atraía de ella. —¿Entonces, April Parker? —Repiqué dirigiendo mis pasos a unos cuantos metros lejos de la mesa en donde hacia algunos segundos me hallaba sentado, — quiere saber el secreto, ¿no?Mi nuev
CAPÍTULO 12Bruno HarperMaldigo cuando por fin las puertas del elevador que dan al piso de mi oficina se abren, caminó con pasos pesados por los pasillos de mi empresa y azoto la puerta al llegar a mi zona de trabajo. Odiaba profundamente venir de emergencias a Harper Fashion House los fines de semana, sin embargo, debía firmar unos estúpidos permisos para la siguiente pasarela de la nueva colección de moda de mi compañía.Mi hermana MacKenzie llegaría hoy de Milán, así que el trabajo sería un poco más liviano para mí. Me retumbo sobre mi silla de escritorio y cierro los ojos al recordar todo lo que sucedió hoy en la mañana con April. —Señor…—Una de mis asistentes llamó suavemente a la puerta, para acto seguido caminar hacia mí con apuro y dejar un sobre que desde hace un par de días estaba esperando.—Dejé el paquete sobre mi escritorio, Gabriela, —Caminé indiferente hacia el pequeño bar que tenía dentro de mi oficina y me serví un poco de whisky seco. La mujer se retiró del lugar c
«CAPÍTULO 13»Camino hacia el comedor cuando la hora del almuerzo por fin llegó, mis piernas y brazos me dolían demasiado por haber organizado por más de cinco horas las telas que el señor Harper necesitaba para la primera prueba de la nueva colección de verano de esta temporada. Mi estómago comenzó a rugir por el hambre tan descomunal que sentía.Una de las empleadas del servicio me guio hacia una enorme mesa de cristal—qué se veía tan costosa como mi casa— y me detuve cuando me señaló una silla para que descansara un poco antes de que me sirvieran la comida. Una vez llegó el bufete, no podía creer todo lo que estaba viendo. Puré de papa, estofado de albóndigas y cerdo, ensalada de manzana con espinaca, sopas de verduras con pollo, y crema de tomate con especias.No pude evitar que mi boca se hiciese agua con tantas delicias delante de mí, sin dudar comencé a comer, mi paladar se sentía bendecido porque desde hacía mucho tiempo no comía cosas tan exquisitas, en mi vida había cosas má
CAPÍTULO 14—¿Qué?Bruno corrió hasta mi lado y me tomó sorpresivamente de la mano—April… —Su voz se escucha masculina y espesa, el coreano delante de él pestañeó dirigiendo su mirada hacia su agarre, —Necesito decirte algo… —MacKenzie se dirigió hacia nuestro encuentro y mirándonos con sorpresa, —¿Pueden dejarnos solos?Preguntó logrando que su hermana menor y Taewoo salieran de la cocina, apenas logramos estar a solas, el señor Harper soltó mi mano. Podía ver un hilo de sudor deslizarse por su frente hasta llegar al inicio de su corbata. Su mirada se centró sobre sus pies y temí por lo peor.—¿Me van a despedir?Solté al verle dar tantas vueltas.—¿Qué? —Agregó confundido, —¡No! Claro que no, Parker, soy un ho