CAPÍTULO 63
Mis testículos se tensaron, y cuando menos lo esperé, terminé llenando su coño de mi semen hasta que este se escurrió entre mis piernas. Las caderas de April Parker se sacudieron por unos segundos más, pero luego se detuvo en el instante preciso en que un espasmo doloroso se apoderó de cada centímetro de su ser.
Su frente chocó contra la mía, para luego reírnos a unísono.
Éramos un completo desastre juntos, sin embargo, así nos amábamos, así la deseaba, y estaba más que seguro que la defendería ante cualquier situación—¿Hablaste con Antonia? —Preguntó, mi mujer con un tono de voz profundo, aparté la mirada porque no deseaba hablar sobre esto ahora mismo.
—¿Quieres que nos bañemos juntos?
—Bruno… —Se dio cuenta de mi cambio de te
«CAPÍTULO 64»Podía sentir una extraña pulsación dentro de mi cabeza, en el instante en que mis ojos reflejaron la cruda realidad. La policía arrastraba a Bruno Harper dentro de sus instalaciones, entre tanto, Kim Taewoo también era empujado desde atrás, mis manos me temblaban demasiado, y siendo honesta conmigo misma, ni siquiera sabía que debía hacer en estos casos. Mi corazón latía con mucha fuerza, y mi respiración comenzaba a menguar.—Ya viene el abogado, —Soltó, Madeleine, guardando su móvil una vez más dentro de su americana. Kenzie, agarró mi mano, tratando de tranquilizarme—. No sé en qué términos estará esto, pero no creo que el presidente desee que se haga un escándalo, y menos ahora que se aproximan las nuevas elecciones.—¿Qué vamos a hacer? ¿Y si no quieren conciliar? ¡Bruno dio el primer golpe por mi culpa! —La francesa agarró mi mano, —si tan solo me hubiese quedado en mi lugar, yo… —MacKenzie, apretó su agarré sobre mi brazo—. Arruiné todo, arruiné su colección, ¡tod
CAPÍTULO 65En la sala de espera, vi a los dos tipos que intentaron propasarse conmigo, el que al parecer era el hijo del presidente, sonrió apenas entré en su campo de visión, entre tanto, Tae y Bruno, entraban a declarar.Me senté lejos de ellos, rodeada únicamente de Made y Kenzie.—¿Qué dijeron?Pregunté, al observar cómo ambos tipejos comenzaron a reírse.—Todos quedan en libertad. —Susurró, la francesa con disimulo—, te lo dije, al presidente no le conviene un escándalo en época de elecciones, su primogénito es un hijo de perra. ¿Sabes lo que dijo? —negué—, que las mujeres nos buscábamos lo que nos pasaba por vestirnos como putas…Una extraña sensación se apoderó de mi pecho, y no pude evitar bajar un poco la falda de mi vestido. ¿Por qu&eacu
«CAPÍTULO 66»Miro rápidamente a Bruno, mientras este se limpia los labios, para ahora colocarse en pie y posicionarse a mi lado. Tae, niega con la cabeza, y sonríe, entre tanto lo único que deseaba ahora mismo era que la tierra se abriera, y me tragara al instante. Un sonido extraño se apoderó de mis oídos, al percibir como el coreano alzaba una copa en dirección al británico, como si este se estuviese rindiendo finalmente ante él.—Espero que sean muy felices—, declaró, el asiático, bebiendo un poco de su vino tinto—. April, nunca olvides cuanto te amé, y todo lo que hice para mantenerte a salvo de esa loca amiga tuya… —No pude evitar mirar la cicatriz que ahora reflejaba en uno de mis brazos, todos habíamos pasado por algo antes de llegar hasta este punto de nuestras vidas. Carolina nos había causado tanto daño, q
CAPÍTULO 67FINALEl ambiente se tornó tenso.—No creo que esto sea lo que ella quisiese—, escupió, mi novio, mientras me abrazaba por la espalda—. No creo que Carmenza quiera vivir sus últimos días viéndonos lamentar lo que hubiésemos hecho para mantenerla con vida, ¿no lo creen?Kenzie asintió junto a su primo.—Vamos a darle a mi madre los días felices que ella se merece, —La observé, mientras se reía a carcajadas con Antonia Harper—quiero que mamá sea feliz, muy feliz el resto de días que le quedan.Todos caminamos hacia la entrada de la mansión del magnate británico, entre tanto la brisa de la noche comenzó a cobijarnos. Las carcajadas de mamá llenaron el silencioso lugar; entre tanto mi corazón de sentía cálido al verla tan feliz rodeada de t
«Epílogo»Bruno me mira fijamente a los ojos, mientras separa con tanta delicadeza mis piernas, que me es casi imposible respirar con normalidad. Sus labios buscan con desespero mis rodillas, y me siento estremecer en el justo momento en que su boca deja besos húmedos sobre mi piel sensible.Mi pecho se hunde en el instante en que su lengua toca por primera vez ese trozo de carne fijado sobre mi entre pierna, mis manos se aferran con desesperación a la sábana blanca debajo de mí, entre tanto todo a mi alrededor se detiene una vez ese pedazo de viscosidad dentro de él masajes salvajemente mi vagina.—Espera… Espera, amor, Savannah podría despertarse, y… Ah… Ah… —Gemí, mordiendo mis dedos para que así nuestra pequeña hija de tres años no se despertara. El señor Harper y yo nos casamos hace poco, nuestra boda fue algo sencilla, sol
«CAPÍTULO 1»El viento fuerte de la mañana, nubla de una manera impertinente mi vista, en el instante en que logro bajarme por fin del autobús que me llevaría hacia la universidad en donde estudio periodismo. Mi respiración se corta un poco al mirar el reloj de pulsera que decora elegantemente mi mano derecha marcando la hora correcta de la conferencia en donde ha sido invitado a darnos una charla el empresario más importante de nuestro país.Mis manos comienzan a sudar vergonzosamente, la punta de mi tacón se dobla por la rapidez de mis pasos. Organizo los libros dentro de mi maleta y maldigo al ver el rastro de kétchup encima de mi camisa de cuadros favorita. Mi dedo índice acomoda mis lentes antes de entrar en las instalaciones de mi universidad. Algunos chicos me quedan viendo, quizás por lo patética que me veo.Respiré profundo antes de entrar al salón de conferencia, como era de esperarse, la mayoría de estudiantes ya se encontraba en el lugar, los ojos de todos los asistentes a
CAPÍTULO 2Corrí por los pasillos del hospital apenas recibí el mensaje del médico de cabecera de mi madre, las enfermeras me guiaron hacia un pequeño cuarto en donde algunos empleados del cuerpo de salud intentaban reanimar el paro respiratorio que había sufrido mi mamá hacia tan solo algunos minutos. Mis manos se aferraron al cristal que me separaba de la mujer que me otorgó la vida, entre tanto mis párpados se cerraban, rogándole a Dios que sucediera un milagro.Mis rodillas se debilitaron en el justo momento en que mamá volvió a respirar, una mujer con uniforme azul se acercó repentinamente hacia mí, mis hombros temblaban demasiado y no lograba entender muy bien qué trataba de decirme; Carmenza Parker, comenzó a padecer leucemia hacía tres años, lastimosamente y muy a pesar de ser su única hija, no era compatible con ella para un trasplante de médula ósea.Mi padre la abandonó cuando se enteró de su embarazo, así que durante toda mi vida solo habíamos sido ella y yo contra el mund
«CAPÍTULO 3»Anoche llegué tan tarde a casa, que me fue casi imposible dormir por más de tres horas. Bajé las escaleras de la pequeña residencia en donde solía vivir desde pequeña con mamá, y llegué hasta la pintoresca cocina con muebles tan viejos como este vecindario, para tomar un par de tostadas y beber un poco de café.Miré el reloj rojo que se encontraba decorando aquella pared con papel tapiz de flores, y mastiqué más rápido al percatarme que faltaba poco para las ocho de la mañana. Caminé un par de pasos hasta llegar a un enorme espejo de cuerpo completo que compré en oferta la semana pasada y sonreí al verme tan bonita el día de hoy. Había decidido usar un blazer en color café de mamá con unos zapatos de tacón cubano en una tonalidad clara, entendía que no sabía absolutamente nada de moda, sin embargo, me sentía cómoda y preciosa.Saludé a mis vecinos apenas salí de casa, el sol de verano en New York se sentía cálido, así que recorrí un par de cuadras, hasta llegar a la estac