Me cuesta un poco comprender lo que está ocurriendo, ya que la madre de Jonah y las personas de su familia jamás me habían tratado de esta forma, de una manera tan… desagradable.

Sentada en su “trono” Joyce Casady estaba rodeada de personas importantes de su manada y manadas aliadas, las mismas personas que hace un mes me hacían reverencias como su Luna, y ahora me miran como si fuera una especie de rata de alcantarilla. Y entre toda esa multitud y muy cerca de su madre, puedo distinguir a Tony, el cual ni siquiera se atreve a mirarme, manteniendo la cabeza baja…

¿Qué está ocurriendo?

—Señora Casady, usted sabe bien que yo no soy una perra —digo negándome a llorar—. Vine aquí porque necesito hablar con Jonah…

—Es una lástima, mi hijo no tiene planes de regresar al mundo humano por el momento, y como la líder momentánea de la manada, ¿Qué quieres decirle a mi Jonah?

Todas las miradas juzgadoras y los aspectos atemorizantes de esta gente me hacen querer retroceder, ya que esto es un tem