Limpia el piso y no mires a nadie… Es lo que repetía una y otra vez en mi cabeza con la mirada baja, sin querer intimar con el resto de mis compañeros de trabajo.
Aun no puedo creer lo que pasó la noche anterior, en resumen vi a un humano convertirse en un lobo, lo cual es obviamente imposible. Intenté pensar en mil excusas para explicar lo que vi, tal vez me quede dormida y jamás llegue al trabajo, me golpee la cabeza y ahora veo cosas, estoy loca y estoy alucinando… Cualquier cosa es más creíble que pensar que mi jefe puede convertirse en un gran lobo gris que dijo un montón de cosas incoherentes.
Cuando regrese a casa totalmente agitada, aun en shock por lo que pasó, intenté contarle todo a mi madre, aunque no pude decírselo por completo… No puedo pronunciar las palabras: “Mi jefe es un lobo” sin sentir que me desmayaría de nuevo. Aun así creo que mi madre entendió lo suficiente, y creyendo que no había pasado algo demasiado grave, ella solo pudo recomendarme una cosa: hacerme la tonta y fingir que no había pasado nada.
Mi madre no tenía mucha experiencia en esto, es decir, ella trabajó toda su vida en una pastelería, y no sabía que buen consejo darme para hacerme sentir mejor o para solucionar mi situación en este empleo. Sin embargo si me dio un consejo sobre hombres ricos: mientras menos los avergüences es mejor.
Y si suponemos que algunas de mis memorias son reales sobre lo que pasó anoche, no creo que sea buena idea ir por ahí comentando las cosas que me dijo mi jefe ebrio y como me arrinconó contra su escritorio, lo del lobo es algo impensable, pero si quiero mantener mi empleo lo mejor es ignorarlo todo y tratar de olvidar para no meterme en más problemas hasta que termine mi contrato.
Así que intentando seguir ese plan lo mejor que podía, continúo con mis labores y finjo que nada malo ha pasado, limpiando y algo apartada de los demás para estar calmada. Mi horario de trabajo para hoy es en la mañana, así que bostezando un poco por haber tenido que despertarme tan temprano después de una noche tan agitada, continúo aspirando la alfombra costosa del vestíbulo, mi último trabajo en este piso para subir al siguiente.
Casi terminando escucho como una de las puertas de los ascensores se abre, y como unos pasos apresurados vienen en mi dirección. No lo noto como algo malo a un inicio, estoy en el medio del vestíbulo trabajando, cualquier persona puede pasar junto a mí para salir de la empresa, pero cuando esa persona extraña se para detrás de mí y toca mi hombro con suavidad llamando mi atención, tengo un escalofrió de pánico que me hace girarme asustada.
—¿Roseanne Dunne? —pregunta un hombre extraño detrás de mí.
—Sí, soy yo —digo intentando sonar tranquila, a pesar de no estarlo en lo absoluto.
—¿Podrías acompañarme un momento? Tengo una situación que discutir contigo.
Por un instante pienso en negarme poniendo de excusa que aún no había terminado mi turno, pero viendo todo el respeto que los demás empleados a nuestro alrededor le tienen a ese tipo, entiendo que es alguien importante, y no tengo más opción que aceptar.
—Claro, está bien —digo con mi usual tono tranquilo, recogiendo las cosas de mi carro de limpieza dispuesto a llevarlo conmigo.
—Eso no es necesario, puedes dejarlo aquí —dijo el hombre con una sonrisa amable.
Por un segundo dudo en hacerlo, pero viendo como el desconocido se gira de forma elegante en dirección a los elevadores, supongo que tengo que seguirlo.
Respiro profundamente mientras camino detrás de él, tranquila Roseanne, solo quieren hablar contigo un segundo, ya conoces el plan: Hazte la tonta, finge no saber nada, mantén tu empleo, mantén tu maldito empleo a toda costa.
En un absoluto silencio ambos entramos a uno de los elevadores, el cual nos lleva a uno de los pisos más altos del edificio.
—Soy Alan Baker por cierto… —se presenta él de pronto.
Él es un hombre muy elegante, con un traje obscuro que seguro debía valer el precio de toda mi casa, bien arreglado y perfumado, y con un peinado elegante que te gritaba: Soy importante. Me doy cuenta que el señor Baker debe ser el tipo de persona con la que debo bajar la cabeza y portarme tonta.
—… Soy el asistente personal de señor Casady, el dueño de la empresa y jefe las industrias Casady —me explica él con calma, como si yo no supiera mejor que cualquiera quien es el dichoso señor “Casady”.
Al escuchar quien es no puedo evitar ponerme pálida, sintiéndome asustada porque mi mayor miedo se hizo realidad, estoy yendo a ver al jefe, ¿Es por lo de anoche? ¿Me estarán preparando algún tipo de interrogatorio? ¿Algún tipo de castigo?
Estoy tan asustada que quisiera morir, desaparecer antes de enfrentarme al “lobo” de nuevo…
Sin embargo debo seguirme moviendo, y tratando de mantenerme calmada a pesar del paico, llegamos al último piso de la torre, donde yo sigo al señor Baker por los pasillos arrastrando los pies por la alfombra hasta las grandes puertas de madera que nos llevaban a esa oficina, que reconozco por la noche anterior.
Acercándose a la puerta de la oficina del señor Casady, Alan Baker abre amablemente la puerta para mí, sonriéndome y dejándome pasar primero. Con el corazón nuevamente acelerado y el nerviosismo a flor de piel, bajo la mirada, entrando en esa oficina donde la noche anterior había tenido el encuentro más raro de toda mi vida.
—Buenos días señor Casady —dice el señor Baker, entrando detrás de mí y saludando al jefe con completa naturalidad.
No tengo ni que levantar la mirada para saber que él está aquí, su presencia es tan pesada como la de un fantasma en una película del terror. Aun así yo intento seguir el plan, con la mirada baja y moviendo mis manos de forma temblorosa, preparándome para un regaño o peor… Mi inminente despido.
—Como usted me pidió traje aquí a la señorita Dunne —Alan me presenta, parándose junto a mí.
Hay una pausa silenciosa de un par de segundos, en los que siento los ojos de los dos hombres en la oficina sobre mí, preparándome para lo peor.
—Muéstrale su nuevo escritorio y explícale las reglas, pronto la visitará una de las empleadas de recursos humanos para su nuevo contrato, que se quite ese mono de trabajo, mañana ya podrá venir con el uniforme —súbitamente dice el señor Casady, sonando mucho más sereno que la noche anterior.
—Entendido señor, vamos Roseanne, te enseñare tu nuevo lugar de trabajo —me pide el señor Baker con amabilidad.
Confundida yo finalmente levanto la cabeza, sin poder comprender ni una sola cosa de lo que acaba de pasar, ¿Escritorio? ¿Nuevo lugar de trabajo?
—Eh… Disculpe, ¿Qué es esto? —pregunto muy confundida.
—¿No recibiste el correo de la compañía? Felicidades Roseanne, fuiste promovida al puesto de secretaria en este piso, es un gran asenso.
—¿Asenso? ¿Pero por qué? —pregunto cada vez más desconcertada.
—¿Eso importa? —nos interrumpe la voz fría pero calmada del señor Casady, haciendo que mi cuerpo se estremezca— Felicidades por su nuevo empleo, señorita Dunne, será un placer trabajar junto a usted.
Comprendo que no es el lugar para hacer preguntas, así que decido seguir al señor Baker fuera de la oficina, dándole una última mirada al señor Casady que sigue en su escritorio, luciendo tan misterioso como la otra noche.
¿Ahora voy a trabajar con el hombre que más me asusta en el mundo?
Sentada en un escritorio fuera de la oficina del jefe, aun me siento en shock, sin poder creer lo que está pasando.Cualquier otra persona en mi posición probablemente estaría llorando de la felicidad por haber recibido esta oportunidad, pero yo no podía sentirme más que confundida, cada vez más convencida de que estoy soñando o en algún tipo de realidad alternativa, porque estas cosas no me pasan a mí, yo siempre tengo mala suerte, ¿Qué rayos es esto?Según lo que el señor Baker me explicó, mi nuevo trabajo es simple, solo tengo que recibir a las personas que vengan a ver al señor Casady, pasarle sus llamadas a mi jefe, y hacer algunos mandados como buscar documentos en otros pisos o llevarle café. No parecía algo muy complicado, pero sonaba como una tarea que debía hacer el señor Baker, que era su asistente personal, no entiendo por qué necesitan otra secretaria en este piso cuando ya está él.Además, ¿No se supone que la gente estudia para esto? Suena como algo simple, pero yo no e
Creo que mi jefe es un poco… Raro.Ya casi ha pasado un mes desde que comencé a trabajar en las industrias Casady, y aunque mi trabajo es ridículamente sencillo, he comenzado a notar un par de cosas raras por aquí.Para empezar, el señor Casady es una persona increíblemente exigente y malhumorada, desde mi lugar afuera de su oficina puedo escuchar como reprende a sus empleados y es extremadamente duro con ellos, siendo un jefe déspota en muchos de los casos.Y aunque cualquiera pensaría que con un jefe de ese tipo todos los empleados lo detestarían… Creo que nadie odia al señor Casady, todos en la empresa lo tratan como si fuera de la “realeza”, haciendo reverencias para él y tratándolo con el sumo respeto. Yo he trabajado en otras empresas antes, pero nunca había visto que los empleados se comporten de esa forma con sus jefes.Estoy comenzando a sospechar… Que de verdad hay algo muy raro con mi jefe.—Bien, tengo todo listo —digo contenta, terminando de preparar mi bolso para el trab
No entiendo la razón, pero cuando veo al señor Casady sonriendo de esa forma, mi corazón comienza a palpitar muy rápido, ¡El maldito es muy guapo!Las revistas del corazón que hablan de famosos no se equivocan, el señor Casady es el soltero más guapo de la ciudad, es una maldita locura que me haya besado…—Mi Luna es feroz, muy interesante —dice él, tocando su labio el cual sangra ligeramente.—Señor Casady discúlpeme, aquí tiene, no manche su traje por favor —lo más rápido que puedo le doy un pañuelo de papel, intentando detener el sangrado de su labio.¿Qué me pasa? ¿Cómo me atreví a golpearlo? ¡Soy una idiota!—En verdad lo lamento, señor. Yo no… Solo me sorprendí demasiado cuando usted…—Eres graciosa, ¿Acaso no recuerdas lo que hicimos juntos en mi oficina esa noche? —pregunta él.Yo me quedo en silencio, ¿Acaso está hablando de esa noche en su oficina cuando él y yo nos encontramos por primer vez? ¡Creí que él estaba tan ebrio que no lo recordaba!En medio de la sorpresa que sie
Creo que debería volver a hablar con mi jefe.Lo pensé mucho durante la noche, y creo que lo mejor para mí en este punto, es dejar todo claro con Jonah Casady antes de seguir cometiendo “errores”. Nunca antes me había pasado algo como esto en alguno de mis empleos, así que incluso consideré la idea de renunciar para evitar la situación. Sin embargo no puedo hacerlo, no con el sueldo tan bueno que Jonah me paga en la empresa, así que como sea tengo que cuidar este trabajo.Por lo que tomé una importante decisión, hoy aclararé todo el asunto con mi jefe antes de permitir que vaya más lejos.Tomando una gran bocanada de aire, mientras traigo conmigo su café matutino, toco suavemente la puerta de la oficina del jefe, sintiéndome algo nerviosa por lo que está a punto de ocurrir.—Puedes entrar —la voz calmada del señor Casady llega dese el interior, asustándome un poco, pero también dándome la señal para continuar caminando al interior de su oficina.—Señor… Jonah, traigo su café —digo tím
No pude cumplir mi objetivo, y por el contrario, he comenzado a besar a Jonah cada día desde hace como un mes.No entiendo cómo pueden ocurrirme estas cosas, pero cada día de la semana en la oficina, cuando veo a Jonah, de una u otra manera termino sobre él besándolo. Me gustaría decir que él lo provoca, y aunque a veces si hace “cosas” para perturbar mi paz, como ponerse ropa que me gusta o pedirme que me siente en su regazo para “castigarme”, el 90% del tiempo soy yo quien salta sobre mi jefe para besarlo.Un ejemplo es lo que pasó el otro día, cuando lo encontré a solas en el ascensor del edificio después del almuerzo. Jonah ni siquiera me habló, estaba distraído viendo su móvil, y en el momento que las puertas del ascensor se cerraron, yo me abalancé sobre él como un animal en celo, dándole besos apasionados hasta que llegamos a la oficina. Estaba tan avergonzada por mi comportamiento que me negué a llevarle el café esa tarde, y el pobre de Alan tuvo que cubrir mis funciones.No
Sigo besando de forma apasionada a mi jefe, mientras él consigue quítame el saco de mi traje y abrir mi camisa, dejándome en sujetador frente a él.—Tan suave, me encanta tu cuerpo —dice él contra mis labios, llevando una de sus manos a mi pecho.Me cuesta lograr comprender lo que está ocurriendo, ya que el olor de su perfume y lo adictivos de sus besos me nublan la mente. Sin embargo disfruto de la forma en la que él comienza a tocarme, sacando jadeos de placer de mis labios, mientras que sus suaves dedos comienzan a acariciar mis pechos y mis pezones con mucha suavidad.Jonah levanta completamente la falda de mi traje, comenzando a acariciar mis piernas con mucha suavidad. Como es obvio yo no me niego a sus suaves toques, y cuando él comienza a empujarme en dirección al sofá de su despacho, yo me siento en este mientras el cuerpo de mi jefe se pone sobre el mío y no dejamos de besarnos.Jonah solo sube mi sujetador, y antes de que pueda darme cuenta, sus labios bajan por mi cuello d
Cuando pienso en mi infancia, la única persona que me hacia sonreír, era mi padrastro.Mi madre nunca me dijo quién era su padre biológico, lo único que me dijo fue que se quedó embarazada de mí siendo muy joven, y debido a eso su familia la repudió, por eso nunca he conocido a nadie de la familia de mi madre y mucho menos a la familia de mi padre.Con mi mamá vinimos a vivir a Colorado Springs cuando yo era apenas una recién nacida, así que no se mucho de mi pasado, pero siempre preferí no preguntar nada, ya que comprendo que es un tema sensible para mi madre, y nunca quise herirla. Aun así yo nunca me he hecho preguntas sobre mi pasado, no creo que saber sobre el padre que me abandonó o la familia que me rechazó me sirva de algo, yo sé quién soy y estoy feliz con la familia que me ama.Así que cuando cumplí 7 años y mi madre se casó con un nuevo hombre, yo lo recibí en mi vida como mi verdadero padre, y para mi buena fortuna él también me aceptó como su hija.Donnan Ryder era el mej
Y la respuesta correcta es si, mi tonto e irracional jefe pagó por toda la reparación de la pastelería.Me gustaría decir que estoy sorprendida pero… En realidad no, después de asimilarlo, supuse que Jonah haría algo tan loco como esto solo para “conquistarme”. Ahora en verdad me siento culpable por como lo traté anoche en el parque.—¿Entonces eres un príncipe? —pregunta Alina, mirando fijamente a mi jefe.—No, soy el jefe de tu hermana —responde Jonah con calma, siendo muy paciente con mi hermana.—Pareces un príncipe…Si, comprendo que Jonah puede ser un poco impresionante cuando lo miras por primera vez, con su metro ochenta de atura, su cabello perfecto, y su rostro guapo de facciones masculinas. Tiene apariencia de modelo, pero además una actitud imponente, típica de un CEO rico y poderoso. Así que comprendo a mi hermana, mi jefe parece un príncipe.Ya era media tarde, y en mi humilde hogar que quedaba en un departamento sobre la pastelería, todos esperábamos pacientemente que l