GABRIELA —!Maldita sea!— Reniego sin dejar de temblar y eso hace que no pueda hacer algo tan simple como abrochar mi brasier— Diablos, que porquería— me quejo— !Auch!— chillo cuando siento que el me jala sin el más mínimo cuidado haciendo que mi espalda choque con su dorso que aún está desnudo. —Me retracto— habla haciéndome sentir su calor y abrocha mi sostén pasando sus manos por mi espalda. — ¿Te retractas?— preguntó incapaz de mirarlo, sin entender, asumiendo que se refiere a toda esa locura de Italia y lo que dijo. —Si— masajea mis hombros y me voltea para quedar frente a él viendo los muchos centímetros que me saca de estatura, lo corpulento que es, el tatuaje del brazo que me hace escocer el cuerpo y sus ojos, esos jodidos témpanos de hielo haciéndome recordar que el hielo, también quema— te he dicho muchas veces lo odiosa y fastidiosa que puedes ser porque estaba, estoy— me mira los pechos sin una pizca de disimulo— estoy esperando tus arrepentimientos, tu llanto y todo el
RODRIGO —No sé de qué hablas— digo agitado aparentando la tranquilidad que por supuesto no tengo — ¿Que pasa, porque entras así? Preguntó con el cinismo que me sorprende porque uno debe aprender a conocerse, yo sé que soy una mierda, admito que lo de mi ex novia me volvió peor pero aún así esto es algo que me rebasa porque se trata de un amigo, uno muy querido para mí.Me alejo rápido por un vaso con agua mientras el ingresa a la oficina, mi oficina que tiene la alfombra desordenada, a Gabriela temblando pálida y alguno de los dos debe ser lo suficientemente fuerte o hipócrita para “encarar” al amigo que ha estado apoyándome en muchos momentos complicados y al que yo le estoy viendo la cara de imbécil.Me siento en la silla ocultando lo mejor que puedo la erección que su novia, la mujer que no dice una sola palabra me causa, a la que me acabo de coger y con la que quiero repetir estúpidamente hablándole de Italia y cosas que no debería pero no evito hacer.—¿Pasa algo?— vuelvo a pre
GABRIELA El es tan hipócrita como yo, sin embargo, engañarse a uno mismo duele, yo me estoy engañando porque siento mucho por el guapo hombre que saca lo peor de mi, pero escuchar lo que dice duele. —Te felicito, lograste lo que querías cuando fuiste tu el que la trajo hasta— habla Rodrigo— cuando la dejaste sin trabajo para que regrese a ser tu dócil secretaria. —¿que?.—Amor escucha, nada que ver— Victor se ríe nervioso— Rodrigo entendió mal, está jugando.A estás alturas no solo siento el pecho oprimido si no también la cabeza, proceso lo que estoy escuchando y no tiene nada de sentido, el malo es el, el me lo ha dicho y si el lo tiene claro yo aún más, desde que el mismo me dijo que me cerró todas las opciones de trabajo para regresar aquí no lo ha negado escudándose en la hipocresía de decir que lo hace por su amigo, es insoportable, pedante y está sentado satisfecho con lo que ha comentado mientras yo espero que Victor reaccione por primera vez como el hombre que yo creo que
— Mi amor por favor cálmate, ni que tuviéramos una semana de relación y fuera la primera vez que conoces a mi familia, creciste con todos nosotros, estás hermosa Gabriela— escucho a Víctor, el amor de mi vida. —Entiéndeme amor. Quiero hablar pero el beso del rubio me calla con dulzura y se va a recibir a sus abuelos dejándome con mis pensamientos. Mucho cambió desde que se enteraron de nuestra relación, que traten de ser tolerantes no quiere decir que lo nuestro sea un sueño para ellos, después de todo Victor Salvatierra es el heredero de una de las empresas más importantes de este país mientras que yo soy la secretaria que conocen desde niña por ser hija del chófer. Veo el lujo que hay a mi alrededor y no me es ajeno porque crecí en esta casa pero siempre he tenido claro por supuesto que esto no es mío sin embargo, ellos ayudaron a pagar mis estudios, el trabajo como secretaria con mucho esfuerzo me permite financiar la casa que quiero para mis padres pues los años pasan y tampo
Gabriela —Por Dios, hemos venido a pasarla bien no a que estés con cara de velorio, por favor Gabriela ya deja la amargura en ese nido de víboras. —Viboras que se quedaron alrededor de mi novio, mi novio— me quejo con Laura— el novio que me deja sola, que puede ser muy bueno en muchas cosas pero que todo se termina cuando se trata de su familia, sobre todo su mamá— quiero llorar otra vez con el vaso de alcohol que me da— quizá yo no soy para el. Y aunque ella me grite, así es como me siento, yo siempre he tratado de ser la mujer fuerte que ha salido adelante, Patricio ayudo a mi padre a pagar mis estudios, mi mamá siendo ama de casa y yo sintiéndome bien porque no los defraudó por lo menos no en mi trabajo, decidí estudiar secretariado ejecutivo para entrar no solo a la empresa si no también para estar cerca del mundo del marketing y publicidad que es mi gran sueño estudiando la segunda carrera pero más aún, por estar cerca del hombre del que siempre he estado enamorado y que cuand
Rodrigo —La noche es joven... ¿No te has enterado?, por Dios Rodrigo, tenemos 30 años no 300, deja ese mal humor, has regresado de España, creo que andas muy europeo, solo si dejas esa cara de muerto en vida te lo vamos a agradecer. !¡Vamos!. —Deja de gritar— reniego cuando me empiezan a desacomodar el cabello— ¡Ya!.—Vamos hombre, te fuiste a enterrar a Madrid para estudiar, para hacer una fortuna, para llevarle la contra a tu padre y por culpa de esa mujer, ya es hora de pasar la página— escucho a Jeremy y si estaba de mal humor ahora es mil veces peor, solo saber de quien hablan me tenso y me da rabia— ¡Cállate!, ni soy europeo ni mucho menos tienes que mencionar a nadie, mi vida no gira en base a ninguna mujer, para eso tengo varias a mi disposición cuando quiera y como quiera. Aceptó el vaso de tequila que me dan de mala gana y la rabia junto al alcohol me raspan la garganta porque detesto que alguien me hable de esa tipa, camino con mis amigos que al igual que yo ya tienen 30
Rodrigo —¿Quién es ella?Pregunto pero nadie me responde por andar babeando y aplaudiendo, no tengo idea de quién es pero su cara, su mirada me impacta porque aunque yo también tengo los ojos claros, los verdes que me miran con la boca entreabierta buscando aire son lo más sexy que he podido ver junto a los generosos pechos que se marcan cuando su pecho sube y baja apartando incómoda la mano que quiere tocar su pierna. —!No me toques!. —Sigue bailando!— gritan los borrachos— ¡Sigue muñeca!La seguridad se le ha ido, se nota aún ebria pero ya no tan suelta, un par de idiotas la aturden con su cercanía y ahora sí tambalea diciendo que la suelten por lo que me abro paso entre todos y entre muchas manos que la quieren tocar le ofrezco la mía recibiendo otro impacto cuando me mira asustada y aunque duda, recibe mi diestra cuando empujó a un borracho que se quería subir a la barra.—¿Estás bien?— no me equivoqué, su belleza es impactante pero más aún la mezcla de picardía e inocencia l
Gabriela —Tome nota, 1.68 más o menos, ojos verdes grandes, cabello largo con ondas de castaño oscuro, tez blanca, estaba con un vestido rojo. !¡Por favor! Ayúdenme a encontrarla o juro que voy a incendiar este lugar. —¿Por la señorita que está allá? —!Dios mío, amiga!— siento los brazos de Laura que se estrella sobre mi y me aferro a ella llorando como la víctima que no soy— !Oh por Dios! ¡Policía!. Grita nuevamente y no solo la entiendo si no que lo lamento, siempre le digo que ella es la irresponsable pero yo, lo que he hecho simplemente no tiene perdón y no puedo dejar de llorar, de un momento a otro la Laura alegre de siempre me mira con los ojos llenos de lágrimas sosteniendo mis hombros diciendo que la perdone, no tengo cabeza para entender de qué habla, la gente nos mira y yo solo le pido que nos vayamos de este lugar porque me duele el corazón. Sus palabras y desesperación duelen, mi mejor amiga piensa que han abusado de mí, veo la culpa en sus ojos pero ella no es resp