GABRIELA —No lo puedo creer, es bellísimo. Suspiro como la tonta más grande del mundo pero no es importante porque estoy respirando el aire de un lugar maravilloso. Por fin hemos aterrizado en Milán con la confianza de haber estado pegado en la ventana del avión cuál cachorro y no importa porque se siente muy bien, puede ser exagerado pero el aire es distinto, no es que mi país no sea hermoso pero en términos de explorar, este lugar tiene maravillas históricas por donde se le mire y es un sueño hecho realidad. Los ojos se me aguada, lo sé y está bien pues el señor Izaguirre me pregunta cómo estoy y lo máximo que hago es sonreír llorando porque esto es un sueño para mí, el papá del hombre que luce como una estatua griega me da un abrazo fraternal riendo mientras le dice a su hijo que sea bueno con su novia trayendo a una realidad de otra cosa que hago mal. —Señor Izaguirre hay algo que debo decirle— me siento nerviosa pero debo hacerlo— lo que pasa es que— las palabras se me queda
RODRIGO —¡Cállate!, no digas estupideces, no tienes idea de lo que estás hablando— escucho a mi padre y eso solo hace que saque la rabia que me he encargado de alejar— estás asustando a Gabriela. —Te dije que no quería venir, tu no tienes por qué meterte en mi vida sin embargo fuiste por Gabriela para traerme hasta aquí, siempre jugando sucio— me desespero sabiendo lo que significa estar aquí. —Rodrigo— la escucho y no soporto que nadie me diga nada— estás gritando. —Como siempre Renato Izaguirre sabe muy bien cómo jugar sus cartas, sabías que no vendría por mi voluntad, por eso fuiste por ella, y tu— la miro viendo que sigue al lado de el— te he dicho que te pongas a trabajar que no estamos de vacaciones. ¡Nos vamos!. Finalizo saliendo pero papá dice que se siente mal, Gabriela actúa como yo ya preocupándose por el, le advierto que se mueve y no le crea nada, tomo la maleta y sigo mi camino hasta que ella grita por auxilio. —Gabriela, sigo siendo tu maldito jefe— me acercó a el
GABRIELA —Es tu casa pero si quieres vivir lárgate porque te juro que vas a conocer a la persona que te va a romper la cara en mil pedazos— hablo rabiosa sin siquiera mirarlo, no quiero ser débil— tú no eres más que una mierda más en mi camino y también podré contigo. Suelto la rabia, la decepción y la estupidez que me cargo porque realmente es muy idiota de mi parte pensar que un hombre como el sería bueno o amable, el solo es el tipo de persona que son como esos cazadores que tratan bien a sus presas para luego desollarlas, un maldito hipócrita con el que yo he sido más hipócrita aún porque la única verdadera razón para todo esto fue la lujuria, la pasión y lo lindo que ha sido sentirme el centro del universo cuando el solo me ve peor que los demás. —Te estás pasando.—No cago oro como usted pero no sé preocupes, sin dramas ni escándalos, me voy señor Izaguirre— habló casi en un susurro incapaz de mirarlo. —Haz lo que te dé la gana— escucho su voz más fría que la noche y se va
GABRIELA —!¡Cretino!— lo grito y lo empujó viendo que me mira como si fuese loca pero aquí el gran demente es el— no lo puedo creer— me arden los labios— te juro que no puedo creer que clase de loco del demonio eres— sigo dando vueltas y reclamando hasta que su cuerpo me acorrala en la baranda. —¿Acaso me vas a tirar?— veo desde arriba el primer piso, su respiración está dando en mis labios y es peligroso pero locamente sé que no me va a lastimar. —Eres un estúpido. —Y tu una aburrida— me susurra y se aleja— yo solo escuché que no habías salido del país, de hecho fue delante de la mujer que es la ex novia de tu ¿Ex?— recalca la última palabra con sarcasmo y le quiero pegar— me gustas— sus palabras las suelta de la nada y a mi se me han cerrado los pulmones— obviamente me gustas Gabriela y por supuesto yo a ti también— se quita la camisa y no me gusta, me encanta— Victor es mi amigo, yo realmente lo aprecio— ruedo los ojos en desagrado— aunque lo dudes es la verdad, pero he descubi
RODRIGO —Muy bien, solo serán 10 minutos más, si en 10 minutos no llegas Gabriela, estará bien, después de todo no me pienso morir por supuesto. Me digo a mi mismo en la locura que he hecho sintiéndome estúpido y absurdo, que diablos estoy haciendo es imposible no preguntarme porque no encuentro el raciocinio por ningún lado. Mi amistad con Víctor, el cariño que puedo sentir por su familia, el juramento que me hice a mi mismo después de la traición de esa mujer, todo mi mundo se ha ido al demonio desde el día en que me cruce con la desafiante y apasionada mujer del vestido rojo, la persona que me hace saber que soy una basura egoísta que no tiene límites cuando de satisfacer sus deseos se trata, y ahora mismo el pecho agitado y mis ojos me dicen que lo que mas deseo, es el fruto prohibido que viene con cara de asombro absoluto, los ojos verdes grandes destellan luz y el vestido rojo con abertura en la pierna logra que me cosquillee el cuerpo cuando estando a punto de irme, está aqu
GABRIELA —¡Oh Dios!. Gimo con el simple hecho de que me levanté con tal fuerza que me lleva con las piernas abiertas manejando mi cuerpo directo a los hermosos muebles que hay aquí, en el techo del yate, se que hay una persona abajo como piloto de este barco pero el que me maneja como le da la gana está aquí arriba y por mucho que quiero luchar hasta conmigo misma, no puedo, no quiero y me prendo de sus labios sintiendo que se sienta conmigo encima, no se en que momento pero ya tiene la bragueta suelta y su boca está prendida de mis pechos mientras me desespero más viendo cómo las junta, chupa y me mira sin perder el toque malicioso que hay en el. —Mierda nos van a ver— jadeo cuando el yate da un mínimo sobresalto pero terminó saltando yo cuando me muerde un pezón y me da una palmada— Rodrigo— arqueo mi cuerpo sintiendo la erección en mi centro y sus palabras que me llenan de morbo. —Que nos vean, estoy seguro que daremos un muy buen espectáculo— me jala el cabello y me besa— solo
VÍCTOR —¿Ella no sé ha comunicado?. —No señor, no hemos recibido ningún reporte de la señorita Montalvan— escucho a mi asistente a la que le digo que se vaya y me empiezo a estresar— terminamos por hoy, retirate. Camino hacia mi camioneta para ir al hotel australiano donde nos hospedamos junto al equipo de producción. La actitud de Gabriela simplemente no tiene sentido, ella siempre ha estado para mí y a mi lado, por encima de todo siempre juntos y ahora ya ni siquiera creo que nos podemos llamar una pareja porque estoy en otro país trabajando con mi ex novia mientras ella está en otro con mi mejor amigo, por un segundo el pensamiento se siente extraño y freno de golpe mis pensamientos ridículos haciendo que Cameron me mire asustada y me pregunté histérica que me pasa.—¡Diablos!— respiro bien cuando veo que mucha nieve se ha quedado estancada en los neumáticos— maldita sea. — ¿estás loco?— se molesta. —No me grites, estaba distraído— respondo rabioso, mi mal humor cada día est
GABRIELA —Ya se pero si dejas de gritar quizá puedas responder mi pregunta, ¿Como están todos?. Hablo por teléfono con Laura que parece una loca que me va a dejar sorda en cualquier momento, mi amiga no deja de preguntar cómo va todo, insiste en que no me preocupe por nada ni nadie pues espera que le este dando rienda suelta a la pasión y me rio porque si lo estoy haciendo, según ella sabía que el viaje de negocios terminaría en coger como animales y le quisiera decir que no, pero a ella no le puedo mentir. Según lo que me dice mis papás están bien, mi hermano Mateo también aunque nunca falta con el un dolor de cabeza, su irresponsabilidad me irrita pero continúa y me tengo que sentar cuando menciona a Víctor, a ella la ha llamado preguntándome por mi pero se limita a decir que estoy trabajando y pidiéndole que respete la separación que tenemos informando que en un par de días regresa de Australia. —¿Tan rápido?— pregunto sintiéndome peor porque yo tengo una semana aquí y no he tr