GABRIELA —Ya se pero si dejas de gritar quizá puedas responder mi pregunta, ¿Como están todos?. Hablo por teléfono con Laura que parece una loca que me va a dejar sorda en cualquier momento, mi amiga no deja de preguntar cómo va todo, insiste en que no me preocupe por nada ni nadie pues espera que le este dando rienda suelta a la pasión y me rio porque si lo estoy haciendo, según ella sabía que el viaje de negocios terminaría en coger como animales y le quisiera decir que no, pero a ella no le puedo mentir. Según lo que me dice mis papás están bien, mi hermano Mateo también aunque nunca falta con el un dolor de cabeza, su irresponsabilidad me irrita pero continúa y me tengo que sentar cuando menciona a Víctor, a ella la ha llamado preguntándome por mi pero se limita a decir que estoy trabajando y pidiéndole que respete la separación que tenemos informando que en un par de días regresa de Australia. —¿Tan rápido?— pregunto sintiéndome peor porque yo tengo una semana aquí y no he tr
RODRIGO —¿Puedes dejar tu histeria?— le digo sosteniendo sus brazos— todo tiene que estar bien. ¿Que hacía Klug aquí?. Pregunto viendo que Gabriela está histérica, no precisamente porque grita si no porque solo repite que ellos lo saben, creo saber más o menos por donde va su miedo, yo mismo estoy sorprendido de que el tipo y hasta la mujer estén por aquí, sin embargo no puedo ponerme a temblar por todo pero ella sí y ya no se si ahogarla o abrazarla, los ojos verdes y grandes se notan desesperados y la mirada de la gente me incomoda porque ella está temblando y yo me alteró como siempre. —Pobre mujer— escucho que dice una tipa— seguro el la engaña— comenta otra y no soporto a los metiches— es tan guapo como cruel los hombres son malos. —¡Ven aquí!.Tomo su mano haciendo que me abrace con fuerza, intentando indagar en que fue exactamente lo que pasó, pidiendo calma pero lo que más hace es llorar sin dejar de repetir que ya lo saben. —Gabriela ya, la venta va a pensar que te estoy
RODRIGO —La verdad más grande de mi vida.Coloco mis manos en su preciosa cara y la besó con furia, no de esas que le quiere arrancar la ropa odiando que me guste tanto, si no con una que le quiere decir que no se vaya de mi lado, que quiero que el tiempo en Italia sea eterno, la forma en la que nuestras lenguas se adaptan la una a la otra hace la mejor conversación del mundo, sus manos aferradas a mi camisa suspirando cuando dice que me anhela y yo… yo tanto o más que ella. Besos y caricias calientan el ambiente como siempre pero entiendo que no es suficiente cuando se aleja de mí para decir que es hora de que la burbuja se rompa, que está dispuesta a decirle la verdad a Víctor y asumir sus errores que son los míos también. —Basta, lamento mucho que tu amistad con él se vea destruida, pero no puedo seguir con esto— nos señala a ambos con los labios hinchados— si no se lo digo yo, Klug lo hará y al final su madre siempre tuvo razón— se limpia las lágrimas— yo no soy para él. —No,
GABRIELA —Estas loca Gabriela, locamente enamorada. Completa y tontamente loca pero con una felicidad que no me cabe en el pecho y menos en la cama que luce hecha un desastre tal como mi cabeza. Respiró hondo necesitando tomar mucho aire mientras Rodrigo se baña y veo que son las 5 de la tarde, los mensajes de Klug no han dejado de llegar al nuevo teléfono de mi jefe diciendo que somos los invitados de honor de su esposa y se que esto es plan con maña, pero me pongo a pensar que después de dos meses desde que el día en que me cruce con ese tonto, mi vida ha cambiado como nunca imagine, yo en otro país al lado de un hombre que no es Victor, eso es magia o castigo pero es real y aún escucho en mi cabeza la voz odiosa y magnífica de Rodrigo diciendo que me ama. —¿Puedes amar tan rápido?— me preguntó en silencio y mi respuesta es un seguro y apenado si— soy feliz pero a qué costo— me siento egoísta, no lo puedo evitar— sé que esto tendrá consecuencias pero he luchado mucho por evita
RODRIGO —¡Oh por Dios!, ustedes los ricos si que saben gastar. La escuchó susurrar mientras caminamos por el recorrido blanco y negro del lugar pero más que nada sorprendida tanto o más de cómo estoy yo y estamos ante los demás.En mi vida pensé que las cosas podrían ser así, después de tanta mierda descubrir que el amor existe sigue siendo un reto en mi vida porque si, no puedo llamar de otra manera a lo que siento por la mujer con la que camino del brazo ante todos. Tiene que ser amor porque solo eso puede ser tan fuerte e intenso al punto de haber traicionado a mi mejor amigo, a toda su familia y a mi mismo por la belleza que tengo a mi lado, la persona que me mira con asombro, nerviosismo y amor me llena por completo, porque aunque he estado presente en varias situaciones donde Victor y ella estaban juntos me siento satisfecho porque Gabriela nunca lo ha mirado como me mira a mi, con ese brillo que en dos meses encontré en quien menos esperaba, y me jode, la palabra correcta se
GISELLE—Ustedes hacen una hermosa pareja. Escuchó a la esposa de Klug mientras que Rodrigo está siendo asediado por más empresarios, viéndose tan grande como importante y yo con Kate aquí que me dice que no es el tipo de mujer que interviene en los negocios de su marido, que ella no tiene problema en admitir que se dedica a gastar el dinero de su esposo y con esa gracia, me dice si puede hacerme una pregunta personal logrando que se me paralice el corazón pero asiento que si.—Por supuesto señora Klug. —Soy Kate— me dice con una sonrisa— y no estoy vieja así que dice linda, ¿Rodrigo y tú son amantes verdad?.La pregunta me llega como un balde de agua helada y la cara me arde porque esa es la verdad, de una u otra forma así empezaron las cosas y aunque me atore con el vino, la morena hermosa no deja de dedicarme una mirada y sonrisa que parece sincera, mis ganas de hablar y decir alguna mentira ya no me dan y trago grueso tratando de disimular pero es imposible.La mujer me dice que
VICTOR —Mi amor, bienvenidos. Escucho a mi madre que parece no me hubiese visto en años, fueron un par de semanas en otro país al lado de mi ex y la decepción se nota en su cara cuando se da cuenta que si creía que algo iba a pasar entre Cameron y yo no podría estar más lejos de la realidad, la rubia está de mal humor, quejándose de lo poco amable que he sido con ella pero no me importa menos cuando le enseño a papá el anillo que compré para Gabriela. —!Oh por Dios!, es muy bonito— escucho a mi adorable hermana que quiere mucho a mi novia— no tienes idea la emoción que siento al ver que por fin Gaby vivirá con nosotros, aunque tengo una duda hermano. —¿Que pasa nena?. —¿Gabriela no termino contigo?. Se aman otra vez.—¡Cállate!— grita mi mamá— deja de decir estupideces— le dice a Jenifer— esa mujer nunca será bienvenida en esta casa, no lo es como novia de mi hijo, mucho menos como su esposa— me mira furiosa. ¿Qué diablos te pasa?. —¡Ya basta mujer!— interviene papá— tus gritos
GABRIELA —¿No serás ninfómana y solo por eso le entiendes al italiano cuando te la está metiendo?. Escuchó la llamada de mi mejor amiga y realmente me preguntó de qué manera ella ayuda a sus pacientes, aunque empiezo a creer que quizá tenga algo de razón. Rodrigo Izaguirre vivió muchos años entre España e Italia y me ha vuelto adicta a él de una forma escandalosa en más de un sentido porque aunque esa loca no deja de preguntarme cuántos orgasmos puedo llegar a tener, se que no es solo eso sino también la manera tan única que él tiene. Su hombría y arrogancia son como un complemento que debería odiar, a veces odio pero al mismo tiempo me da una seguridad inexplicable porque por Dios que no soy el tipo de mujer que espera valer por un hombre pero que ese hombre te haga sentir valorada son cosas que pueden parecer y ser un abismo de diferencias, las comparaciones en mi vida están presentes, me es inevitable y triste no poder dejar de pensar en eso pero no cabe dudas cuando recuerdo s