RODRIGO —Muy bien, solo serán 10 minutos más, si en 10 minutos no llegas Gabriela, estará bien, después de todo no me pienso morir por supuesto. Me digo a mi mismo en la locura que he hecho sintiéndome estúpido y absurdo, que diablos estoy haciendo es imposible no preguntarme porque no encuentro el raciocinio por ningún lado. Mi amistad con Víctor, el cariño que puedo sentir por su familia, el juramento que me hice a mi mismo después de la traición de esa mujer, todo mi mundo se ha ido al demonio desde el día en que me cruce con la desafiante y apasionada mujer del vestido rojo, la persona que me hace saber que soy una basura egoísta que no tiene límites cuando de satisfacer sus deseos se trata, y ahora mismo el pecho agitado y mis ojos me dicen que lo que mas deseo, es el fruto prohibido que viene con cara de asombro absoluto, los ojos verdes grandes destellan luz y el vestido rojo con abertura en la pierna logra que me cosquillee el cuerpo cuando estando a punto de irme, está aqu
GABRIELA —¡Oh Dios!. Gimo con el simple hecho de que me levanté con tal fuerza que me lleva con las piernas abiertas manejando mi cuerpo directo a los hermosos muebles que hay aquí, en el techo del yate, se que hay una persona abajo como piloto de este barco pero el que me maneja como le da la gana está aquí arriba y por mucho que quiero luchar hasta conmigo misma, no puedo, no quiero y me prendo de sus labios sintiendo que se sienta conmigo encima, no se en que momento pero ya tiene la bragueta suelta y su boca está prendida de mis pechos mientras me desespero más viendo cómo las junta, chupa y me mira sin perder el toque malicioso que hay en el. —Mierda nos van a ver— jadeo cuando el yate da un mínimo sobresalto pero terminó saltando yo cuando me muerde un pezón y me da una palmada— Rodrigo— arqueo mi cuerpo sintiendo la erección en mi centro y sus palabras que me llenan de morbo. —Que nos vean, estoy seguro que daremos un muy buen espectáculo— me jala el cabello y me besa— solo
VÍCTOR —¿Ella no sé ha comunicado?. —No señor, no hemos recibido ningún reporte de la señorita Montalvan— escucho a mi asistente a la que le digo que se vaya y me empiezo a estresar— terminamos por hoy, retirate. Camino hacia mi camioneta para ir al hotel australiano donde nos hospedamos junto al equipo de producción. La actitud de Gabriela simplemente no tiene sentido, ella siempre ha estado para mí y a mi lado, por encima de todo siempre juntos y ahora ya ni siquiera creo que nos podemos llamar una pareja porque estoy en otro país trabajando con mi ex novia mientras ella está en otro con mi mejor amigo, por un segundo el pensamiento se siente extraño y freno de golpe mis pensamientos ridículos haciendo que Cameron me mire asustada y me pregunté histérica que me pasa.—¡Diablos!— respiro bien cuando veo que mucha nieve se ha quedado estancada en los neumáticos— maldita sea. — ¿estás loco?— se molesta. —No me grites, estaba distraído— respondo rabioso, mi mal humor cada día est
GABRIELA —Ya se pero si dejas de gritar quizá puedas responder mi pregunta, ¿Como están todos?. Hablo por teléfono con Laura que parece una loca que me va a dejar sorda en cualquier momento, mi amiga no deja de preguntar cómo va todo, insiste en que no me preocupe por nada ni nadie pues espera que le este dando rienda suelta a la pasión y me rio porque si lo estoy haciendo, según ella sabía que el viaje de negocios terminaría en coger como animales y le quisiera decir que no, pero a ella no le puedo mentir. Según lo que me dice mis papás están bien, mi hermano Mateo también aunque nunca falta con el un dolor de cabeza, su irresponsabilidad me irrita pero continúa y me tengo que sentar cuando menciona a Víctor, a ella la ha llamado preguntándome por mi pero se limita a decir que estoy trabajando y pidiéndole que respete la separación que tenemos informando que en un par de días regresa de Australia. —¿Tan rápido?— pregunto sintiéndome peor porque yo tengo una semana aquí y no he tr
RODRIGO —¿Puedes dejar tu histeria?— le digo sosteniendo sus brazos— todo tiene que estar bien. ¿Que hacía Klug aquí?. Pregunto viendo que Gabriela está histérica, no precisamente porque grita si no porque solo repite que ellos lo saben, creo saber más o menos por donde va su miedo, yo mismo estoy sorprendido de que el tipo y hasta la mujer estén por aquí, sin embargo no puedo ponerme a temblar por todo pero ella sí y ya no se si ahogarla o abrazarla, los ojos verdes y grandes se notan desesperados y la mirada de la gente me incomoda porque ella está temblando y yo me alteró como siempre. —Pobre mujer— escucho que dice una tipa— seguro el la engaña— comenta otra y no soporto a los metiches— es tan guapo como cruel los hombres son malos. —¡Ven aquí!.Tomo su mano haciendo que me abrace con fuerza, intentando indagar en que fue exactamente lo que pasó, pidiendo calma pero lo que más hace es llorar sin dejar de repetir que ya lo saben. —Gabriela ya, la venta va a pensar que te estoy
RODRIGO —La verdad más grande de mi vida.Coloco mis manos en su preciosa cara y la besó con furia, no de esas que le quiere arrancar la ropa odiando que me guste tanto, si no con una que le quiere decir que no se vaya de mi lado, que quiero que el tiempo en Italia sea eterno, la forma en la que nuestras lenguas se adaptan la una a la otra hace la mejor conversación del mundo, sus manos aferradas a mi camisa suspirando cuando dice que me anhela y yo… yo tanto o más que ella. Besos y caricias calientan el ambiente como siempre pero entiendo que no es suficiente cuando se aleja de mí para decir que es hora de que la burbuja se rompa, que está dispuesta a decirle la verdad a Víctor y asumir sus errores que son los míos también. —Basta, lamento mucho que tu amistad con él se vea destruida, pero no puedo seguir con esto— nos señala a ambos con los labios hinchados— si no se lo digo yo, Klug lo hará y al final su madre siempre tuvo razón— se limpia las lágrimas— yo no soy para él. —No,
GABRIELA —Estas loca Gabriela, locamente enamorada. Completa y tontamente loca pero con una felicidad que no me cabe en el pecho y menos en la cama que luce hecha un desastre tal como mi cabeza. Respiró hondo necesitando tomar mucho aire mientras Rodrigo se baña y veo que son las 5 de la tarde, los mensajes de Klug no han dejado de llegar al nuevo teléfono de mi jefe diciendo que somos los invitados de honor de su esposa y se que esto es plan con maña, pero me pongo a pensar que después de dos meses desde que el día en que me cruce con ese tonto, mi vida ha cambiado como nunca imagine, yo en otro país al lado de un hombre que no es Victor, eso es magia o castigo pero es real y aún escucho en mi cabeza la voz odiosa y magnífica de Rodrigo diciendo que me ama. —¿Puedes amar tan rápido?— me preguntó en silencio y mi respuesta es un seguro y apenado si— soy feliz pero a qué costo— me siento egoísta, no lo puedo evitar— sé que esto tendrá consecuencias pero he luchado mucho por evita
RODRIGO —¡Oh por Dios!, ustedes los ricos si que saben gastar. La escuchó susurrar mientras caminamos por el recorrido blanco y negro del lugar pero más que nada sorprendida tanto o más de cómo estoy yo y estamos ante los demás.En mi vida pensé que las cosas podrían ser así, después de tanta mierda descubrir que el amor existe sigue siendo un reto en mi vida porque si, no puedo llamar de otra manera a lo que siento por la mujer con la que camino del brazo ante todos. Tiene que ser amor porque solo eso puede ser tan fuerte e intenso al punto de haber traicionado a mi mejor amigo, a toda su familia y a mi mismo por la belleza que tengo a mi lado, la persona que me mira con asombro, nerviosismo y amor me llena por completo, porque aunque he estado presente en varias situaciones donde Victor y ella estaban juntos me siento satisfecho porque Gabriela nunca lo ha mirado como me mira a mi, con ese brillo que en dos meses encontré en quien menos esperaba, y me jode, la palabra correcta se