Paso una semana y justo a punto de que la luz del sol iluminara a Rusia, se escucharon unos sonidos ahogados de respiración entrecortada, mezclados con gemidos de dolor.— Plaf... Plaf— Golpe tras golpe.El lugar era tan grande y vacío que los sonidos se escuchaban como música. ¿Quién iba a decir que el jefe de la mafia rusa, o lo que quedaba de su reinado, terminara en condiciones tan deplorables, solo y estancado? Incluso los aliados que daban su vida por el rey al final lo dejaron solo y sin protección. Ni siquiera un guardia escoltando a quien aún ostenta la corona.¿Lo que queda? Una bodega en medio de algún lugar en Moscú.Golpe tras golpe.Boca abajo y amarrado, un hombre se encontraba siendo un saco de boxeo mientras era golpeado. Un ser humano degradado a ser la herramienta para liberar la frustración, lo cual era evidente por cómo las venas de su atacante se alzaban hinchadas y furiosas cada vez que su puño conectaba con algún punto vulnerable del tipo inconsciente.En ese mo
Mijai tomó los documentos de la mesa y comenzó a leer con una mirada contemplativa, como si no le sorprendiera tener otro hijo sin nombre regado por Rusia. Es más, parecía satisfecho.Nombre: Nikolay RomanovCarrera: DerechoEdad: 28 añosCargo: Fiscal PrincipalLa carpeta no solo contenía las notas de la prensa por su trabajo, o el gran número de enjuiciamientos en procesos penales de alto perfil, sino un reconocimiento casi fanático por su belleza, lo que significa que es bastante famoso entre las mujeres.Pero lo más interesante fueron los documentos que detallan información clasificada de reuniones clandestinas con miembros de importantes partidos políticos rusos, contactos que eran conocidos para Mijai. Su influencia no solo no era vacía, sino conveniente.Un hombre ambicioso y manipulador; rasgos comunes para un heredero de la familia Volkov."Es sin duda mi hijo", pensó sin remordimiento. "Es incluso más mi hijo que cualquiera que haya criado por su propia mano".El aura mortal
Delante de Tamara se encontraba una mujer con gran contraste entre su rostro y el dinero que ostenta al vestir.Es algo gracioso, parece que despertar en lugares desconocidos con gente extraña se está haciendo costumbre.Lo único que la alivia es que sabía que no ha salido de la Cárcel Rusa.La incógnita es la extraña mujer que intenta hablar con Tamara. Es evidente que la mujer sabe que es una mujer. ¿Por qué no la expulsó? A menos que... ¿Sería una de las personas que la enviaron a esa cárcel? ¿Venían a ayudarla?Imposible, fue enviada a ese infierno a morir.Independientemente de la respuesta, debe escapar de allí.— Yo...— Tamara se agarró la cabeza cuando el dolor de cabeza comenzó a golpearla.Su corazón empezó a latir de manera incontrolable. El sudor de su frente se mezcló con las lágrimas secas de sus mejillas. Todo mientras las memorias que pasaron en sus sueños se repetían dolorosamente, fue tan horrible que quiso morir.¿Todo fue real? ¿Es quién era? ¿Cómo podría sentirse t
Sin que pudiera evitarlo, Tamara fue lanzada en el aire y escondida dentro de un cubículo más alejado de la entrada del baño público de la prisión, el hombre se abrió paso entre sus piernas apretadas. Ese cuerpo fácilmente femenino lo recibió con resistencia, pero sorprendentemente, al final se ajustó perfectamente a él.Ella quería gritar, pero al ver a Alexei relajado y frío, con esos ojos penetrantes que podrían derretir el acero, ella solo no pudo luchar."¿Cómo no lo noté antes?" Pensó Alexei. Es tan evidente para cualquiera; que el pequeño cuerpo del espía es el de una mujer.Tal vez sea gracias a esa feromona negativa que tiene como injerto debajo de la oreja y ¿De qué otra manera alguien tan controlador y posesivo como Adrianno dejaría ir a su experimento perfecto?Y esa voz masculina falsa, es desagradable.Su investigación concluyo en como tal feromona negativa evita que los hombres se acerquen demasiado; alterando el sistema nervioso masculino. La excitación de un hombre al
Ella se paró frente a la puerta con el pecho mojado y la respiración acelerada. Cerró los ojos y murmuró como un mantra, con las mejillas rojas de calor. ¡¡¡Ese hombre, tan vulgar!!! Se recostó sobre la puerta con el corazón acelerado y una tensión ante la necesidad de libertad corriendo por sus venas. Su actitud infantil, por un segundo, podía compararse a la de una adolescente que es descubierta viendo algo que no debería. Comenzó a reírse como si fuera una loca. ¡Estaba demente! Las emociones que había retenido salieron como si se tratara de la caja de Pandora. Estaba mojada; ella notó su cuerpo expuesto, su cordura frágil y divertida, exhibida para ser juzgada por cualquiera que pudiera alimentarse de sus pecados. El agua caía sobre sus mejillas, sabía salada como el agua de mar, tan profundas y vacías, pero a la vez tan llenas de emociones humanas e imperfectas.Al final, no había dónde ir. No importaba lo que ella hiciera, su destino era el castigo que la persigue, la cruz
La mañana se asentó en el rostro de la mujer inconsciente y maltrecha. La mujer con ropas masculinas tenía los ojos fuertemente cerrados mientras descansaba sobre la camilla de una enfermería desordenada. La brisa fresca tocaba ligeramente su rostro lechoso, haciendo que sus cejas se arrugaran con molestia. Justo en ese momento, unos ojos color turquesa se abrieron, mientras que sus párpados, como abanicos, se abrían y se cerraban con confusión.Lo primero que ella sintió fue un ligero dolor de cabeza, seguido de la sensación de vacío. Todo estaba en silencio, era como una hoja en blanco lanzada al abismo, no quedaba nada. Ni sonidos, ni emoción y mucho menos conocimiento.¿Quién era ella?Fue en ese momento que sintió algo que no era cómodo y que parecía estarla lastimando, entonces abrió su puño cerrado y vio un papel con una simple orden."Asesina a Alexei Volkov, te quedan dos días"¿Ase...si...nar? ¿Dos días?Por más que lo intentara, no entendía por completo la frase, ni siquiera
El silencio era demasiado intenso. Solo se escuchaba el sonido de una respiración errática; casi se podían escuchar el sonido de los engranajes moviéndose en la cabeza de Tamara. Sus pensamientos por poco materializándose en la soledad de la enfermería.Estaba atrapada.Y como si fuera poco, su pérdida de memoria no lo hacía más fácil.Ella se mordió el labio hasta que pudo sentir el sabor a cobre.—Tienes suerte de que la enfermería no tenga cámaras—La voz de un hombre se deslizó por el cuello de Tamara, como si de una serpiente se tratara— O podríamos atrapar a ratones curiosos, ¿no lo crees?Tamara se dio la vuelta y, para su sorpresa, la viva imagen de su superior se encontraba a tan solo unos pasos de distancia de ella; el cómo llegó a estar tan cerca sin que se diera cuenta la dejó paralizada.Él, sin medir palabra, le arrebata los documentos médicos de sus frías manos, sin siquiera preguntar, y les echa una ojeada enfrente de ella.En los labios del hombre tenía un indicio de un
Dedicatoria."Dicen que somos el conjunto de nuestros pecados"La noche respondió: “Entonces ven y prueba el mío"Los minutos se hicieron eternos, aun si todo parecía normal, no lo era. Había una extraña tensión en el aire. Respiraciones aceleradas, emociones a flor de piel. Esa noche era perfecta para entregarse a la perversión y la depravación humana. Es en ese momento que los tacones altos y joyas caras se escucharon entrando en finos autos blindados.El olor a perfume y alcohol estimuló tanto a los prisioneros como a los guardias.Ivanoc explicó de qué se trataba el evento, el secreto sucio del bajo mundo ruso.— Aun en la cárcel el dinero nunca para de moverse. Así funciona el mundo,Peleas.Apuestas.Dinero y sangre derramada.Al parecer ella tenía razón, las imágenes en su cabeza no eran falsas.Justo llegó la medianoche, toda la prisión parpadeó y las cámaras se apagaron; el color de las luces cambió a un rojo brillante. Esa noche, y lo que pasara, ¡Nadie nunca lo sabría! Tamar