Capitulo 4

¿Quién es este estúpido? ¿Cómo se atreve...? La ira de 776 apenas fue contenida por dos guardias; después de todo, el preso es un hombre altamente entrenado y difícil de contener.

Ivanoc no fue lo suficientemente rápido para detener la estupidez de su compañero. Intentó adelantarse para disculparse, o eso hasta escuchar pisadas fuertes y duras provenir de las escaleras. Todos los guardias presentes voltearon a ver al hombre de más rango, quien resultó ser el segundo al mando del director, Lucio Rigov.

Nadie podía determinar qué estaba pensando Lucio; no obstante, algunos estaban llenos de sí mismos, pero los Guardias Antiguos estaban llenos de precaución. Los ojos de su jefe estaban llenos de sonrisas pasivas y, por supuesto, sus míticos ojos de zorro en su esplendor fueron una advertencia clara para los presentes. No necesitaban conocer quién era para temerle, pero para aquellos que sabían exactamente quién era, pronto lo sabrían y no sería agradable.

Lucio bajó las escaleras y se detuvo justo en frente de la chica disfrazada de hombre. Fueron unos segundos bastante largos para Tamara, que se sintieron como piedras en su corazón; aun así, no apartó la mirada del zorro de Lucio Rigov.

Este sonrió ante la broma de la mujer frente a él. Tal vez los demás serían engañados, pero ¿él, alguien que fue doctor cirujano especialista? ¡Jamás! Conocía a la perfección el cuerpo humano. No obstante, a él no le importaba, porque mientras siga recibiendo dinero, lo demás es carne para cortar.

"¿Quieres ayudar a ese dragón herido, niña? ¿Sabe siquiera con quién está jugando?"

Jumm, Lucio no lo sabe, pero sería divertido averiguarlo, ¿verdad? Incluso más después de esa tarde, pues la niña de repente había sido diferente, y no solo distinta, sino contradictoria en su forma de actuar. Él necesitaba saber si ese negocio seguía valiendo la pena o no.

En cuanto a si sí o no... Bueno, los accidentes ocurren.

—Veo que está ansioso de trabajo, señor Bolka— dijo Lucio Rigov con voz dura. No le importaron los gritos o las protestas de los presos, especialmente la de un perro rabioso que solo sirve para ganar dinero, pues sus ojos estaban fijos en una niña problemática. Su pregunta silenciosa fue una "¿Quieres morir?" mientras su cabeza caía hacia un lado ligeramente.

La imagen de tal hombre, en tal posición, caminando casualmente sobre sangre seca, parecía digna de ser observada.

Tamara incluso pensó que era guapo de una forma retorcida.

Ella levantó la mano y detuvo a Ivanoc. Su posición era la misma, decidida a ayudar al chico.

¿Es acaso una mamá oso? El porqué la chica lo miraba con tal férrea protección le recordó a Lucio a alguien amado para él: su gato. Él aún recuerda cómo el animal acababa de tener a sus crías y era extremadamente protectora con ellas. Recuerda que cada vez que tocaba a sus pequeñas crías, esta le mostraba sus colmillos; unos pequeños y adorables colmillos. Es exactamente igual que la joven frente a él.

No sabía si ella era demasiado ingenua, tonta o... inteligente. Después de todo, el muchacho que intenta salvar no solo es un asesino o una máquina de matar, tan afilada como un cuchillo, sino un psicópata que acepta los golpes y mordeduras con una sonrisa, solo para sobrevivir.

Lucio tenía que aceptarlo; incluso admira al chico.

No obstante, a Lucio el chico no le importaba demasiado; solo le interesa lo divertido que será la expresión de Alexei cuando despierte y se dé cuenta de que fue demasiado lejos de sus límites y terminó perdiendo demasiado.

Sobrevivir para vengarse. Ese rostro sería una obra de arte. Claro, si lo consigue.

En cuanto a esta chica frente a él, es una pieza más de ajedrez.

Iba a negarse, pero...

—Señor... —dijo Tamara, con voz ligeramente temblorosa.

Lucio momentáneamente cerró los ojos, pues ese susurro de ruego fue casi orgásmico.

Mira eso, es divertida la expresión de esa chica. ¿Es su última esperanza? ¿Acaso esos ojos de cierva se llenarían de lágrimas al escuchar el abuso? ¿Sería divertido? La respuesta: sí.

Claro que la idea de que ella le deba puede ser más interesante. ¿Sus miradas pueden iluminarse ahora y poco a poco apagarse al pagar lentamente el precio?

¿Inocente... o una máscara? No le era relevante antes, pero ahora puede que sí. Después de todo, esas cuatro paredes son aburridas.

"No será gratis", transmitieron los ojos de Lucio, y aun así, Tamara aceptó.

Tamara sabía que Lucio no deseaba su cuerpo; recordó cómo nunca notó una sola mirada hacia ella, incluso la trataba como aire. Por lo cual, probablemente tenía que ver con otros tipos de beneficios que esperaba de ella.

¿Y qué? Después de todo, no es como si pudiera escapar de la atención de un hombre como el segundo al mando. Salvar una vida no cambia nada; en cambio, ella podría dormir sin escuchar los gritos de dolor por el abuso que ese preso estaba a punto de sufrir.

—Bien, ya que tanto quieres trabajar, ¡es todo tuyo!— dijo resueltamente Lucio—. Con esa energía, estoy seguro de que podré ponerte más labores.

Los guardias asintieron con la cabeza y obedecieron las órdenes del segundo a cargo de la prisión sin ninguna queja. Se dirigieron directamente a la enfermería de la prisión, donde desde el principio debieron llevarlo.

Lucio susurró unas palabras a su segundo al mando, palabras que Tamara no pudo escuchar.

—Espera, ¿quién es ese joven? Estaba a punto de ayudarlo y...— 776 se lanzó contra el guardia que cargaba al joven inconsciente.

No llegó muy lejos, porque un puñetazo en la mejilla fue suficiente para ponerlo en línea.

Todo ocurrió de manera demasiado rápida, y los demás no pudieron hacer nada, y no es que lo intentaran. Los guardias guardaron silencio, intentando no llamar la atención del tigre perezoso que estira sus garras. Para los guardias, Lucio es un doctor que se convirtió en un soldado, enviado a guerras en las que regresó sin un rasguño. Cómo lo hizo, bueno, había demasiadas especulaciones y ninguna era menos que sangrienta.

Los rusos admiran y temen a los fuertes; por lo cual, después de ese incidente, Lucio tenía una gran reputación.

Después de todo, ¿cuántos pueden decir abiertamente que lograron lo mismo?

Tantas vidas... El aura sangrienta a su alrededor era tan oscura y peligrosa que nadie levantó la mirada. El único ruso capaz de tanto salvar como arrebatar vidas; la misma parca en persona.

¿Qué más peligroso que un asesino que conoce a la perfección el cuerpo humano, cada punto vulnerable? ¿Acaso podría ser comparado con un simple boxeador de las calles?

Lucio saca la lengua para chupar una gota de sangre de Igor que quedó en su mano. 776 tiene la nariz reventada y sangra en el suelo como un cerdo. No pasó un segundo cuando Lucio escupió en la cara del hombre que golpeó, su propia sangre en su propio rostro.

Fue tan grotesco como aterrador. El ambiente antes tranquilo se volvió rápidamente inquietante.

Los rumores empezaron a circular de nuevo, y tanto los nuevos guardias como los nuevos reclusos se dieron cuenta de que había alguien más de quien sentir miedo.

Lucio no le dio la cara al pequeño luchador—. Igor... Igor... El perro Igor. ¿Has tenido suficiente o quieres repetir? Hace tiempo no hago este tipo de ejercicios y, aunque es agradable, estaría de mal humor por perder dinero.

¿Significa eso que solo vale mientras gana dinero?

Igor sintió tanta rabia por la humillación, y aun así, era un cobarde. Temía a los más fuertes, por lo que, sin dudar, inclinó la cabeza.

—Es un malentendido, no supe apreciar correctamente la situación— se inclinó con respeto al Subdirector Rigov—. Una disculpa.

—Entra de una vez— le abrió la celda y la cerró personalmente. Lo que explicaba correctamente el nivel de su ira, ya que él nunca hacía ese tipo de trabajos manuales.

Su sonrisa y aura pasiva volvieron lentamente hacia Tamara con una sentencia—. Mañana al atardecer asegúrate de aparecer en mi oficina. Tienes trabajo—. Con esas palabras que pesan como piedras en todos los presentes, el señor Rigov se marchó del lugar.

Los demás estaban decepcionados, pero aun así observaron cómo el mismo señor Rigov le habló directamente al nuevo guardia.

El guardia con apellido Bolka.

¿Qué acaba de pasar?

Eso quiere decir que había un nuevo favorito, ¿verdad?

Había guardias que veían a Tamara con sorpresa y algunos solo con compasión.

El jefe tiene una nueva víctima.

 

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