¿Quién este estúpido? ¿Cómo se atreve...? La ira de 776 a penas fue contenida por dos guardias, después de todo el hombre estaba altamente entrenado.
Ivanoc no fue demasiado rápido para detener la estupidez de su compañero. Intento adelantarse para intentar disculparse, o eso hasta escuchar pisadas fuertes y duras provenir de las escaleras. Todos los guardias presentes voltearon a ver al hombre con más rango, el cual resultó ser el segundo al mando del director, Lucio Rigov.
Sus ojos estaban llenos de sonrisas pasivas y por supuesto sus míticos ojos de zorro en su esplendor fueron una advertencia clara para los presentes. No necesitaban conocer quien era para temerle, pero para aquellos que sabían exactamente quién era; es como presenciar al diablo en persona. Muchos bajaron la mirada, pues por más pasivo que pareciera, incluso los presos con años detrás de rejas conocían su nombre. Un hombre que no podía ser subestimado.
Lucio bajó las escaleras y se detuvo justo en frente de la chica disfrazado de hombre, fueron unos segundos bastante largos para Tamara y se sintieron como piedras en su corazón, y aun así no apartó la mirada del zorro de Lucio Rigov.
Este solo pudo sonreír a la broma de la mujer frente a él. Tal vez los demás serían engañados, pero ¿Él, alguien que fue doctor cirujano especialista? ¡Jamás! Conocía a la perfección el cuerpo humano. No obstante, a él no importaba, porque mientras siga recibiendo dinero, lo demás es carne para cortar.
"¿Quieres ayudar a ese dragón herido, niña? ¿Sabe siquiera con quién está jugando?"
Jumm, Lucio no lo sabe, pero sería divertido averiguarlo ¿Verdad? Incluso más después de esa tarde, pues la niña de repente había sido diferente, y no solo distinta, sino contradictoria en su forma de actuar. Él necesitaba saber si ese negocio seguía valiendo la pena o no.
En cuanto a si no... Bueno, los accidentes ocurren.
— Veo que está ansioso de trabajo señor Bolka— Dijo Lucio Rigov con voz dura. No le importo los gritos o las protestas de los presos o en especial la de un perro rabioso que solo sirve para ganar dinero, pues sus ojos estaba fijo en una niña problemática. Su pregunta silenciosa fue una "¿Quieres morir?" Mientras su cabeza caía hacia un lado ligeramente.
La imagen de tal prospecto de hombre, y en tal posición, caminando causalmente sobre sangre en el suelo, parecía una imagen digna de ser observada.
Tamara incluso pensó que era guapo de una forma retorcida.
Ella levantó la mano y detuvo a Ivanoc. Su posición era la misma, decidida a ayudar al chico.
¿Es acaso una mamá oso? El porqué la chica lo miraba con tal férrea protección, le recordó a Lucio a alguien amado para él, su gato. Él aún recuerda cómo el animal acababa de tener a sus crías, y era extremadamente protectora con ellas. Recuerda que cada vez que toca a sus pequeñas crías esta le muestra sus colmillos; unos pequeños y adorables colmillos. Es exactamente igual que la joven frente a él.
No sabía si ella era demasiado ingenua, tonta o ... Inteligente. Después de todo, ese muchacho que intenta salvar no solo es un asesino, o una máquina de matar, tan afilada como un cuchillo; sino un sicópata que acepta los golpes y mordeduras con una sonrisa solo para sobrevivir.
Lucio tenía que aceptarlo; él incluso admira al chico.
No obstante, a Lucio el chico no le importaba demasiado; sólo le interesa en lo divertido que será la expresión de Alexei cuando despertara y se diera cuenta de que fue demasiado lejos de sus límites y terminó perdiendo demasiado
Sobrevivir para vengarse. Ese rostro sería una obra de arte.
En cuanto a esta chica frente a él, es una pieza de ajedrez más.
Iba a negarse, pero...
—Señor... —Dijo ligeramente Tamara.
Lucio momentáneamente cerró los ojos, pues ese susurro de ruego fue casi orgásmico.
Mira eso, es divertida la expresión de esa chica ¿Es su última esperanza? ¿Acaso esos ojos de cierva se llenarían de lágrimas al escuchar el abuso? ¿Sería divertido? La respuesta; Sí.
Claro que la idea de que ella le deba puede ser más interesante ¿Su mirada pueden iluminarse ahora y poco a poco apagarse al pagar lentamente el precio?
¿Inocente ...o una máscara? No le era relevante antes, pero ahora puede que sí. Después de todo, esas cuatro paredes son aburridas.
"No será gratis" Transmitió los ojos de Lucio, y aun así Tamara aceptó.
Tamara sabía que Lucio no deseaba su cuerpo, recordó como nunca noto una sola mirada hacia ella, incluso la trataba como aire. Por lo cual, probablemente tenía que ver con otros tipos de beneficios que esperaba de ella.
¿Y qué? Después de todo, no es como si pudiera escapar de la atención de un hombre como el segundo al mando. Salvar una vida no cambia nada. Además ella sabía que si lo que decía su memoria era verdad, ella tenía una deuda que pagar. Estaba muy consiente que el tipo pudo matarla y aún no lo hizo. Tal vez por eso ella en su mente estaba muy furiosa.
Lo que sea. Ella podría pagar su deuda y salir.
Aparte, lo que pasaba frente era tan desagradable que por lo que corresponde a ella, al menos podría dormir con la mente en paz.
— Bien, ya que tanto quieres trabajar ¡Es todo tuyo!—Dijo resueltamente Lució—Con esa energía estoy seguro de que podré ponerte más labores.
Los guardias asintieron con la cabeza y obedecieron las órdenes del segundo a cargo de la Prisión sin ninguna queja. Se dirigían directamente a la enfermería de la prisión, donde desde el principio debieron llevarlo.
Lucio susurró unas palabras a su segundo al mando, palabras que Tamara no pudo escuchar.
— Espera ¡Quién es ese joven! Estaba a punto de ayudarlo y...— 776 se lanzó contra el guardia que cargaba al joven inconsciente.
No llegó muy lejos, porque un puñetazo en la mejilla fue suficiente para ponerlo en línea.
Todo ocurrió de manera demasiado rápida, y los demás no pudieron hacer nada y no es que lo intentaran. Los guardias guardaron silencio intentando no llamar la atención del tigre perezoso que estira sus garras. Para los Guardias, Lucio es un doctor que se convirtió en un soldado, enviado a guerras, en las cuales regresó sin un rasguño.
¿Cuáles pueden decir abiertamente que lograron lo mismo?
Tantas vidas... El aura sangrienta a su alrededor era tan oscura y peligrosa que nadie levantó la mirada. El único Ruso capaz de tanto salvar como arrebatar vidas; la misma parca en persona.
¿Qué más peligroso que un asesino que conoce a la perfección el cuerpo humano, cada punto vulnerable? ¿Acaso podría ser comparado con un simple boxeador de las calles?
Lucio saca la lengua para chupar una gota de sangre de Igor que quedó en su mano. 776 tiene la nariz reventada y sangra en el suelo como un cerdo. No pasó un segundo cuando Lucio escupió en la cara del hombre que golpeó, su sangre en su propio rostro.
Fue tan grotesco como aterrador. El ambiente antes tranquilo se volvió rápidamente inquietante.
Los rumores empezaron a circular de nuevo, y tanto los nuevos guardias como los nuevos reclusos se dieron cuenta de que había alguien más de quien sentir miedo.
Lucio no le dio la cara al pequeño luchador— Igor .. Igor .. El perro Igor ¿Has tenido suficiente o quieres repetir? Hace tiempo no hago este tipo de ejercicios y aunque es agradable, estaría de mal humor por perder dinero.
¿Significa eso que solo vale mientras gana dinero?
Igor sintió tanta rabia por la humillación, y aun así, era un cobarde. Temía a los más fuertes, por lo que, sin dudar inclinó la cabeza
— Es un malentendido, no supe apreciar correctamente la situación— Se inclinó con respeto al Subdirector Rigov— Una disculpa.
— Entra de una vez— Le abrió la celda y la cerró personalmente. Lo que explicaba correctamente el nivel de su ira, ya que, él nunca hacía ese tipo de trabajos manuales.
Su sonrisa y aura pasiva volvió lentamente— Mañana al atardecer asegúrate de aparecer en mi oficina. Tienes trabajo—Con esas palabras que pesan como piedras en todos los presentes mientras el señor Rigov se marchó del lugar.
Los demás estaban decepcionados, pero aun así observaron como el mismo Señor Rigov le habló directamente al nuevo Guardia.
El guardia con apellido Bolkov
¿Qué acaba de pasar?
Eso quiere decir que había un guardia favorito ¿Verdad?
Había guardias que veían a Tamara con sorpresa y algunos solo con compasión.
El jefe tiene una nueva víctima.
¿Dónde..?" Los pensamientos de una mujer se hicieron presentes al no reconocer el entorno donde se encuentra . El sudor se acumuló en su frente por los nervios. Nada a su alrededor tiene sentido, ella podría compararse a una hoja en blanco lanzada a la oscuridad. No sabía nada; ni como terminó allí o quién es.Sí, sabía que estaba en una especie de enfermería, pero como se encontraba allí es un misterio. Lo único conocido es el terrible dolor de cabeza.Nadie estaba a su alrededor y en sus manos solo había una nota arrugada."Asesinar a Alexei Volkov"Fue en ese momento que se abrió bruscamente la puerta de la enfermería . Pronto entraron varios hombres, un señor con bata y una enfermera. Tamara tomo el papel y se lo trago de un solo golpe.— Guardia Bolka ¿Cómo se encuentra?— La pregunta provino de un hombre que parecía el más dominante de todos, como si fuera el que estaba a cargo.¿Guardia? ¿Se refiere a ella como si fuera hombre? Puede que no recordaba, pero sabía algo ¡Era una mu
—Tienes suerte que la enfermería no tenga cámaras—La voz de un hombre se deslizó por el cuello de Tamara, como si de una serpiente se tratara.Tamara se dio la vuelta y para su sorpresa la viva imagen de su superior se encontraba a tan solo unos pasos de distancia de ella. El cómo el hombre llegó a estar tan cerca sin darse cuenta fue tanto un misterio como una alarma para ella.Él sin medir palabra le arrebata los documentos médicos sin preguntar, y le echa una ojeada en frente a ella.En los labios del hombre había un indicio de una sonrisa, como la de un gato que juega con su presa. Era alto y elegante, su forma de hablar era pausada y sin emociones. Y sus ojos, los mismos que presionaron a Tamara eran tan profundos y oscuros que daban miedo. En ellos no había nada más que vacío.Aunque ella no se podía permitir tener miedo, frente a un cazador ¿Cómo podría rebelarse?—¿Hay algo aquí que no sepas de antemano? Después de todo, es tu informe—Expresó Lucio levantando una ceja ante T
Los minutos se hicieron eternos, pero al final llegó la noche, una que debía ser silenciosa, era todo menos eso. Se escucharon los autos blindados ingresando a la cárcel rusa. Guardaespaldas, tacones caros y el leve cosquilleo de joyas al moverse.No eran personas comunes y no es sorpresa tampoco.Fue a través de los comentarios de Ivanoc que al fin supo exactamente de qué se trataba el gran evento.El secreto sucio en el bajo mundo Ruso.Peleas entre presos, apuestas y dinero. Al parecer ella tenía razón, las imágenes en su cabeza no eran falsas.Justo llegó la medianoche toda la prisión parpadeo y las cámaras se apagaron; el color de las luces cambió a un rojo brillante. Esa noche, y lo que pasara ¡Nadie nunca lo sabría!Tamara se mojó los labios con nervios. Entendió el porqué ella no debió ser curiosa. Ella no escuchó nada de las pequeñas conversaciones banales de Ivanoc y los demás guardias. Su atención estaba fija en la puerta que daba directamente al rincón más oscuro de la pri