— ¡Belatrix! — Vuelvo a gritar y escucho como el eco de mi voz se pierde y la oscuridad me embarga.
¡Oh Dios mío! ¿Dónde estamos?
— ¡Nala, la bestia, Nala, busca al hombre bestia! — Escucho de nuevo la fuerte respiración y me detengo un segundo.
La voz de mi hermana es cada vez más débil, debo estar acercándome.
— Recuerda a la abuela, Nala, la bestia — Camino con suavidad, todo está oscuro y no quiero golpearme.
No le encuentro sentido a lo que mi hermana dice, la bestia la está atacando, entonces ¿Por qué me pide que la busque?
— ¡Nooo! — Me detengo al escuchar el grito desgarrador y cargado de dolor de mi hermana.
No puedo hablar, siento que todos mis sentidos y órganos se han paralizado, parpadeo y mis ojos de una manera inexplicable se adaptan a la oscuridad y logro ver una habitación donde un bulto, que parece un cuerpo humano, se encuentra colgado de unos ganchos de acero.
Me acerco un poco y escucho el sonido amplificado de gotas al caer al suelo ¿Qué está pasando?
El bulto cae al suelo, con un fuerte y estremecedor ruido y veo los ojos abiertos y sin vida de mi hermana mayor. La expresión de la cara de Belatrix refleja el terror por el que pasó.
Sin embargo, no tengo tiempo de reaccionar porque en segundos observo como una sobra negra se lanza sobre ella y destruye su cuello en el acto.
— ¡Oh, Dios mío! — La oscuridad vuelve y no logro distinguir lo que está sucediendo.
— ¡Déjala! ¡Suéltala, maldito! — Grito y solo soy consciente de unos ojos que brillan en la oscuridad y de una fuerza desconocida que se acerca a mí y luego mi mundo se vuelve negro.
— Tranquila, estoy contigo. Lo estaré siempre — Abro los ojos y estoy siendo alejada del cuerpo destrozado de mi hermana.
— ¿Qué le ha hecho? ¡Déjeme! Quiero ver a mi hermana, tal vez pueda ayudarle —Me estremezco ante el olor que había identificado cuando el hombre se acercó a mí.
Es muy grande, pero antes de que mis ojos se cerraran podría jurar que he visto a un animal, a un inmenso animal lleno de pelaje oscuro y ojos brillantes ¿Fue él quien le hizo esto a mi hermana? ¿La bestia?
— Suélteme — Empujo con fuerza y golpeo al hombre que me deja caer al suelo.
Corro hacia donde se encuentra extendido en una maraña de huesos y carne, lo que fue el hermoso cuerpo de mi hermana Belatrix, rodeado de sangre fresca. Y, las lágrimas y el dolor que se adueñan de mi alma se vuelven lacerantes.
Me arrodillo a su lado y toco con suavidad su hermoso rostro, que de manera increíble no fue tocado. Cierro sus profundos ojos verdes y me concentro en su rostro; mis ojos se niegan a mirar otra parte de su cuerpo, quiero recordarla hermosa, como siempre fue.
— Tenemos que irnos ¡Ahora! — Escucho la penetrante voz y a pesar de que intento identificar al hombre, este se encuentra entre las sombras — ¡He dicho que ahora! — Escucho un fuerte rugido y cuando intento volverme hacia el lugar de donde se produce, siento un fuerte golpe contra mi nuca.
Caigo al suelo, sobre el baño de sangre que rodea el cuerpo de mi hermana y veo su rostro, el dolor es insoportable y mis ojos empiezan a cerrarse, sin embargo, el ruido de fuertes gruñidos hace que levante la mirada y la imagen de un inmenso lobo negro con ojos brillantes me sorprende.
¿Todavía hay lobos en este lugar?
El miedo me embarga y cierro los ojos cuando el animal gruñe a algo que seguramente se encuentra detrás de mi cuerpo y se lanza contra él.
Grito por la impresión y el dolor y antes de que mis ojos se cierren, solo puedo concentrarme en el hermoso rostro de mi hermana mayor: Belatrix.
ÓnixPuedo escuchar su risa y verla correr detrás de su hermana; una hermosa niña de largos rizos, ojos oscuros y piel olivácea. La veo crecer, sonreír a los chicos de su escuela y gruño ante esa imagen.La observo regalar su primer beso a un chico con gafas, que se ha sonrojado desde el momento en el que ha tocado sus labios y que se ha excitado sin poder controlarse y mi cuerpo se tensa.La veo emocionada, entregada por primera vez a un hombre que no supo cuidarla para luego destrozar sus ilusiones, la veo siendo consolada por su hermana mayor, la mujer que hace apenas unas horas fue asesinada de manera salvaje y brutal.La miro, solo la miro y mi mente se llena de imágenes de ella en el campo, en esta casa, con mi madre y los miembros de la manada.Abro los ojos y respiro con fuerza, siento un intenso nudo cerrándose en medio de mi vientre.Solo he dormido unos minutos y mi mente no dejó de reproducir al incordio de mujer que se encuentra durmiendo en mi habitación¡A la humana!—
Luciano se acerca sin responderme y luego comienza a pasearse por la habitación, algo que él sabe que me pone de los nervios.— ¿De qué manada la has sacado? Pensé que eras un lobo solitario, en todos los sentidos — La ironía en su voz me recuerda por un segundo a todo lo que renuncié hace cinco años y sobre todo, a lo que renuncié hace cinco minutos, al tener a la mujer humana tan cerca y dispuesta, así ella no lo quisiera demostrar.— De ninguna — No explico nada y me detengo en una página donde hablan sobre una profecía que creo conocer.— ¿Te has tirado a una hechicera? — Lo miro con el ceño fruncido y él levanta las dos manos — Espera. No vayas a decirme que lo has hecho con una vampira — Se acerca a mi lado y la seriedad en su mirada me confirman que ha dejado de jugar.— Solo hazlo — Le digo y continúo leyendo sobre el monstruo que desata un río de sangre.— Espera un momento ¿Por qué deseas que la protejamos? ¿Durante cuánto tiempo? — Me niego a bajar la mirada y, sin embargo,
Puedo querer a mi hermano, pero sabe que se está excediendo. No voy a volver y menos porque a Luminara, se le ha ocurrido volver a traicionar a los hombres lobos.Luminara y yo tenemos un pasado desastroso, el mismo pasado que me obligó a alejarme de mi manada y de mi familia y por el que a ella y a su padre los expulsaron de su manada y en la actualidad, no quiero tener ningún contacto innecesario con ella.— Ónix ha encontrado a su luna — Mi gruñido se vuelve más ronco y fuerte, lo que al final no hace la diferencia, porque Luciano continúa hablando — Es una humana y …— No soy un alfa — Replico, interrumpiendo la cantidad de estupideces que está diciendo.— La profecía — Responde Drago y siento como la furia empieza a invadirme.— La chica no es una hechicera, Drago, es una simple humana — Le explica Luciano.— Pero nadie dijo que tendría que serlo, todo depende de cómo se interprete, la profecía dice que solo que hechiza al alfa de la manada y para eso no tiene que ser precisament
Nala— ¡Detente!Mi corazón late con tanta fuerza que tengo miedo de enfermar en este lugar.Me he detenido ante la hipnotizante y potente voz del hombre que ha asesinado a mi hermana y no tengo la menor idea de por qué lo hice, por qué me he dejado controlar de esta forma y por qué mi cuerpo se estremece y arde ante su presencia.Me desperté en la casa del asesino y me obligué a pensar que no podía haber sido él, porque aunque no lo recuerdo muy bien, creo que mientras mi hermana era atacada, él llegó a protegerme.Sin embargo, todo fue tan confuso y todavía no tengo claro lo que sucedió anoche, que en este instante, hasta dudo de mí misma.Al estar en su casa y al tenerlo tan cerca, solo podía pensar en correr hacia sus brazos y en dejar que todos mis problemas fueran absorbidos por su fuerza y por su calor; lo que no tiene ninguna lógica, no conozco a este hombre y podría ser el asesino de mi hermana.Debo estarme volviendo loca, porque estoy segura de que anoche y en este mismo mo
Mi hermana ha sido asesinada de la forma más cruel y brutal que puede existir y yo podría estar dejándome seducir por su verdugo.— Porque quería atrapar al asesino. Si fuese lo contrario, no estarías en este lugar — Mi cuerpo vuelve a estremecerse y me abrazo intentando calmar la sensación de desasosiego que me invade de improviso.La persona que asesinó a mi hermana no tendría compasión de mí, de eso estoy segura. Y, sin embargo, sigo con vida.— Yo… solo quiero volver a mi casa y enterrar a mi hermana — Le digo.El estremecimiento en mi cuerpo aumenta, como si estuviera a punto de morir de frío y solo él fuese mi fuente de calor.Levanto la mirada y descubro que de alguna manera nos hemos acercado un poco más y que me muero por encontrarme entre sus brazos.— Vas a volver, te lo prometo — Me dice el magnífico hombre del cual no conozco ni su nombre, pero a quien, por alguna extraña razón, no temo.Él extiende su brazo derecho y como si estuviera siendo víctima de un hechizo o de un
— Ónix, gracias por salvarme anoche — Mi voz suena débil y me odio por la imagen de mujer desprotegida que acabo de brindarle.Decir su nombre se sintió como si estuviese entregándole mi alma, prometiéndome a él para siempre.¡Definitivamente, no volveré a leer esas historias!— Luciano va a encargarse de tu seguridad, no te preocupes, puedes pedirle ayuda a él o a sus hombres cuando lo necesites — Me dice y enseguida hace un gesto con la cabeza y se retira hacia el interior de su chalet.Luciano y Drago ya han salido y me apresuro a seguirlos ¿Ha dicho él y sus hombres? ¿Acaso son militares o un grupo de vigilancia civil?Todo esto ha sido muy extraño ¿Quiénes son estás personas? ¿Forman parte de un grupo organizado y el adolescente es el jefe? Si no recuerdo mal, le dijo a Ónix que ya no tenía derecho a ordenarle nada.Empiezo a arrepentirme al dejar que dos hombres me acompañen a atravesar el solitario bosque en una camioneta cuatro por cuatro.Drago y Luciano empiezan a hablar en
ÓnixMe obligo a dar un paso tras otro, mientras llevo en mis brazos el cuerpo inerte de mi pequeño hermano.Los miembros de la manada salen uno a uno de sus cabañas, observando mi procesión sin decir una palabra. Escucho los gritos de algunas lobas y los gruñidos de los lobunos.He vuelto al pueblo de donde partí hace cinco años y al que prometí jamás regresar, a pesar de que siempre estuve a unos cuantos kilómetros de distancia.He vuelto a la manada que rechacé, a las personas que abandoné y que decidí no proteger como el alfa que estaba destinado a ser.Regreso con el cuerpo sangriento de mi hermano en mis brazos y solo entregaré muerte a mis padres, a los que no veo desde hace cinco años.Continúo mi camino con la cabeza erguida y fija en la cabaña del Alfa.Orión y Freiya salen de ella y se precipitan a mi encuentro y puedo observar las lágrimas deslizándose por las mejillas de mi madre y el intenso dolor reflejado en el rostro de mi padre, dolor que yo nunca había conocido, has
Mi padre entra a la cabaña, seguido por Homero y algunos deltas y centinelas, y yo me quedo de pie observando a los lobos de la que antaño fuera mi manada y mi mente vuelve a ella, a la humana ¡Maldita sea!Cuando se fue con Luciano y Drago, intenté continuar con mi rutina. Cargué madera desde el almacén hasta mi taller y empecé a tallarla, buscando concentrarme en cada detalle; sin embargo, minutos después casi destruyo mi trabajo al comprobar que tallaba la carade Nala.Su nombre le encantó a mi lobo, como todo de ella y mi frustración aumentó minuto tras minuto.La llamada de Luciano diciéndome que el portón de la casa de Nala estaba abierto, me inquietó y pensé en ir a acompañarlos y de improviso sentí su miedo y desesperación; Nala estaba en problemas.Durante mi recorrido hasta su casa, la escuché llamar a mi hermano e intenté sentirlo; pero Drago todavía no había tenido su primera transformación como lobo y no pude sentir nada más allá de la tristeza y angustia de Nala.La escu