Ónix
Puedo escuchar su risa y verla correr detrás de su hermana; una hermosa niña de largos rizos, ojos oscuros y piel olivácea. La veo crecer, sonreír a los chicos de su escuela y gruño ante esa imagen.
La observo regalar su primer beso a un chico con gafas, que se ha sonrojado desde el momento en el que ha tocado sus labios y que se ha excitado sin poder controlarse y mi cuerpo se tensa.
La veo emocionada, entregada por primera vez a un hombre que no supo cuidarla para luego destrozar sus ilusiones, la veo siendo consolada por su hermana mayor, la mujer que hace apenas unas horas fue asesinada de manera salvaje y brutal.
La miro, solo la miro y mi mente se llena de imágenes de ella en el campo, en esta casa, con mi madre y los miembros de la manada.
Abro los ojos y respiro con fuerza, siento un intenso nudo cerrándose en medio de mi vientre.
Solo he dormido unos minutos y mi mente no dejó de reproducir al incordio de mujer que se encuentra durmiendo en mi habitación
¡A la humana!
— ¡Maldición! — Grito desesperado.
Me levanto de la silla de mi escritorio, que ha resultado ser de una incomodidad impresionante, y me dirijo hasta la sesión de mi biblioteca, en la que se encuentran los libros más antiguos donde se habla de nuestra manada y sus antepasados.
Anoche, cuando vi por primera vez a la mujer, mientras lloraba desconsolada contra el cuerpo deshecho de su hermana; el lobo que se había apoderado de mi cuerpo se impregnó en ella y no hubo duda de que para él, la humana, era su pareja destinada ¡Mi mujer!
¡Mi luna!
El feroz aullido que salió con potencia del pecho de mi lobo, me confirmó que no tendría escapatoria, mi lobo había encontrado a su luna y yo, solo estaba a merced de él, respirando y sintiendo cada respiración de la humana.
Desde que volví a mi forma humana, he tratado de alejarme de ella, pero su olor se ha vuelto más intenso, se ha despertado y solo me distrae: es tan dulce que empiezo a sentirme agotado por intentar resistirme, como si hubiese sido consumido por una chuta de adrenalina o de insulina
¡La humana debe irse ahora!
No he podido dormir bien a causa de su olor y su respiración, he sentido cada latido de su corazón y el mío ha respondido bombeando, acelerado, alterando mis vasos sanguíneos.
Estoy a punto de estallar y sentir la necesidad de protegerla contra todo lo que le ha sucedido y puede pasarle, no me ayuda a pensar con claridad.
— Levántate, debes irte — Ha amanecido hace algunas horas y necesito concentrarme en mi trabajo.
Pero solo de verla mi cuerpo se tensa y mi lobo interior aúlla desesperado, quiere protegerla y darle calor.
— ¿Quién eres? ¿Dónde estoy? ¡Oh por Dios! Has asesinado a mi hermana — Estaba seguro de que tendría que enfrentarme a su histeria cuando despertara, pero ahora no tengo tiempo para esto.
Me detengo frente a la cama y observo a la mujer de cabello y ojos oscuros y penetrantes que me lanza una mirada desafiante y llena de asco, como si yo fuese una aberración y eso que por fortuna me encuentro en mi condición humana y vestido de pies a cabeza.
Y a pesar de su mirada, puedo sentir como el deseo se despierta en ella, su corazón se la ha acelerado y la humedad se desliza por su centro. Respiro con fuerza y el olor picante y almizclado de su deseo se mezclan con su esencia dulce y natural. Está tan excitada que sus pezones se han endurecido y ha apretado con fuerza sus piernas.
Trago con dificultad, porque sé que debajo de esa sabana que ahora aprieta contra su cuerpo como si fuera su billete de salvación, solo lleva su ropa interior y su sensible y excitado cuerpo, recuerdo su silueta perfecta que pude observar anoche mientras me
deshacía de su ropa ensangrentada.
— Seamos claros, niña. No he asesinado a nadie, cuando llegué solo tuve tiempo de sacarte de ese lugar — Le digo y lanzo a la cama una camiseta y unos de mi hermano menor. Al menos esos no le quedarán tan grandes.
— ¿Dónde está mi ropa? — Pregunta con un tono autoritario.
Levanto una ceja y cruzo mis brazos, no sé quién se cree esta humana o quien piensa que soy, pero no va a tratarme de esta manera, ya tengo suficiente con ignorar las señales de su cuerpo y tener que controlar las reacciones del mío que es un traidor y de mi mente fantasiosa y libidinosa, como para soportar sus órdenes y su tono de voz prepotente.
— Tienes cinco minutos. Alguien vendrá a buscarte — Me alejo y me dirijo a la biblioteca, donde en el suelo, he organizado por fechas y por temas, varios tomos de pesados libros.
Estoy frustrado, estaba seguro de que anoche lograría acabar con lo que sea que está atacando a las mujeres y niños en esta zona, como si hubiésemos vuelto al siglo dieciocho.
Lo que en este momento está exponiendo a la manada de mi padre ante los humanos, que jamás van a comprendernos.
Ahora estoy seguro de que el atacante es un humano, pero anoche sentí algo diferente en su sangre y sus fluidos, o podría decirse que no sentí nada, como si este humano estuviese acompañado por un ente más poderoso, ¿Magia negra, tal vez?
La policía llegó segundos después de mi transformación y solo tuve tiempo de tirar del cuerpo desmayado de la mujer y sacarla del lugar antes de volver a mi forma humana y traerla a mi casa; lo que permitió que el asesino escapara.
La policía, como siempre, escogió el peor momento para hacerse presente.
— ¿Para qué me necesitas? No pensé que me dejaras acercarte a tu choza. El macho Sigma se ha dignado a pedir ayuda — El dueño de la fastidiosa y penetrante voz se acerca y palmea mi hombro.
Luciano es un beta en la manada de mi padre, es hijo del beta de la manada y asesor de mi padre; él y yo estábamos destinados a reinar juntos y ahora, él solo, se encarga de los omegas.
Le envié un mensaje solicitando su presencia con urgencia, algo que no había hecho en los últimos cinco años.
— Hay una mujer en mi habitación, necesito que la lleves hasta su residencia. Necesito que algunos de tus centinelas más experimentados se encarguen de protegerla ¡No puede sucederle nada! — Explico deprisa mientras continúo revisando uno de los libros.
Luciano se acerca sin responderme y luego comienza a pasearse por la habitación, algo que él sabe que me pone de los nervios.— ¿De qué manada la has sacado? Pensé que eras un lobo solitario, en todos los sentidos — La ironía en su voz me recuerda por un segundo a todo lo que renuncié hace cinco años y sobre todo, a lo que renuncié hace cinco minutos, al tener a la mujer humana tan cerca y dispuesta, así ella no lo quisiera demostrar.— De ninguna — No explico nada y me detengo en una página donde hablan sobre una profecía que creo conocer.— ¿Te has tirado a una hechicera? — Lo miro con el ceño fruncido y él levanta las dos manos — Espera. No vayas a decirme que lo has hecho con una vampira — Se acerca a mi lado y la seriedad en su mirada me confirman que ha dejado de jugar.— Solo hazlo — Le digo y continúo leyendo sobre el monstruo que desata un río de sangre.— Espera un momento ¿Por qué deseas que la protejamos? ¿Durante cuánto tiempo? — Me niego a bajar la mirada y, sin embargo,
Puedo querer a mi hermano, pero sabe que se está excediendo. No voy a volver y menos porque a Luminara, se le ha ocurrido volver a traicionar a los hombres lobos.Luminara y yo tenemos un pasado desastroso, el mismo pasado que me obligó a alejarme de mi manada y de mi familia y por el que a ella y a su padre los expulsaron de su manada y en la actualidad, no quiero tener ningún contacto innecesario con ella.— Ónix ha encontrado a su luna — Mi gruñido se vuelve más ronco y fuerte, lo que al final no hace la diferencia, porque Luciano continúa hablando — Es una humana y …— No soy un alfa — Replico, interrumpiendo la cantidad de estupideces que está diciendo.— La profecía — Responde Drago y siento como la furia empieza a invadirme.— La chica no es una hechicera, Drago, es una simple humana — Le explica Luciano.— Pero nadie dijo que tendría que serlo, todo depende de cómo se interprete, la profecía dice que solo que hechiza al alfa de la manada y para eso no tiene que ser precisament
Nala— ¡Detente!Mi corazón late con tanta fuerza que tengo miedo de enfermar en este lugar.Me he detenido ante la hipnotizante y potente voz del hombre que ha asesinado a mi hermana y no tengo la menor idea de por qué lo hice, por qué me he dejado controlar de esta forma y por qué mi cuerpo se estremece y arde ante su presencia.Me desperté en la casa del asesino y me obligué a pensar que no podía haber sido él, porque aunque no lo recuerdo muy bien, creo que mientras mi hermana era atacada, él llegó a protegerme.Sin embargo, todo fue tan confuso y todavía no tengo claro lo que sucedió anoche, que en este instante, hasta dudo de mí misma.Al estar en su casa y al tenerlo tan cerca, solo podía pensar en correr hacia sus brazos y en dejar que todos mis problemas fueran absorbidos por su fuerza y por su calor; lo que no tiene ninguna lógica, no conozco a este hombre y podría ser el asesino de mi hermana.Debo estarme volviendo loca, porque estoy segura de que anoche y en este mismo mo
Mi hermana ha sido asesinada de la forma más cruel y brutal que puede existir y yo podría estar dejándome seducir por su verdugo.— Porque quería atrapar al asesino. Si fuese lo contrario, no estarías en este lugar — Mi cuerpo vuelve a estremecerse y me abrazo intentando calmar la sensación de desasosiego que me invade de improviso.La persona que asesinó a mi hermana no tendría compasión de mí, de eso estoy segura. Y, sin embargo, sigo con vida.— Yo… solo quiero volver a mi casa y enterrar a mi hermana — Le digo.El estremecimiento en mi cuerpo aumenta, como si estuviera a punto de morir de frío y solo él fuese mi fuente de calor.Levanto la mirada y descubro que de alguna manera nos hemos acercado un poco más y que me muero por encontrarme entre sus brazos.— Vas a volver, te lo prometo — Me dice el magnífico hombre del cual no conozco ni su nombre, pero a quien, por alguna extraña razón, no temo.Él extiende su brazo derecho y como si estuviera siendo víctima de un hechizo o de un
— Ónix, gracias por salvarme anoche — Mi voz suena débil y me odio por la imagen de mujer desprotegida que acabo de brindarle.Decir su nombre se sintió como si estuviese entregándole mi alma, prometiéndome a él para siempre.¡Definitivamente, no volveré a leer esas historias!— Luciano va a encargarse de tu seguridad, no te preocupes, puedes pedirle ayuda a él o a sus hombres cuando lo necesites — Me dice y enseguida hace un gesto con la cabeza y se retira hacia el interior de su chalet.Luciano y Drago ya han salido y me apresuro a seguirlos ¿Ha dicho él y sus hombres? ¿Acaso son militares o un grupo de vigilancia civil?Todo esto ha sido muy extraño ¿Quiénes son estás personas? ¿Forman parte de un grupo organizado y el adolescente es el jefe? Si no recuerdo mal, le dijo a Ónix que ya no tenía derecho a ordenarle nada.Empiezo a arrepentirme al dejar que dos hombres me acompañen a atravesar el solitario bosque en una camioneta cuatro por cuatro.Drago y Luciano empiezan a hablar en
ÓnixMe obligo a dar un paso tras otro, mientras llevo en mis brazos el cuerpo inerte de mi pequeño hermano.Los miembros de la manada salen uno a uno de sus cabañas, observando mi procesión sin decir una palabra. Escucho los gritos de algunas lobas y los gruñidos de los lobunos.He vuelto al pueblo de donde partí hace cinco años y al que prometí jamás regresar, a pesar de que siempre estuve a unos cuantos kilómetros de distancia.He vuelto a la manada que rechacé, a las personas que abandoné y que decidí no proteger como el alfa que estaba destinado a ser.Regreso con el cuerpo sangriento de mi hermano en mis brazos y solo entregaré muerte a mis padres, a los que no veo desde hace cinco años.Continúo mi camino con la cabeza erguida y fija en la cabaña del Alfa.Orión y Freiya salen de ella y se precipitan a mi encuentro y puedo observar las lágrimas deslizándose por las mejillas de mi madre y el intenso dolor reflejado en el rostro de mi padre, dolor que yo nunca había conocido, has
Mi padre entra a la cabaña, seguido por Homero y algunos deltas y centinelas, y yo me quedo de pie observando a los lobos de la que antaño fuera mi manada y mi mente vuelve a ella, a la humana ¡Maldita sea!Cuando se fue con Luciano y Drago, intenté continuar con mi rutina. Cargué madera desde el almacén hasta mi taller y empecé a tallarla, buscando concentrarme en cada detalle; sin embargo, minutos después casi destruyo mi trabajo al comprobar que tallaba la carade Nala.Su nombre le encantó a mi lobo, como todo de ella y mi frustración aumentó minuto tras minuto.La llamada de Luciano diciéndome que el portón de la casa de Nala estaba abierto, me inquietó y pensé en ir a acompañarlos y de improviso sentí su miedo y desesperación; Nala estaba en problemas.Durante mi recorrido hasta su casa, la escuché llamar a mi hermano e intenté sentirlo; pero Drago todavía no había tenido su primera transformación como lobo y no pude sentir nada más allá de la tristeza y angustia de Nala.La escu
Luciano ha encontrado a su mate y no es una hechicera, así que sí, la manada cree en la profecía, el chance de su hijo para ser alfa, jamás llegaría.— Al parecer en el siglo dieciséis, se desató una cacería de hombres lobos igual o peor a la cacería de brujas y hechiceras, solo que la humanidad solo recuerda a las brujas que fueron quemadas y masacradas, pero nosotros también perdimos muchos de los nuestros — El sabio anciano comienza su relato y nadie en absoluto dice una palabra.Cierro los ojos y me veo contando la misma historia a un impresionado Drago de once años, mientras pasaba tiempo conmigo en mi aislada cabaña.— Una noche, un hombre lobo, el alfa de la manada y una hechicera fueron quemados uno al lado del otro,lo que pocos conocían era que el lobo y la hechicera se habían marcado como pareja en la antigua ceremonia de la Luna yque la hechicera llevaba en su vientre el fruto de esa unión — Me vuelvo a mirar al anciano.Nos habían contado que el hombre en su forma de lobo