Realmente era una persona de pocos amigos, tenía muchos conocidos y familiares, solo los veía en reuniones y fiestas sociales donde debía asistir como la perfecta esposa y compañera de Warren, pero toda esa gente superficial nunca me interesó. Solo estaban allí por negocios y más dinero, el propósito mayor en su vida era adquirir más dinero, no les era suficiente con el que tenían. Para ellos era importante mantener los juegos de poder, las rivalidades y ver al final quien ostentaba más y quien quedaba más arruinado.
Había una que otra mujer interesante, inteligente, empresaria, que realmente merecía la pena estar allí, en la cima del poder, pero eran sobre estimadas por los grupos de “caballeros”, las otras mujeres, las que iban como acompañantes eran huecas, se dejaban deslumbrar por la belleza superficial. Como yo lo había hecho con Warren, yo debía ser una de esas mujeres, siempre a la merced y brazo del hombre, me exhibía como uno de sus objetos, como uno de sus carros lÍbamos cruzando rápidamente la Motorway, habíamos tomado la autopista para llegar pronto al Hospital Saint Thomas, Ryan quería respuestas y las quería de inmediato. Si la corazonada era cierta y Joseph lo sabía, entonces era muy probable que desde el primer momento que cruzó por mi puerta supiera quien era yo. Mi mente arrojó el recuerdo de él observando las narcisas sobre la mesa y mi nombre tomado de ellas.– Bip – bip –––¿Aún estás viva?Warren Caruso––Tomé mi teléfono celular y cuando vi ese mensaje, el mundo cayó a mis pies. ¿Cómo podía saber Warren esa información? Solo había estado Ryan conmigo, era él el que me había salvado de morir por mi propia mano. La respiración se me empezó a entrecortar. ¡Ryan, no! No podía sospechar de nuevo en él. Mi corazón se negaba a hacerlo, tener confianza en una persona siempre era tan complicado. Pero con él era fácil, aunque muchas cosas lo hicieran ver de diferente manera…–
La estrepitosa visita a Joseph no nos reveló nada, al contrario, nos dejó con más dudas. Ryan también había venido hablar con los directivos del hospital, según entiendo explicó a detalle lo que estaba sucediendo, se culpó de todo y aceptó sus cargos. Algunos directivos le comprendieron como ya había mencionado Ryan con anterioridad, algunos de ellos también pertenecían al mal nombrado por mí “Club de las Amas”, no obstante, ni ellos aceptaron abiertamente quienes eran, ni Ryan los mencionó y todo esto tampoco ayudó a que Ryan obtuviera su trabajo de nuevo. De camino de nuevo en la carretera Ryan iba meditabundo, tanto él como yo se había dado cuenta que nos estábamos quedando solos. Nos habíamos comunicado con varios abogados para que nos ayudaran a entablar la demanda contra Warren y ayudarme con la custodia de Santiago, pero varios de ellos al escuchar el nombre de Warren Caruso y que tendrían que ir en contra nos rechazaban inmediatamente. Solo había aceptado uno e í
Queridos lectores, una vez más gracias por el apoyo que le han dado a mi historia, gracias por la paciencia y entender que escribir toma tiempo, he decidido poner la segunda parte aquí mismo para facilidad de ustedes y que la sigan leyendo aquí mismo. Espero esta segunda parte sea de su completo agrado como la primera parte.Un abrazo gigante.Antes de amar y ser amado hay que darse la oportunidad de conquistar sus propios corazones, quiéranse, deséense en cuerpo y alma…_____________________– ¿Estás bien? – preguntó con voz adormilada.– No – por fin era sincera en esa respuesta. Se giró para verme, sus brillantes ojos negros inspeccionaron mi rostro, me limpió las lágrimas con ternura. – Lo recuerdo –
– Ven, Aurora – estiró su mano para que la tomase. – ¿Por qué me dices Aurora? – pregunté ya un poco más molesta, varios de los hombres allí presentes sabían muy bien cual era mi nombre, por supuesto Warren ¿Así de ebrio estaba para no recordar mi nombre?Apretó su mandíbula, abrió las fosas nasales en busca de más oxígeno para respirar y calmarse.– Tú solo obedece ¿Entendido? Elena… – me susurró al oído entre dientes y subrayado mi nombre con sus labios para que entendiera que si sabía muy bien quien era yo.Fruncí el ceño, pero no fui capaz de decirle algo más.Empecé a sentirme pesada, la cabeza me daba vueltas y las piernas cada vez más débiles.Warren me llevó al centro de la habitación, h
Ese hombre de ojos oscuros, me observaba con deseo era el único que en ese momento que me miraba, el resto de las personas esperaban ansiosas sus palabras. Yo solo quería ese lugar cayera y nos enterrara vivos a todos así eso implicara la muerte. – Warren – repitió más suave, la discusión era solo entre él y Warren.– Ella es mía – pronunció Warren al ver la mirada de aquel hombre sobre mí.– Entonces para qué la has traído – le contestó, sin dejar de mirarme, si lo hubiese visto en alguna otra ocasión, no habría adivinado que fuera un hombre que se dedicara a este tipo de abusos, su rostro perfecto, sus ojos oscuros e intimidantes solo hablaban del tipo que era en los negocios o a lo que se dedicara. Lo mismo que me había ocurrido con Warren, me había enamorado de sus perf
Elena se despertó esa mañana, pero no abrió los ojos de inmediato, espero, sintió como los dedos de Ryan se sumergían en su cabello, proporcionándole una caricia tierna, que le hacía olvidar por instantes por todo lo que estaba pasando, todos los dolores de su cuerpo y su alma, incluso de su mente. Se sentía rota e incompleta por supuesto le hacía mucha falta su hijo y el hecho de no volverlo a ver era lo que le hacía desear hasta la muerte.Elena podía superar todo lo que le había hecho Warren, ya lo había hecho una vez, pero cuando se trataba de Santiago su mundo se derrumbaba. Ryan se dio cuenta que Elena ya no dormía, así que empezó a acariciarle su piel desnuda, segundos después los labios de Elena se separaron un poco solo para permitirse respirar mejor, el calor entre ambos iba aumentando, en ese momento no sintieron el frío incl
Elena levanta su verde mirada, deseosa de más y más sexo. Ryan desliza su mano hasta su rostro y lo acaricia delicadamente, con ternura, con amor, un amor que nunca pensó sentir. Quién hubiese podido saber que ese hombre cambiaría tanto en su forma de ser después de enamorarse de la primera sonrisa de esa mujer, esa misma que ahora le brinda. – ¡Elena! – proclama su nombre antes de su boca, y si pierde en ella. El sabor de sus sexos se funde en sus lenguas, se saborean, arden en el fuego de su pasión, al punto que sienten derretirse en los brazos del otro. Ryan acomoda suavemente a Elena en la cama, la deja estirarse completamente, como si fuese a dormir y de un solo movimiento la gira, dejándola boca abajo. Desliza sus manos por debajo del cuerpo de ella, y hace un camino de besos por su espalda alta, hasta llegar a sus nalgas. Después del orgasmo la piel de Elena está ab
– ¿¡Qué estás diciendo!? – le pregunta, prácticamente gritando Elena a Ryan. Después de llevar varios minutos al teléfono, gritar e insultar a lo que parecía era su abogado, Ryan finalizó diciéndole que no aceptaría ningún tipo de trato con él, ni con nadie de su firma de abogados. Su petición le parecía descabellada, incluso perteneciendo a ese mundo del intercambio de favores, bienes, dinero y poder por sexo. Le parecía un chantaje y sobre todo ahora que era libre de estar con Elena, sin ningún tipo de contrato de por medio, dejaba que los celos y el egoísmo se apoderaran de él.– Cálmate, Elena. Por favor. Ya te dije, el imbécil este quiere un pago anticipado para ir en contra de Warren, y el pago es tener sexo contigo. No voy a aceptar ese tipo de chantajes en contra de ti. – N