Hola a todos! Estuve con problemas de salud y no había podido terminar este capítulo. Aún estoy mejorando lentamente, así que atentos por aquí. Bso Kika
Celeste Creo que nunca había sido tan feliz en toda mi vida. No solo estaba en el lugar de mis sueños, sino también con el hombre que me hacía vibrar. Nunca imaginé tener a alguien así junto a mí. Alaric era muy dedicado, y durante días se había empeñado en enseñarme todo lo que él sabía. Era un maestro maravilloso y, como hombre, me había mostrado ternura y compasión. Me tocaba de forma delicada, y sus besos eran incluso mejores que este jardín. Aunque estábamos encerrados en este lugar, escondiéndonos, nunca me había sentido tan libre.Cuando lo vi empapado en agua, con sus ropas siempre tan finas cubiertas de lodo y tierra, no pude evitar reírme. Mi rey gruñón y siempre molesto había cambiado mucho. Pensé que se reiría, pero algo en su mirada me decía que estaba sintiendo algo muy diferente. En sus ojos parecía arder un fuego. Entonces, al mirarme, comprendí la razón: tenía toda mi ropa completamente empapada. Mi falda larga y mi camiseta estaban tan mojadas que casi transparentab
AlaricYo le había confesado mi amor y todo lo que sentía. No me costaba decirlo, pero lo que sí me dolía era darme cuenta de cuánto mal había hecho y confesarle mi culpa y mis errores. Me dolía saber que había herido a la persona que más amaba en el mundo. Mi cielo no se regocijaba en mis palabras; ni siquiera parecía creerme. Permanecía ahí, sentada sobre esa piedra, semidesnuda, mientras yo la presionaba con mi cuerpo. Me observaba a los ojos como si fuera la primera vez que me veía en la vida.—Desearía que las cosas hubiesen sido diferentes. Soy rey amargado, insoportable, vengativo y violento. Había cambiado, lo juro que sí, pero luego, en la guerra, volví a tomar decisiones de las que me arrepiento—dije, con el corazón agitado, sin poder controlarme.Ella acarició mis pómulos, y por primera vez en mucho tiempo sentí cómo se me escapaban las lágrimas. Llevaba tanto tiempo con todo esto guardado que parecía que el mundo iba a detenerse si no confesaba y liberaba lo que tenía dent
CelesteCuando desperté, sentí que el mundo era otro. Abrí los ojos y los recuerdos del día anterior me invadieron. Hubo momentos en los que no sabía dónde empezaba su piel y terminaba la mía. Ahora estaba en su cabaña, en su gran cama, seca y abrigada con una sábana. Mis dedos fueron a mi cuello… recordé que no me había marcado ¿Por qué? —Mi dulce amor — pronto sentí sus manos en mi espalda, acariciándome suavemente. —Esta es la mejor mañana de toda mi vida —añadió, besando mi frente. Yo solté un suspiro de felicidad.—La mía también — Noté una expresión cansada en su rostro. Ya estaba vestido y peinado, como si nada hubiese sucedido. —¿Me perdí de algo? —pregunté, confundida. Él me hizo un gesto para que mirara hacia el jardín. Entonces recordé lo que había pasado: era como si el cielo hubiera caído con la lluvia, y el río parecía haberse desbordado, alcanzándonos.—Mi mate, casi inunda todo —respondió, divertido, mientras sus ojos verdes brillaban con intensidad —Estuve acomodando
EvaMe habían tenido presa por quién sabe cuánto tiempo. Su Majestad me había dejado aquí para que fuera espía de estos imbéciles, y yo no estaba acostumbrada a hacer las cosas mal o a medias. Si estaba obligada a hacer de doble traidora, no me quedaba otra que hacer mi labor bien.—¿Esto es todo lo que tienen? —dije, empezando a sentir lástima al ver a mis oponentes.—Es una mujer que no conoce su lugar. Se cree más importante que todos —comentó Alfa Simón con desprecio.Dos lobos venían a atacarme. ¿Eran ciegos y sordos o simplemente muy brutos? Había estado peleando todas las noches durante días y no había perdido ni un solo encuentro. Se supone que era mi forma de castigo, y sobraban voluntarios. Dicen por ahí que hay que luchar para llegar a la cima, y mi cima era estar en esta casa y descubrir qué secretos ocultaban.—Por la diosa, ¿podrían dejar de enviarme lobos tan malolientes y feos? —dije suspirando. Los lobos se miraron con esa sonrisa de suficiencia, convencidos de tener
Celeste—Tienes que intentarlo de nuevo —decía él fijamente, mientras yo ni siquiera podía concentrarme. ¿Cómo podría hacerlo? Mi vida había sido un tormento, y justo cuando encontraba paz, resultaba que por seis años debía estar bajo el control de un vampiro poderoso, enemigo de mi compañero. Por si fuera poco, no tenía buenas intenciones conmigo, y para rematar, Alaric parecía convencido de sacrificarse, dejando que las consecuencias de no cumplir el trato sucedieran. No me dijo específicamente cuáles serían, pero no había que ser un genio: seguramente implicaban la muerte, sufrimiento y dolor. Yo no podía perderlo, simplemente no podía.—¡Tiene que haber una solución! Este no puede ser el final. Yo no puedo haber tenido una vida terrible para luego encontrarte, perderte ¡y tu igual! ¡Tantos años! —exclamaba, agitada, mientras él solo intentaba que continuáramos entrenando. Desde hace días insistía en que era vital que siguiera fortaleciéndome y preparándome, pero ¿cómo podía hacerlo
Celeste Mi rey me observaba mientras detallaba su piel y su cuerpo. Podía ver sus músculos marcados, su piel enrojecida. Su cabello oscuro se veía húmedo y su expresión era indescifrable. No sé qué rayos tramaba; cruzaba los dedos para que no fuera un entrenamiento. Estaba cansada de discutir y de intentar controlar mis poderes sin mucho éxito. Quería hablar con él de nuestro futuro, no de la guerra ni de los problemas que vendrían, sino de un futuro realmente juntos. Deseaba que recorriéramos el jardín tomados de la mano, viendo cada flor y cada árbol, escuchando cantar a cada pájaro, y luego bañarnos junto al río. Quería finalizar cada noche tocándolo y besándonos hasta que amaneciera.Pero yo misma lo había dicho: no éramos una pareja y teníamos tantas cosas en contra que ya había perdido la cuenta. Pequeños momentos así hacían que todo valiera la pena.—Me gusta mucho la motivación que me da mi señor —dije, y lo escuché gruñir. Acarició lentamente mi cuello y pude sentir su poder,
Eva —No se le puede creer a esa mujer, ¡ni darle una pizca de confianza! —Félix seguía chillando, molesto. Pero me había dado un primer paso al ganarme la curiosidad de Valerius.El vampiro era impactante. Las canas plateadas adornaban un rostro que, de no ser tan severo, sería atractivo. Aunque era un oponente formidable, del que estaba segura no sobreviviría en combate, mi atención se desviaba hacia la hechicera. La mujer era des-lum-bran-te, con una belleza que me resultaba inquietantemente familiar. Lo más perturbador eran sus ojos: un azul oscuro que jamás había visto antes.—¿Qué piensas, Índigo? — se dirigió Valerius a ella.—Creo que Su Excelencia tiene razón. Hay que darle una oportunidad a la recién llegada. No por ingenuidad, ni por simple bondad, sino porque el destino nos ha favorecido una vez más. Alaric vino a buscar su ayuda, Excelencia, un movimiento que usted deseaba desde hace siglos. Y ahora el destino ha dejado a esta vampira a nuestra disposición.Me observaba d
Alaric Mi mate era asombrosa, fuerte y valiente, pero ahora yo no podía dejar de ver con asombro el fuego en sus ojos. Por tenerme de esta manera, podía sentir su deseo y la forma en que me veía. Las pequeñas gotas que se movían por mi pecho y mi cuello parecían ser las puntas de sus dedos. Ella me tenía su alcance tal cual deseaba y juro que nunca perdonaré a los desgraciados que ahora nos interrumpían. —Los destruiremos, cuenta con eso— susurro Roy, ahora deseoso de sangre. — Mi cielo tenemos que irnos. —¿Irnos? —preguntó, mientras el brillo en su rostro comenzaba a apagarse. —No estamos solos. Hay enemigos afuera. Este lugar es especial, y no pueden descubrirlo. Necesito sacarte de aquí, sana y salva, lo siento — Vi la tristeza dibujarse en su rostro, el agua inmediatamente cayó y perdió su fuerza —Volveremos. Este lugar siempre será nuestro. Lo prometo. Pero ahora tenemos que volver al castillo. Ella asintió de nuevo, aunque podía notar la duda en sus ojos. Comenzamos a re