«Ate, perra, me dejaste sola, vuelve a la mansión de inmediato, hay una invitada inesperada».Ella frunció el ceño confusa, mientras Lenox conducía. Tecleó una vez más en la pantalla para responderle a su amiga.«Ya estoy de camino, pero, ¿Puedes decirme quién es?».Pronto su teléfono vibró con la r
—¿Acuerdo? —él parecía confuso.—Sí, un acuerdo donde estipulaba que no nos inmiscuiríamos en la vida del otro por ningún motivo o circunstancia —declaró ella, mientras Valentino cerraba los ojos brevemente, conteniéndose de explotar—. Por lo tanto, ya que él tiene la desfachatez de traer a su amant
El desayuno culminó en un ambiente tenso. La señora Elsa, incapaz de soportar la escena protagonizada por aquella joven chiquita e irespetuosa, no tuvo más opción que regresar a su casa. Su disgusto fue tal que incluso se le bajó la presión. Mientras tanto, Lirio decidió no darle el gusto a Atenea d
—¡Desgraciado! —exclamó Atenea al liberarse finalmente, quedando agitada con los labios enrojecidos e hinchados—. ¿¡Qué te pasa!? ¿¡Enloqueciste!?.—¿Ese tipo puede tocarte, pero yo no? —cuestionó, retrocediendo dos pasos—. Si le abriste las piernas a un desconocido, supongo que no tendrás ningún pr
—¿Qué tanto hiciste con ella? —La pregunta de Lirio hizo aterrizar a Valentino de sus vagos pensamientos—. Tardaste mucho en bajar.—Ya te dije que no te metas en ese tipo de asuntos, mantente al margen —suspiró, llevando el vaso de licor a sus labios, de pie frente al ventanal de su despacho.—¿Por
—¿Quién te crees? ¡Yo soy la mujer de Valentino! —chilló furiosa, acercándose y arrojando el libro de Atenea al pasto—. ¡Deja de ser tan insolente conmigo!.—¿Y bien? ¿Ya terminaste la escena? —la pequeña rusa se levantó con tranquilidad y recogió el libro del suelo sin dejarse influenciar por las p
Ese día tan esperado había llegado, marcando la unión política entre las distinguidas familias Volkov y Rizzo. La noticia se propagó como un incendio a través de los medios, destacando la fusión de estas influyentes dinastías y su demostración de poder.Mientras la noticia acaparaba titulares, Atene
Valentino, siguiendo el protocolo, tomó la mano de la novia mientras ambos se encontraban frente al altar, atentos a las palabras del padre. A pesar de ello, Valentino disimuló su asombro al ver a una novia tan elegante, bellísima e inigualable, casi como un ángel, aunque en realidad era el demonio