Capítulo 30

Ada pasó toda la tarde esperando a Olivia, pero está no apareció, no sirvió su cena y tampoco llegó para ayudarla a prepararse para dormir.

Ada estaba realmente preocupada, no era normal que Olivia no hubiera vuelto a su lado, pero poco o nada podía hacer por ayudarla en caso de necesidad ¡si ella allí era otra prisionera! aunque su prisión tuviera barrotes de oro seguía siendo una prisión.

Cuando Ada despertó temprano en la mañana pudo ver cómo Olivia ingresaba en su dormitorio, Ada se sentó en la cama y pudo observar como Olivia se veía cansada, las ojeras bajo sus ojos y su postura le hacían pensar que no había pasado buena noche. Además de eso sus muñecas tenían unas profundas marcas rojas.

—¿Qué te ha pasado?¿Por qué no volvisteis ayer? Preguntó Ada visiblemente preocupada.

—Lo siento tenía mucho trabajo atrasado y después se hizo tarde para molestarte. Respondió Olivia de manera automática.

Ada sentía que Olivia estaba evitando responder su pregunta y le estaba