No tenía la menor idea de lo que me estaba tratando de decir la vida, si era una prueba, pero, joder, Maxwell es jodidamente tentador.Nunca lo había mirado con ojos de mujer, sino con los ojos de una mujer ambiciosa que quería superarlo, mostrarme mejor que él, demostrarle a mi padre que podría incluso si mi competencia era un hombre.Ahora mismo estoy contra el coche del hombre que más he odiado en mi vida, luego de haberlo visto tratando de darme celos con otra mujer y viendo como él se moría al ver la posibilidad de que estuviera con otro.No sé si aquello es suficiente para demostrar que tiene un interés genuino, pero admito que me pareció una situación excitante o tal vez es el efecto del alcohol, que no me deja pensar con completa claridad.El calor de su cuerpo apoderándose del mío, sus manos firmes tocando mi cuerpo, su mirada gritando que quiere tenerme, todo eso me llevó a cometer una locura, la locura que en otro momento me hubiera burlado y hubiera dicho que era imposible
Fue una noche que no podría quitarme de la mente nunca, era mejor de lo que alguna vez podría haber imaginado, tener a Marcelene, que se quedara dormida a mi lado y amanecer teniéndola en mi pecho, sin duda era algo que quería volver a repetir.Me levanté de su lado con cuidado, no quería despertarla, necesitaba de una ducha para poder despejarme un poco y si tenía la oportunidad de pasar aunque fuese unos minutos más a su lado los pensaba utilizar para demostrarle de lo que estoy hecho.Sé al final que ella no tiene buenos recuerdos de nosotros, siempre le he hecho la vida un poco más difícil, de hecho no hace más que unos días le quité un cliente importante y ni siquiera me paré a pensar en lo que acababa de hacer.Me metí bajo el agua caliente, todo mi cuerpo se empezó a relajar, puse un poco de música para que fuera un baño incluso más relajante. Una de las mejores maneras de empezar el día luego de una noche inolvidable o incluso en los días malos es darse un baño de agua calient
Me desperté por el sonido del celular sonando, no podía despegar mis ojos, tenía aún bastante sueño, pero no el suficiente para ignorar el sonido. Tanteé la mesa de noches, tomé el celular y respondí a duras penas.—¿Hola? —dije con mi voz somnolienta.Un silencio abrumador al otro lado, estaba a punto de dejar el jodido celular y seguir durmiendo, no sé a quién se le ocurría llamar a esas horas de la mañana, pero sin duda quería que se fuera a la mierda.—¿Quién eres? —escuché la voz al otro lado.No me pareció nada familiar, fue entonces cuando la razón se apoderó de mi mente, presté un poco más de atención, el sonido del agua corriendo en la ducha, la música suave y todo regresó a mi cabeza como si volviera a ocurrir en una secuencia rápida.—¿Quién eres tú? —pregunté sentándome de repente en la cama y mirando a mis alrededores.Quería creer que todo había sido un sueño erótico sin sentido, que me reiría de esto, pero estaba ocurriendo y entonces me di cuenta de que ni siquiera est
Los últimos días me había tratado de concentrar en la empresa, tratar de evitar que ella volviera a apoderarse de mis pensamientos, pero aquello había sido imposible, en cada situación me venía ella a la mente.Podía estar en medio de la reunión, explicando sobre un proyecto y de repente la imaginaba sentada encima de la mesa, con esa sonrisa traviesa, perdía toda la concentración, mi mente me quedaba en blanco, quería salir corriendo a buscarla.Han sido días difíciles tratando de evitar volver a buscarla, porque aquello fue lo que ella me pidió, pero hoy me desperté sintiendo que el aire me faltaba, que si no podía verla me moriría, no sé esto, parecía una especie de brujería.Le marqué a Thom y le pedí que me consiguiera el número de Marcelene, lo necesitaba de verdad que lo necesitaba, aunque me dijo que me estaba volviendo loco, que no parecía su amigo el de siempre, terminó por acceder a conseguirlo.No pasó mucho tiempo que mientras estaba en la ducha me llegó un mensaje, era d
No fue fácil escuchar a mi padre decir aquellas barbaridades, pensaba en mandar a la mierda todo el esfuerzo que había hecho solamente por una cosa, porque no me casaría con el hombre que él esperaba que me casara.Tenía una invitación ahí en pie, para una fiesta icónica, sabía que sería tema del cual hablar y tal vez la decisión que estaba a punto de tomar no sería la mejor de todas, pero era lo que me apetecía.Desde que había recibido la llamada de Maxwell, sabía que mi respuesta sería una pista de en donde podría encontrarme, no parece el hombre que se da por vencido ante nada.Tenía pensado el atuendo que iba a colocarme, no era lo que quizá el promedio esperaba, pero había elegido el personaje de una serie, que justamente cuando iba a una fiesta usaba ese atuendo, la protagonista tenía un parecido conmigo, así que me gustó en el momento que lo vi.Mi padre me vio cuando estaba a punto de irme, aún tenía el antifaz en la mano y se detuvo justo delante de mí, con la mirada inyecta
Por alguna extraña razón Marcelene estaba actuando raro, ese jugueteo que habíamos tenido en una primera instancia es lo más normal que había ocurrido entre ambos en la noche. Ella me había dejado en claro que no quería involucrarse en lo que estaba ocurriendo con Cecily, que no quería que sufriera por mi culpa, pero ahora lo había dado vuelta todo, ¿qué la había hecho cambiar de opinión de esa manera tan repentina? Vi esa secuencia, Cecily tomando su brazo, ella dejando caer el contenido del trago encima de su vestido, no parecía algo que había ocurrido por un accidente, de todos modos, si nos hubiera dejado en paz no tendría que haber pasado. No entendía por qué, ella me había tenido, habíamos podido tener la vida perfecta juntos, habernos comprometido, pero ella misma poco a poco lo había destruido. A veces me llevaba a preguntarme si realmente creía que lo nuestro no iba a terminar nunca, que siempre iba a tolerar sus tratos solamente porque habíamos iniciado algo. —Te vas a a
Me llevé de la mano a Maxwell por el pasillo, en busca de un sitio en el que pudiéramos estar a solas un buen rato, al final del pasillo había una escalera que daba a otro piso, no tenía la menor idea de que era lo que nos íbamos a encontrar al llegar, pero tampoco estaba pensando demasiado en ello.Traía ya varias copas encima, pero tampoco era ninguna excusa, quería estar con Maxwell, quería volver a experimentar aquella sensación tan diferente a todo lo que había vivido antes.Quizá era malo comparar una relación con la anterior, pero era inevitable ver que con Maxwell todo fluía de una manera tan diferente, sin sentir que las cosas eran forzadas, sin sentir roces desagradables ni incomodidades de por medio.Entramos en una habitación que parecía una sala vip, con un gran sofá de cuerpo, lo lancé encima de él, una sonrisa traviesa se dibujó sobre mis labios y el calor en mis mejillas me hizo saber que incluso con varias copas encima me sentía avergonzada.No iba a dejar que el mied
Amanecí con Marcelene entre mis brazos, podía jurar que luego de días durmiendo tan mal era la primera vez que al menos podía decir que dormí cómodo aunque no lo haya hecho por tantas horas.El timbre había sonado a primera hora y aunque es cierto que para ella no había hecho la mínima diferencia, yo no pude evitar despertar. Me demoré un par de segundos en despabilar lo suficiente como para levantarme de la cama, pero el timbre había sonado tantas veces que tuve que apresurarme para abrir antes de que ella terminara por despertarse.Al abrir la puerta me topé con el rostro de Thom, que parecía un poco espantado, quizá no había tenido una buena noche o había peleado con Jess, la prima de Marcelene.—¿Por qué estás en la puerta de mi casa tan temprano? —pregunté entre gruñidos— Quería aprovechar a dormir un poco más, llevaba noches sin sentirme tan bien.—¿Tú tienes la menor idea la que te está a punto de caer Maxwell? —preguntó pasando sus manos por la cabeza.Ni siquiera se quedó esp