Anna
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No sabía qué pensar, o sí, solo que me da miedo como ha estado creciendo todo esto y la forma como ha salido me hace cuestionar realmente lo que estoy haciendo con mi vida. Reginald ha venido, lo esperaba como un anhelo encubierto de mi corazón, pero no creí que en serio lo haría. De algún modo esto me hace querer gritar de emoción al tiempo que de miedo. La forma en como está yendo todo me hacen aterrizar y hacer un análisis de mi propia vida.
Lo cierto es que tengo a alguien que me quiere como soy venciendo sus propios prejuicios y que está dispuesto a cuidarme.
¿Me lo esperaba?
La verdad no, porque me pensaba una chica inteligente que podía hacer todo por sus propios medios; sin embargo, he comprobado que es todo lo contrario. No siempre, que puedas hacer todo a tu manera será la mejor opción de ejecutar una acción.
Me abrazo mis rodillas mirando hacia la puerta y deseando que él ya aparezc
Tengo que hacer cambios, eso lo tengo muy claro y más, ahora que las cosas con Reginald empiezan a ponerse bastante serias. Y vaya que pensar eso, me pone la piel de gallina porque no imaginé que pudiera hacer eso alguna vez, si no significaba algo económico. Tengo claro que me gusta y no porque sea un hombre bonito y atractivo ―que lo es en toda regla―. Y es que eso lo he visto en muchos y la diferencia con él es que me hace sentir diferente y protegida, como si no fuera otra chica más, sino que fuera única eimportante para él. No podría pensar lo contrario luego de cómo me ha sorprendido con todo lo que ha hecho por mí. Me cuida y es algo que no había experimentado en mi afán por valerme por mí misma. Y no es que quiera depender de él, y su disciplina es casi un fetiche, pero es solo que su actitud me da confianza y no dudo que me gustaría estar al lado de un hombre como él; sin embargo, he cometido tantos errores que ahora no sé si realmente logre
Estoy que río de los nervios, jamás imaginé que algún día tendría que hablarle a mamá del chico con el que salía, aunque Reginald no sea uno. En ese punto me sentía tan liberal que no lo creía necesario; no obstante, no soy yo, es él quien quiere ponerlo todo como corresponde y aunque me resulta extraño la situación. Sin embargo, tengo que admitir que me gusta su sentido de la responsabilidad.Las cosas con mamá salieron medianamente bien y la verdad es que no puedo discutirle ninguno de sus puntos porque es ella quien ha visto mi comportamiento de primera mano. Es mi madre y me ama, y lo acepta todo, aunque no esté de acuerdo con lo que haga. A la final, tenía más nervios de lo que él pensara de todo esto, pero lo ha tomado muy bien, e incluso ha sido quien se ha disculpado por meterse conmigo. Mamá ha aceptado sus disculpas y de paso le ha metido un gol diciéndole que esperaba que supiera con quién se estaba metiendo y, por primera vez en mi vida, sentí algo parecido a la v
No mentí cuando dije a Reginald que iba a renunciar, y la verdad es que tener esa responsabilidad hizo que me diera cuenta de que antes tengo que ser responsable conmigo. Por eso decidí cambiar muchas cosas y entre esas volver a la universidad cuando acabara el trimestre en mi horario nocturno. Es la primera de ellas, Reginald lo tomó muy bien; sin embargo, tampoco iba a irme sin terminar aquel reto que me había puesto y que creo que terminamos empatados. Entregué los diez análisis completos y él demostró que tenía su buen humor oculto en el fondo y lo dejó salir. Luego de eso, llevé mi carta de renuncia.No fue fácil, pero estoy convencida de que aún debo prepararme más y no dejar que sea mi apariencia la que hable. Lo veo así porque precisamente por esa causa era que creí que conseguiría todo. Además, que he comenzado a entender que, aunque papá hizo todo mal, al final estaba pensando en nosotras y ya no debería recriminarle su error, aunque estuviese mal. Otra de las cosas
―En serio te desconozco ―Kia exclama lanzando un resoplido.Ella me mira como si fuera alguien extraño o no fuera la Anna que conoció el día de mi primera clase en la universidad. No era algo que quería hacer y lo terminé haciendo por la presión de mi madre y hermana. En ese momento lo sentí así y por eso, aunque escogí una carrera que me gustaba, no le estaba poniendo todo el interés y lo que quería era salir volando y hacer muchas cosas, menos estudiar.Kia apareció en ese momento, ella andaba igual de distanciada que yo de lo que era el ambiente universitario y tuvimos una idea en común: odiábamos tener que ser correctas y estudiosas, y desde que hablamos la primera vez cuando nos encontramos en el baño fingiendo retocarnos el maquillaje, supimos que éramos afines. Ella era el impulso que necesitaba para hacer lo que quería. Nos hicimos amigas desde ese instante y empezamos a vivir la verdadera vida loca universitaria, esa que deja detrás las ñoñerías del estudio y
Un mensaje llega a mi teléfono y es de Christine, la hermana mayor de Reginald. Me escribe para consultarme si me puedo pasar más tarde por la casa de Reginald y mirar si han instalado los muebles que hacen falta. Sonrío al enviarle mi respuesta diciéndole que sí. Ella envía un guiño complaciéndose con mi respuesta. Y es que desde que Reginald me presentó formalmente con ellas, han sido muy amables conmigo y me tienen en cuenta para las decisiones, también que él les dijo que cualquier cosa me consultaran si querían mi opinión y lo han hecho. Ya falta poco para que esté terminada y luego de eso terminará nuestro nido de amor en el hotel.Desde que mamá buscó su propio y tranquilo lugar, yo sigo viviendo con él. Al principio fue extraño, pero al final, ambos nos hemos acostumbrado, aunque eso no significa que él quiera compartir su nueva casa conmigo. Hasta ahora no me ha dicho nada y, de todos modos, no quiero quedarme solo en eso y estoy buscando un lugar para mí. Solo que l
Pensar en ser plenamente feliz no es algo que hubiera meditado muy seguido, ya que mi felicidad se reducía a cosas un poco vanas, pero con el tiempo ―y las lecciones de la vida incluidas―, he aprendido que la felicidad es más que comprar vestidos, maquillaje, zapatos y verte como una seductora para ir de caza a las fiestas. Es solo tener a tu lado lo que es más importante. Las personas que te quieren bien: Tu familia. Yo me siento plena y feliz porque aparte de mi familia tengo también a la persona que quiero: Reginald, el hombre que supo ganarme, y que también terminé ganándolo.Las cosas han ido bien para los dos y juntos hemos podido empezar a construir lo que será nuestro futuro. En la víspera de mis veinte cumpleaños me pidió que me casara con él, pero solo ha sido hasta seis meses después cuando lo hemos llevado a cabo. No obstante, ese tiempo ha servido para que ambos arregláramos todo aquello que nos faltaba ordena
Anna════⁂════Personalmente, no anhelaba este día y deseaba que nunca llegara porque solo significa tener responsabilidades que no quiero; pero llegó. Termino de arreglarme y bajo hasta el comedor. Mamá está allí tomando su desayuno y no pierde vista de cada uno de mis movimientos, como si contara cada uno de mis pasos y calibrara lo poco decididos que están. Ahora somos solo ella y yo desde que Emma se casara y se marchara, y no me quejo porque me gusta estar en casa.Es grande y bonita, solo le hemos hecho un par de arreglos para remodelarla ahora que tenemos el dinero, para mantenerla a la altura. Todo eso es bueno, pero sé que ella no está contenta conmigo porque desearía que fuera otra “Emma”, abnegada y obediente; y yo no soy ella, tampoco será posible nunca. Ella ahora es feliz con su flamante marido y mientras, yo tengo que seguir buscando lo que quiero, pero no será por mucho tiempo porque también pienso encontrarme un
Hago un comedido asentimiento. Justo mi comida termina de calentarse, pero no la retiro aún del microondas. Parece un ejecutivo de planta y no quiero pasar esa vergüenza.―¿Dependencia? ―continúa preguntando ahora de forma más directa.Me espabilo un poco.―¿Disculpe?―¿En qué lugar empezaste a trabajar?―¡Ah, eso! ―exclamo un poco avergonzada porque me ha tomado por sorpresa―, recepcionista en la dirección general ―respondo y él hace un leve gesto con su boca que no sé si es de aprobación o lo contrario―, trabajaré como pasante para el señor Junot ―añado para más referencias.―¿En serio? ―pregunta demasiado asombrado y no puedo evitar sonreír.―Eh, sí ―respondo algo cohibida y deseando saber quién es y por qué el interés.―¿Y ya le has visto? ―pregunta y me da la impresión de que quiere generar algo de confianza.―Eh, no todavía, aunque me da igual si no le conozco. Pero seguramente he de caerle bien, porque él apreciab