Mentiría si dijera que las palabras de Reginald no calaron hondo dentro de mí. Eso último que dijo en sí fue bastante directo; sin embargo, no me hace sentir valorada como debería. Es que nadie ha puesto un precio, he sido yo quien lo he buscado. Cada cosa que me ha pasado solo es el reflejo de las consecuencias que yo misma he provocado. No obstante, si me hace muy feliz que no haya cambiado de opinión. Era lo que esperaba y lo que cualquier hombre adulto y sensato haría frente a una chica que hasta ahora está descubriendo lo que en verdad quiere.
La noticia de Emma también debería haberme puesto feliz; pero extrañamente la realidad de la situación me ha hecho ver que no era necesario hacer tantas locuras porque al final solo te queda darte golpes de pecho.
―¿Pasa algo, Anna? ―mamá pregunta.
Debe ser porque la monotonía con la que trato de comer el desayuno
Reginald════⁂════Tiene razón, estoy perdiendo el juicio y toda compostura con ella. Debería avergonzarme de mí mismo por hacer cosas que no son propias de mí, pero no lo hago. Debe ser porque por primera vez estoy siendo rebelde, viviendo una etapa que pasé por alto y que nunca disfruté, y no porque Franç y Betty me lo hayan impedido, fue porque yo lo quise así.Ellos me rescataron de un futuro que tal vez no sería ni la sombra de lo que estoy viviendo ahora, convirtiéndome en un chico afortunado; sin embargo, lo asumí del modo en que debía esforzarme y trabajar duro para corresponder con gratitud a la caridad que tuvieron conmigo.―¿Se te han quitado las ganas? ―pregunta con algo de picardía, apartando de tajo los aciagos pensamientos.Esos que me devuelven a un Reginald sin apellido, desamparado y que solo esperaba una única oportunidad en la vida para salir de su miseria.―No
Anna════⁂════No puedo afirmar que esto lo arregla todo, pero sí que hacerlo con él podría decirse que remedia en algo todos mis males y me meten en una burbuja que no quiero explotar, donde solo existe él y yo. Su cuerpo se mueve convulso dejándome en un letargo placentero por cuarta vez. Me abrazo a su cuello y permanecemos allí, quietos, solo escuchando los estertores de su pecho y el mío.Quisiera que no acabara, e incluso no salir a la realidad, porque no es bonita y me llevan a momentos como estos que terminan siendo, aunque muy significantes, bastante efímeros.No quiero eso.―Espera ―digo cuando se mueve para levantarse.Deseo que nos quedemos así un poco más.―¿Todavía no estás satisfecha? ―pregunta ladino.―¿Aun te quedan fuerzas? ―pregunto poniéndole un poco de sar
La alarma suena y, al aceptar que el tiempo de recreo había terminado, nos arreglamos y volvemos a la mesa de reunión para comer el desayuno y ponernos a trabajar como si no hubiera pasado nada. Él, en su puesto, a la cabeza, mirando mis informes y yo al lado mirándole a él. Lo único es que no llevo mis bragas, se las ha guardado otra vez y me pregunto si en realidad es algún fetiche.Aprieto mis labios con una sonrisa admirada de su temple. En un momento es el amante perfecto para toda principiante del sexo, y al otro, el jefe indulgente que revisa con lupa tu trabajo. Termina de revisar, cierra y apila cada carpeta, después levanta su mirada y pone una de misterio en su atractivo rostro.―¿Y bien? ―pregunto.―Aprobado el cincuenta por ciento.―Solo la mitad ―me quejo.―Te hace falta un poco más de perspicacia y también completar la cuota de diez, el porcentaje es sobre los cinco primeros entregados y algunos están incompletos ―expone.Aunque me molesta un poco que sea tan estricto,
La alarma suena y, al aceptar que el tiempo de recreo había terminado, nos arreglamos y volvemos a la mesa de reunión para comer el desayuno y ponernos a trabajar como si no hubiera pasado nada. Él, en su puesto, a la cabeza, mirando mis informes y yo al lado mirándole a él. Lo único es que no llevo mis bragas, se las ha guardado otra vez y me pregunto si en realidad es algún fetiche.Aprieto mis labios con una sonrisa admirada de su temple. En un momento es el amante perfecto para toda principiante del sexo, y al otro, el jefe indulgente que revisa con lupa tu trabajo. Termina de revisar, cierra y apila cada carpeta, después levanta su mirada y pone una de misterio en su atractivo rostro.―¿Y bien? ―pregunto.―Aprobado el cincuenta por ciento.―Solo la mitad ―me quejo.―Te hace falta un poco más de perspicacia y también completar la cuota de diez, el porcentaje es sobre los cinco primeros entregados y algunos están incompletos ―expone.Aunq
Reginald════⁂════De todos los viajes que he hecho a lo largo de mi vida, este es el menos grato, y no porque sea malo del todo, sino por lo que conlleva. Habría deseado quedarme enredado bajo las sábanas con Anna sintiendo su cuerpo tibio pegado al mío; pero no podía hacerlo, porque esto, más que una obligación es un deber moral para con el hombre y la mujer que asumieron sin pedírselo el rol de ser mis padres, y han sido los mejores, aunque aún no me termine de convencer de que es así.Suspiro hondo mirando por la ventana del jet familiar. Un capricho de Françoise para que las empresas Junot estuvieran a la altura de las muchas otras familias exitosas con un transporte de lujo privado; sin embargo, al final es más que un lujo porque nos sirve para ir a todas partes.Sacudo mi cabeza y pienso mejor en Anna y en que estará haciendo o pensando cuando lea la nota que le dejé, y creo que solo ella ha podido sacar e
Anna════⁂════Reginald se ha ido a su viaje, y entiendo lo difícil que era, pero aun así quería que supiera que estaba con él, aunque no me respondiera. Tampoco es difícil saber cómo ha salido todo al ver la cara de tensión de la señora Thorne apenas he llegado hoy viernes a la oficina. Ella ha estado al frente de todo mientras Reginald regresa y, a pesar de su postura fuerte y adusta, se nota que no solo le ha dedicado tiempo a su trabajo, sino también quizás a llorar.Lo extraño y me gustaría estar a su lado, pero es tan testarudo y reservado que no creo que me lo permita; y aunque lo deseo como no esperé que me sucediera, creo que puedo respetar su decisión. Suspiro hondo porque hoy por fin voy a devolver ese dinero. Había dicho que estaría pendiente, pero con la situación en la que está él y su familia es mejor no molestarle. Kia irá conmigo a sacar el dinero y hoy, después de clases, iremos a ese lugar.Admito que t
Reginald════⁂════―¿Hacia dónde vamos? Creo que este no es el camino ―Anna comenta, y tiene razón para hacerlo.―No irás allí.―¿Qué?Su expresión es de exaltación.―No irás allí y punto ―repito recalcando lo que he dicho.―Reginald, estoy feliz de que hayas venido, pero este es mi asunto y tengo que arreglarlo yo.―No es solo tu asunto, Anna, y lo vamos a arreglar, pero a mi manera ―espeto y ella se ríe.―¿En serio? ―pregunta, aunque no se escucha como un cuestionamiento y sí como un descreimiento―, ¿por qué?―Bueno, me importas y en parte es mi culpa por no haber sido firme con Arthur.―¿Arthur? ―pregunta con curiosidad―, ¿Qué tiene que ver ese señor?―Es la persona que ha pagado por ti ―respondo con bastante acritud, pero es que enterarme de que quiere comprar a Anna a toda costa no me pone precisamente feliz.―¿Cómo… lo sabes? ―pregunta, su voz suena cada vez menos firme y más trémula.―Me lo ha hecho saber el mismo y es la razón por la que tomé el vuelo de vuelta más rápido de l
Anna════⁂════No sabía qué pensar, o sí, solo que me da miedo como ha estado creciendo todo esto y la forma como ha salido me hace cuestionar realmente lo que estoy haciendo con mi vida. Reginald ha venido, lo esperaba como un anhelo encubierto de mi corazón, pero no creí que en serio lo haría. De algún modo esto me hace querer gritar de emoción al tiempo que de miedo. La forma en como está yendo todo me hacen aterrizar y hacer un análisis de mi propia vida.Lo cierto es que tengo a alguien que me quiere como soy venciendo sus propios prejuicios y que está dispuesto a cuidarme.¿Me lo esperaba?La verdad no, porque me pensaba una chica inteligente que podía hacer todo por sus propios medios; sin embargo, he comprobado que es todo lo contrario. No siempre, que puedas hacer todo a tu manera será la mejor opción de ejecutar una acción.Me abrazo mis rodillas mirando hacia la puerta y deseando que él ya aparezc