Anna
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No puedo afirmar que esto lo arregla todo, pero sí que hacerlo con él podría decirse que remedia en algo todos mis males y me meten en una burbuja que no quiero explotar, donde solo existe él y yo. Su cuerpo se mueve convulso dejándome en un letargo placentero por cuarta vez. Me abrazo a su cuello y permanecemos allí, quietos, solo escuchando los estertores de su pecho y el mío.
Quisiera que no acabara, e incluso no salir a la realidad, porque no es bonita y me llevan a momentos como estos que terminan siendo, aunque muy significantes, bastante efímeros.
No quiero eso.
―Espera ―digo cuando se mueve para levantarse.
Deseo que nos quedemos así un poco más.
―¿Todavía no estás satisfecha? ―pregunta ladino.
―¿Aun te quedan fuerzas? ―pregunto poniéndole un poco de sar
La alarma suena y, al aceptar que el tiempo de recreo había terminado, nos arreglamos y volvemos a la mesa de reunión para comer el desayuno y ponernos a trabajar como si no hubiera pasado nada. Él, en su puesto, a la cabeza, mirando mis informes y yo al lado mirándole a él. Lo único es que no llevo mis bragas, se las ha guardado otra vez y me pregunto si en realidad es algún fetiche.Aprieto mis labios con una sonrisa admirada de su temple. En un momento es el amante perfecto para toda principiante del sexo, y al otro, el jefe indulgente que revisa con lupa tu trabajo. Termina de revisar, cierra y apila cada carpeta, después levanta su mirada y pone una de misterio en su atractivo rostro.―¿Y bien? ―pregunto.―Aprobado el cincuenta por ciento.―Solo la mitad ―me quejo.―Te hace falta un poco más de perspicacia y también completar la cuota de diez, el porcentaje es sobre los cinco primeros entregados y algunos están incompletos ―expone.Aunque me molesta un poco que sea tan estricto,
La alarma suena y, al aceptar que el tiempo de recreo había terminado, nos arreglamos y volvemos a la mesa de reunión para comer el desayuno y ponernos a trabajar como si no hubiera pasado nada. Él, en su puesto, a la cabeza, mirando mis informes y yo al lado mirándole a él. Lo único es que no llevo mis bragas, se las ha guardado otra vez y me pregunto si en realidad es algún fetiche.Aprieto mis labios con una sonrisa admirada de su temple. En un momento es el amante perfecto para toda principiante del sexo, y al otro, el jefe indulgente que revisa con lupa tu trabajo. Termina de revisar, cierra y apila cada carpeta, después levanta su mirada y pone una de misterio en su atractivo rostro.―¿Y bien? ―pregunto.―Aprobado el cincuenta por ciento.―Solo la mitad ―me quejo.―Te hace falta un poco más de perspicacia y también completar la cuota de diez, el porcentaje es sobre los cinco primeros entregados y algunos están incompletos ―expone.Aunq
Reginald════⁂════De todos los viajes que he hecho a lo largo de mi vida, este es el menos grato, y no porque sea malo del todo, sino por lo que conlleva. Habría deseado quedarme enredado bajo las sábanas con Anna sintiendo su cuerpo tibio pegado al mío; pero no podía hacerlo, porque esto, más que una obligación es un deber moral para con el hombre y la mujer que asumieron sin pedírselo el rol de ser mis padres, y han sido los mejores, aunque aún no me termine de convencer de que es así.Suspiro hondo mirando por la ventana del jet familiar. Un capricho de Françoise para que las empresas Junot estuvieran a la altura de las muchas otras familias exitosas con un transporte de lujo privado; sin embargo, al final es más que un lujo porque nos sirve para ir a todas partes.Sacudo mi cabeza y pienso mejor en Anna y en que estará haciendo o pensando cuando lea la nota que le dejé, y creo que solo ella ha podido sacar e
Anna════⁂════Reginald se ha ido a su viaje, y entiendo lo difícil que era, pero aun así quería que supiera que estaba con él, aunque no me respondiera. Tampoco es difícil saber cómo ha salido todo al ver la cara de tensión de la señora Thorne apenas he llegado hoy viernes a la oficina. Ella ha estado al frente de todo mientras Reginald regresa y, a pesar de su postura fuerte y adusta, se nota que no solo le ha dedicado tiempo a su trabajo, sino también quizás a llorar.Lo extraño y me gustaría estar a su lado, pero es tan testarudo y reservado que no creo que me lo permita; y aunque lo deseo como no esperé que me sucediera, creo que puedo respetar su decisión. Suspiro hondo porque hoy por fin voy a devolver ese dinero. Había dicho que estaría pendiente, pero con la situación en la que está él y su familia es mejor no molestarle. Kia irá conmigo a sacar el dinero y hoy, después de clases, iremos a ese lugar.Admito que t
Reginald════⁂════―¿Hacia dónde vamos? Creo que este no es el camino ―Anna comenta, y tiene razón para hacerlo.―No irás allí.―¿Qué?Su expresión es de exaltación.―No irás allí y punto ―repito recalcando lo que he dicho.―Reginald, estoy feliz de que hayas venido, pero este es mi asunto y tengo que arreglarlo yo.―No es solo tu asunto, Anna, y lo vamos a arreglar, pero a mi manera ―espeto y ella se ríe.―¿En serio? ―pregunta, aunque no se escucha como un cuestionamiento y sí como un descreimiento―, ¿por qué?―Bueno, me importas y en parte es mi culpa por no haber sido firme con Arthur.―¿Arthur? ―pregunta con curiosidad―, ¿Qué tiene que ver ese señor?―Es la persona que ha pagado por ti ―respondo con bastante acritud, pero es que enterarme de que quiere comprar a Anna a toda costa no me pone precisamente feliz.―¿Cómo… lo sabes? ―pregunta, su voz suena cada vez menos firme y más trémula.―Me lo ha hecho saber el mismo y es la razón por la que tomé el vuelo de vuelta más rápido de l
Anna════⁂════Personalmente, no anhelaba este día y deseaba que nunca llegara porque solo significa tener responsabilidades que no quiero; pero llegó. Termino de arreglarme y bajo hasta el comedor. Mamá está allí tomando su desayuno y no pierde vista de cada uno de mis movimientos, como si contara cada uno de mis pasos y calibrara lo poco decididos que están. Ahora somos solo ella y yo desde que Emma se casara y se marchara, y no me quejo porque me gusta estar en casa.Es grande y bonita, solo le hemos hecho un par de arreglos para remodelarla ahora que tenemos el dinero, para mantenerla a la altura. Todo eso es bueno, pero sé que ella no está contenta conmigo porque desearía que fuera otra “Emma”, abnegada y obediente; y yo no soy ella, tampoco será posible nunca. Ella ahora es feliz con su flamante marido y mientras, yo tengo que seguir buscando lo que quiero, pero no será por mucho tiempo porque también pienso encontrarme un
Hago un comedido asentimiento. Justo mi comida termina de calentarse, pero no la retiro aún del microondas. Parece un ejecutivo de planta y no quiero pasar esa vergüenza.―¿Dependencia? ―continúa preguntando ahora de forma más directa.Me espabilo un poco.―¿Disculpe?―¿En qué lugar empezaste a trabajar?―¡Ah, eso! ―exclamo un poco avergonzada porque me ha tomado por sorpresa―, recepcionista en la dirección general ―respondo y él hace un leve gesto con su boca que no sé si es de aprobación o lo contrario―, trabajaré como pasante para el señor Junot ―añado para más referencias.―¿En serio? ―pregunta demasiado asombrado y no puedo evitar sonreír.―Eh, sí ―respondo algo cohibida y deseando saber quién es y por qué el interés.―¿Y ya le has visto? ―pregunta y me da la impresión de que quiere generar algo de confianza.―Eh, no todavía, aunque me da igual si no le conozco. Pero seguramente he de caerle bien, porque él apreciab
Supongo que sentirme estúpida después de mi metida de patas es poco para lo que he tenido que aguantar del señor odioso Junot. Después de ese incidente y a lo largo de toda la semana he tratado de buscar el momento adecuado para hacerle ojitos y disculparme, pero no ha sido posible, siempre tiene cara de póker y anda apurado con una reunión tras otra. Me da la impresión de que no quiere verme ni en pintura, y para su mala suerte estoy allí como una estampa en el mostrador de la entrada.Lo pienso así porque cada que entra pasa por delante y ni siquiera se digna a mirarme, como si eso que dijo que ya había visto suficiente de mí fuera cierto.¡Qué le pasa!En un principio le había disculpado su pésima actitud porque fue mi error no informarme bien y corroborar que lleva el mismo nombre de su padre, pero tampoco era suficiente para que me tratara como si fuese invisible. Me pregunto si con Emma era así.¡Qué estupidez!Seguro que no, la buen