Dalila

Al poco de sentarnos en el restaurante el castaño hizo su aparición.Vino hacía nosotros y cuando llegó a nuestra mesa ,sin previo aviso , acunó mi rostro entre sus manos y estrelló sus labios en los míos dando lugar a un beso apasionado.

—Te he echado de menos— susurró en mi oído después de haber inhalado en mi cuello.

—¡Vaya,cachorro!,el amor te ha vuelto un maleducado!— lo regañó el del pelo canoso.

—¡Lo siento!,¡hola tía,hola Owen!— saludó el Alfa sin remordimiento ninguno.Yo estaba con una tonta sonrisa en mi cara que nada tenía que ver con la efusiva muestra de cariño del lobo.

—No le hagas caso ,Dorian.¡Owen,no seas un cascarrabias!— el regaño de la rubia hizo que el mayor agachara la cabeza.

La comida fue divertida.Siempre pasaba un buen rato cuando estábamos con la pareja mayor, me hacían sentir que estaba en familia.Nunca conocí a mis abuelos,por lo que sabía los de mi padre ya habían muerto cuando yo nací y de los de mi madre, bueno,de mi madre no sabía nada así que me