— ¡Los padres de Ñeri lo descubrieron cuando estaba a punto de violar a Cielo! — Erwin temblaba, sus pupilas dilatadas veían la punta de la pirámide, estaba diciendo la verdad. — Ñeri drogo a su hermana, se suponía que sus padres no estarían esa noche, pero algo sucedió y ellos regresaron.— ¿Cómo s
Existen muchas formas de infringir miedo y dolor, Gabriel lo sabía muy bien, fueron largos años en los que investigo y puso a prueba diversas armas e instrumentos, decidiendo que los de la era medieval eran los mejores, pero fue solo hasta que leyó el diario de Melody, su abuela, que descubrió que l
— Por favor. — suplico y Alma estaba a punto de suplicar junto a él, no por su libertad, sino el salir del purgatorio antes que Gabriel ingresara a Erwin dentro del toro, el olor a carne quemada la asqueaba.— Siempre quise saber que sucede si agregas un poco de agua dentro, ya sabes, ¿Cómo sería he
— ¡Entonces piensa en ella! Mamá pensó en Baltazar y en mí, Pamela merece saber quién es su padre…— Yo no soy tan noble como nuestra madre, ni tan bueno como nuestro padre. — rebatió apretando los dientes.— Gabriel. — lo llamo intentando hacerlo entrar en razón. — Piensa en su bien…— ¡Lo hago! ¡¿
Marco salto de la cama, como cada vez que esa pesadilla lo asechaba, aunque no era una pesadilla, era un recuerdo, uno doloroso, su tortura personal, pues de los dos, él nunca tendría un hijo, porque con el tiempo comprendió por qué no se sentía satisfecho con ninguna mujer y es que, a Marco De Luca
Las palabras de Gabriel resonaban en la cabeza de Alma, quien no podía creer que su hermano hubiese malinterpretado sus emociones de esa forma, cuando se lo grito en el purgatorio, tenía ganas de golpearlo, y gritarle que estaba equivocado, que eso le pasaba por estar de metiche, y jugando a ser esp
— Papá. — murmuro queriendo saber qué pena lo embargaba.— Es tan angustiante el saber que la decisión de un tercero puede afectar de esa forma la felicidad de otras personas. — Alma negó con la cabeza.— Solo es una canoa y un rio, ¿Cómo iba a saber el pescadorcito que se amaban?— Creo que la preg
— Creo que somos nosotros los que crecimos demasiado, además no sé porque usas esas cosas que solo deforman tus pies, ya eres alta, no es como que lo necesitas. — Gabriel era un caso perdido, ahora lo entendía, esa era su forma de cuidarla, riñéndola, le era más fácil que decirle que se preocupaba p