— Si pasas toda un anoche llorando, no puedes pedirme que no me preocupe. — un león, silencioso y audaz, eso era su jefe, pues no lo vio acercarse, hasta que el pecho de Gabriel choco con sus brazos frente a ella, solo sus brazos impedían que Gabriel se amoldara a su figura y nuevamente su corazón c
Gabriel:El móvil continuaba vibrando en mi saco y poco me importaba, mi secretaria podria pasarse todo el día llamando, no pienso atenderla, Teo&Ely se podía ir al mismo infierno, el mundo en general podria arder en llamas y me importaría una m****a, porqué alguien había lastimado a mi mujer, y tod
— Mejor revíseme aquí en su sofá, me coció la cabeza ayer en este mismo lugar. — eso me enfada, no que ella se rehusé a ir a mi cuarto, aunque ya había pensado como devorarla, lo que me molesta es que en menos de 24 horas mi bollito de azúcar esta herida nuevamente.— De acuerdo, solo si me dices la
— ¿Él te golpeo? — no lo podía posponer más, debo saber si tengo que desempolvar solo mis cuchillos y arma o si también debería ir por mis juguetes de tortura, un taladro, unas pinzas, aunque también podria hacer pequeños cortes y llenar la habitación de ratas, dejar que lo devoren vivo y deleitarme
Las manos de Gabriel tocaron con delicadeza el borde del hematoma, midiendo su inflamación y comprobando que nada grave pasaba más de lo que se veía, mientras deseaba tener a Sergio frente a él, se imaginaba como lo mataría y las cosas que le haría antes de eso, pero poco a poco toda esa carga asesi
— Eso sí que es destruir el ego de un hombre. —felicito su jefe, aunque lo que más queria hacer era ir y medir su pene, mostrarle que por lo que había aprendido en su adolescencia su tamaño era de privilegió, al igual que su anchura, definitivamente ella no podria llamarlo de esa forma y él podía de
Gabriel ingreso en su piso y su secretaria casi salta sobre él.— Señor Ángel. — lo llamo ente el alivio y desespero. — Qué bueno que al fin llega, la señorita Tiara lo está esperando en su oficina. — informo con pena y Gabriel dejo de caminar.— ¿Por qué esta en mi oficina? — indago viéndola sobre
— Pues del momento que mi tío Mateo se casó con tu madre eres mi prima, al menos ante la Ley, y mis ojos ¿se te olvido que llevas el apellido Zabet? — no merecía aquel apellido, claro que no cuando se comportaba de esa manera.— No me salgas con esas estupideces, que tu madre…— Ten cuidado lo que